viernes, 1 de agosto de 2014

CRISTINA. YO SOY MUY CINÉFILA. 2008


Tren alta velocidad Mar del Plata
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN LA PRESENTACIÓN Y APERTURA DE OFERTAS PARA EL CORREDOR FERROVIARIO DE ALTA VELOCIDAD BUENOS AIRES - MAR DEL PLATA
Buenos Aires, 8 de febrero de 2008.
Buenos días a todos y a todas. La verdad que me encuentro muy feliz, Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Intendente de la ciudad de Mar del Plata, de esta que usted dice coincidencia, yo le llamo señales. Creo mucho en esas cosas porque en realidad no habíamos advertido el 134 cumpleaños de la ciudad de Mar del Plata, porque en realidad los pliegos se abren en torno a plazos que están establecidos desde hace mucho tiempo antes, no es que uno decide hacer el acto hoy porque se le ocurrió, es porque hay todo un proceso licitatorio con fechas. Esto hizo que el viernes antes al aniversario 134, este proceso licitatorio que seguramente viene de mucho tiempo atrás, culminara hoy de acuerdo a los plazos contractuales, en la apertura de ellos. Así que yo no le llamo coincidencia, le digo señales.
Se suma al otro tren de alta velocidad que también fue presentado hace muy poco tiempo aquí, que va a unir precisamente las ciudades de Rosario y Córdoba, obviamente con nuestra Capital Federal, con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Muchos han hecho comentarios sobre estos trenes de alta velocidad. Es más, hasta hace unos días hubo un episodio con un tren de Misiones, que tardó creo que 48 horas y se decía que con trenes de alta velocidad y con un tren en Misiones que cumple... Nadie contó la historia, la primera es que era un tren de una concesión de carácter provincial; la segunda, que era precisamente la autoridad nacional en materia de transporte la que había prohibido que ese tren, por falta de condiciones, funcionara. Fue un juez federal, ¿es así señor secretario de Transporte?, el que aplicó una de las tantas medidas cautelares, que algunos logran, no sabemos cómo obtienen de la Justicia, de algunos jueces, medidas cautelares frente a decisiones del Estado de que tal tren no puede circular o que tal cuestión no puede hacerse. Obtuvo 3 medidas cautelares, obviamente no nos podemos oponer a lo que dice la Justicia. Este detalle no fue tal vez señalado por algunos medios de comunicación, se dijo simplemente que un tren había tardado 48 horas, cuando el Gobierno proponía a los argentinos trenes de alta velocidad.
Esto es lo que muchas veces me hace hablar a mí de la necesidad de transmitir, con rigor intelectual como me gusta decir, pero además también con honestidad profesional, la información que se propala. En este sentido, también se ha dicho frente a estas inversiones importantísimas que estamos haciendo en materia de trenes de alta velocidad, que podrían solucionarse otras cosas en lugar de estas.
Yo quiero, si ustedes me dispensan un poco de tiempo, contarles algo. Ustedes ven, Puerto Madero hoy debe ser una de las joyas de la Ciudad de Buenos Aires, orgullo no solamente de los porteños y las porteñas sino de todos los argentinos, porque está ubicado aquí en nuestra Ciudad, visitado por extranjeros, una obra maravillosa que ha reposicionado a la Ciudad de una manera extraordinaria, la ha modernizado, la ha puesto -digo yo- en el siglo XXI.
Quiero leerles, si ustedes me permiten, algunas editoriales que se publicaron allá por los años '91, '92 y '93, no voy a decir el nombre del periódico porque en definitiva no importa. Lo importante es analizar cómo nos comunicamos, cómo nos vemos como argentinos y cómo nos relatamos entre nosotros mismos las cosas que nos pasan. Un centenario diario le dedicó a la cuestión muchísimos editoriales. Yo quiero leer algunos de ellos: Editorial "Puerto Madero un proyecto desmesurado", 19 de septiembre de 1990. "Su desmesura lo torna de realización casi imposible y en desacuerdo con la situación económica de la Ciudad y el país", -tema recurrente. "Remodelar el Puerto es una necesidad admisible siempre y cuando la obra se funde en previsiones lógicas y posibles. No parece acertado en cambio que a título de esa remodelación se pretenda erigir otra gran urbe en torno al río. Terminaría -esta es la razón por la cual sería malo- por convertirse para la mayoría de los habitantes de la Ciudad y de los turistas del país y del extranjero en una referencia cada vez más distante de sus ojos y prácticamente inaccesible." No hay turista nacional o extranjero que hoy no venga a visitar Puerto Madero y se maraville; es más, se calcula que un 40 por ciento y hasta un poco más de las adquisiciones ha sido por parte de turistas extranjeros que se enamoran de la Ciudad de Buenos Aires, afortunadamente, y se enamoran también del lugar.
