Mensaje por Cadena Nacional: Palabras de la Presidenta de la Nación
Buenos Aires, 16 de junio de 2014.
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MENSAJE, POR CADENA NACIONAL, DE LA PRESIDENTA CRISTINA
FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, DESDE SU DESPACHO PRESIDENCIAL, EN LA CASA ROSADA.
Me dirijo, hoy, a todos los argentinos, con motivo de
lo que ya es de público y notorio conocimiento, que es el fallo de la Suprema
Corte de Justicia de los Estados Unidos, convalidando el fallo del juez
Griesa, de primera instancia, contrario no sólo a los intereses de nuestro
país, la República Argentina, sino también del 92 por ciento de los
acreedores que creyeron en la Argentina y reestructuraron su deuda, 92 por
ciento de los acreedores de la deuda externa argentina y también – por qué no
decirlo – de lo que es el sistema y el funcionamiento del sistema económico y
financiero global. ¿Por qué digo esto? Por una razón muy sencilla, no en vano
países como Francia; México; Brasil, inclusive más de cien parlamentarios
británicos, entre otras personalidades, acompañaron a la República Argentina
ante la Suprema Corte de Justicia como amicus curiae precisamente porque
entendía que esto no era una causa únicamente de la Argentina, sino del mundo
entero.
Pero creo que esto amerita una breve reflexión previa,
y que es lo que constituyó en la historia de Argentina la deuda externa, que
comenzó a crecer exponencialmente, desde la dictadura del 24 de marzo de
1976, constituyó – sin lugar a dudas- el cepo más formidable que atentó
contra el crecimiento, el desarrollo de la Argentina y generó pobres,
desocupación, atraso, falta de inversión en infraestructura, en educación, en
investigación, en ciencia y tecnología, la historia, en definitiva de las
últimas décadas de nuestro país.
Esa deuda no solamente creció durante dictadura,
también creció en democracia, creció durante los años 80 y creció también
exponencialmente durante el régimen denominado de convertibilidad, donde con
la ficción de que dólar era igual a un peso el país se endeudó de manera
terrible en los mercados internacionales, para sostener precisamente esa
ficción de que un dólar era igual a un peso.
Pero allí no terminó la cosa, cuando finalmente cambia
el gobierno que había instalado el régimen de la convertibilidad y viene otro
gobierno no solamente sigue sosteniendo la convertibilidad, sino que además
se dan dos formidables