Otro editorial, 24 de diciembre de 1990, "El proyecto para Puerto Madero. Tampoco hay definiciones concretas respecto de la capacidad para afrontar aún mediante la intervención exclusiva de la iniciativa privada el costo no sólo financiero de un proyecto de esta magnitud." Hoy, todos lo saben, quienes tienen intereses en el sector de la construcción, prácticamente no queda absolutamente nada en el lugar para poder seguir construyendo, con gran pesar por parte de quienes construyen. "Si la remodelación no se encuadra en las previsiones lógicas y posibles correrá el riesgo de frustrarse en alguna de sus etapas liminares, tal como sucedió por ejemplo con el utópico traslado de la Capital Federal."
Avanzamos más, enero del '91. "Puerto Madero, un proyecto irrealizable." Irrealizable, adjetivación, ya no estamos ni siquiera ante el relato. Ustedes saben que los periodistas pueden relatar y comentar, son los dos ejercicios de mediación social que ejerce un periodista. Acá ya directamente se comenta como irrealizable. "Se trata pues de una obra de las que suelen calificarse en este caso, con justa razón, de faraónicas, en cuanto representan proyectos inoportunos y desmesurados, mientras muchas otras tareas menos espectaculares podrían realizarse para el bienestar y la seguridad de los habitantes de la Ciudad."
Yo quiero detenerme aquí, porque es un argumento muy escuchado para qué se va a hacer esto si hay otras cosas tal vez más importantes o más necesarias en el momento. Todas las veces que hemos tenido este tipo de razonamiento los argentinos, porque también bueno es decirlo, no quiero cargar únicamente las tintas en quien escribe, muchas veces escuchamos estos mismos comentarios de gente que no es periodista, pero en definitiva lo que hay es una representación social acerca de cómo se construye un país y una sociedad. "La intendencia haría bien entonces en abandonar definitivamente su iniciativa al respecto y el Consejo Deliberante plantear claramente su terminante oposición." Luego, "Puerto Madero un proyecto perjudicial, cómo serán atendidos los requerimientos previsiblemente cuantiosos de una zona casi desprovista de energía eléctrica, agua potable, red cloacal, gas, teléfono, etcétera."
"Además, si bien es cierto que se aspira que la obra no cuente con financiamiento público, porque los terrenos serán vendidos a particulares, parece difícil que a la luz de una realidad irrefutable se encuentren así como así interesados dispuestos a concretar inversiones multimillonarias". Por suerte estaban, por suerte hay gente con visión, por suerte hay gente que puede mirar más allá de sus narices y tienen esa idea que tienen no solamente quienes tenemos posibilidad de imaginar como dirigentes políticos el futuro, sino también como emprendedores y empresarios ver cómo se puede realizar un buen negocio, una buena oportunidad. De vuelta el mismo argumento, "las circunstancias indican que la ciudad tiene necesidades mucho más acuciantes".
Seguimos, porque hay una insistencia fuerte, cuando alguien decide que es horrible, cuando de algunos lugares alguien decide, no se sabe en nombre de qué valores, de qué principios, de qué defensa, que algo es espantosamente horrible, no trepida, no ceja, todos los días un poco más de deterioro, todos los días un poco más de ver cómo se puede tirar un proyecto abajo. Porque en definitiva eso era y eso es, Puerto Madero ya no es un proyecto, es una realidad.
"Ahora resta por ver cómo Buenos Aires, una ciudad en quiebra pueda llevar adelante un ambicioso proyecto que intenta asemejarse a los emprendimientos fallidos de mister Trump o el nuevo Canary Wharf en Londres". Esta en realidad es la editorial de otro centenario diario, tampoco es cuestión de querer monopolizar las ideas de esta naturaleza. Por eso digo, no es solamente uno que piensa así porque sino no sería mayor problema.
"Por su falta de organicidad la obra de Puerto Madero si se inicia quedará irremisiblemente inconclusa, por irracionalmente ambiciosa, por su mala inserción en la ciudad, por no haber comprendido que Buenos Aires no necesita lotes edificables sino espacios verdes de esparcimiento."
"Todo hace pensar que la Corporación Puerto Madero seguirá la misma suerte de la Intecap, toda vez que antes que nada la Argentina actual no está en condiciones de lanzar este tipo de emprendimientos." "La Corporación Puerto Madero revela sus propios fines", también con el tema de lo faraónico.
"Puerto Madero, para entender la cuestión", quiero detenerme acá. Ustedes se acuerdan que días atrás yo hablaba de rigor intelectual, se acuerdan que dije que para abordar los temas los argentinos, cada uno en nuestras actividades, en nuestra profesión, debemos hacerlo con rigor intelectual. En este caso es "Puerto Madero para entender en la cuestión". "En cuanto a los diques, se habla también con ligereza imaginándolos como canales reminiscentes de Venecia o algo parecido. Lo cierto es, sin embargo, que el pelo de agua se halla a no menos de 5 metros del borde superior. Para elevar ese nivel, para lograr el verdadero efecto de un espejo de agua supondría un costosísimo trabajo de exclusas y bombeo", y sigue con las especificaciones aparentemente técnicas de que esto no se podía hacer. Y ahí están los fantásticos canales, diques de Puerto Madero que lo convierten en un lugar inigualable en la ciudad y también inigualable en otras partes del mundo.
Y por supuesto no podíamos faltar los políticos, ahí tenemos que estar porque cuando una cosa tiene una determinada carnadura mediática, en lugar de plantearse si es correcta y plantear una idea alternativa, aún cuando sea en soledad..., el 12 de septiembre del 91 uno de los diarios que impulsaban la crítica reúne a los políticos que estaban por supuesto en campaña, todos opositores, y a coro dicen que lo más horrible que nos podía pasar en la vida es que tuviéramos Puerto Madero. De esto ya estamos acostumbrados a escuchar, los argumentos son siempre los mismos, con distintos tonos o distintos personajes: "no, es horrible".
Quiero detenerme, para finalizar y no abusar de la paciencia de ustedes, en dos cuestiones. Una es el titular de uno de los últimos editoriales, ya en agosto del 93: "Puerto Madero, ni parque ni puerto". Y yo creo que ahí está una de las claves de lo que yo denomino el pensamiento conservador frente a determinadas cuestiones. Porque es cierto, Puerto Madero no es ni parque ni puerto, es Puerto Madero. Hay dificultad muchas veces en ciertas categorías de pensamiento en imaginar algo distinto a lo que ya está, algo distinto al statu quo. Hay gente a la que le cuesta imaginar cosas diferentes, hay gente que no puede creer que podamos tener otro país y otras cosas. Y yo creo que se refleja en esto, era malo porque no era ni parque ni puerto, porque no estaba dentro del statu quo, porque no estaba dentro de lo establecido. Esta es una de las claves del pensamiento que por ahí soy injusta en denominarlo conservador y tal vez debería decir reaccionario, pero como reaccionario es peyorativo y adjetivante prefiero identificarlo con una corriente de pensamiento acorde con los tiempos que corren y que hay en todas partes. Ojo que esto no es sólo privativo de los argentinos.
Finalmente, esta es la última, esto de parque o puerto fue en agosto del 93, "El futuro de Puerto Madero", pero esto es 4 años después. Un artículo titulado "El futuro de Puerto Madero" en el mismo diario de los editoriales que acabo de leer, dice "no hay duda de que la revitalización de Puerto Madero hasta no hace mucho aletargado y degradado por el cese de las tareas portuarias ha tenido hasta aquí llamativo éxito e incluso no sólo superó las expectativas de sus promotores sino que además refutó las críticas de quienes dudaban de la viabilidad del proyecto. " ¿Escucharon el tiempo? "De quienes dudaban", o sea no me involucro, eran otros los que dudaban.
¿Qué es lo que pretendo con esto, argentinos y argentinas? No es una crítica a un medio escrito, porque sería injusto no admitir que muchas veces nosotros también razonamos y reaccionamos de esta mima manera frente al cambio, frente a las cosas nuevas. Pero es importante que tengamos siempre muy abiertas nuestras cabezas y que imaginemos un país diferente, porque si solamente miramos las cosas que nos faltan y nos detenemos en las cosas que todavía falta hacer para no hacer las otras que también es necesario hacerlas para dar el salto cualitativo que cree un escenario diferente y una actitud de generalización de optimismo en la sociedad que permita la solución de las otras, finalmente nunca terminamos haciendo nada, ni lo que tenemos que hacer en lo inmediato ni tampoco las cuestiones que nos dan el salto cualitativo como sociedad y como país.
Por suerte, nosotros que somos insistentes también como ellos, hoy estamos aquí con este tren de alta velocidad, el segundo, con una importante respuesta por parte de ofertas, lo demuestra este montón de cajas. Además con ideas. Ayer le comentaba el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a nuestro Jefe de Gabinete -con tantas jefaturas uno se confunde- cuando mantuvieron una reunión de trabajo, que sería bueno por ejemplo que el tren de alta velocidad de Rosario, que como ustedes saben tendría su primer estación en San Nicolás, tuviera también una estación por ejemplo en Pilar. Cuando me lo comentó el jefe de Gabinete lo consulté con el secretario de Transporte y me dijo que la traza pasa por Pilar, por Villa Rosa, y si por ejemplo se hiciera una estación en Pilar para el tren de alta velocidad que va a unir Buenos Aires - Rosario - Córdoba, tendríamos una importante descongestión de tránsito de todo el sector que se ha mudado a la zona norte y todos los días ustedes saben lo que cuesta y el tiempo que demora en ingresar a la ciudad. Me pareció una buena idea, la estamos trabajando, habría que hacer una estación en Villa Rosa para que por ejemplo toda la gente no solamente de Pilar sino de Tigre, etcétera, tuviera acceso por ese lado y pudiera ingresar a la ciudad sin necesidad de hacerlo con vehículo.
Así se hace en las grandes ciudades, por ejemplo el acceso a Nueva York. Para quienes no conocen Nueva York, que es una megaciudad, les recomiendo que vean una película fantástica- yo soy muy cinéfila- que se llama "Enamorándose", con Merryl Streap y Robert De Niro. En esos trenes de alta velocidad se conocen y se puede ver en esa película como en todas las ciudades pequeñas, satélites, en torno a una megaciudad como Nueva York, dejan sus autos en la estación que está a 5 minutos de su casa y en 15 o 20 minutos están en el centro de la ciudad. Calculen. Luego hacen lo mismo a la inversa y retornan a su lugar.
Creo que es importante que todos hagamos un intento de modificación inclusive cuando nos plantean el problema, la idea, de primero plantarnos positivamente frente a las cosas, porque no solamente es una cuestión de pensamiento conservador sino que muchas veces nosotros mismos, todos, no estoy erigiéndome en perfección y dando lecciones de cómo debemos ser; todos siempre, aún teniendo un pensamiento de carácter progresista, muchas veces tenemos cierto grado de negatividad ante un proyecto. Siempre hagamos el ejercicio de intentar ver la parte buena que eso tiene. Cuando no la encontremos discutamos y debatamos, pero por favor, este ejercicio que pudimos ver, que comentamos, podría hacerlo respecto del Teatro Colón. Lo que pasa que eso es de crónicas del 1900, los aburriría demasiado. O por ejemplo, en una época difícil, terrible para el país, cuando quien era intendente de la ciudad de Buenos Aires, Cacciatore, era criticado; era notable, criticaban más las autopistas que la desaparición de argentinos. O sea, nos preocupaba más, era más criticable Cacciatore por las autopistas que porque en ese momento desaparecían miles de argentinos. Qué cosas ¿no?
Muchas veces uno tiene que reflexionar para ayudar, yo creo que ayuda la reflexión en voz alta y arribar a conclusiones que nos permitan tener frente a todo, frente a nosotros mismos, frente a nuestros conciudadanos, nuestros vecinos, una actitud diferente. Les puedo asegurar que vale la pena intentar cambiar para ser todos los días un poquito mejor.
Muchas gracias y buenos días, discúlpenme lo largo de la exposición. (Aplausos)
 http://www.presidencia.gob.ar/discursos/2980

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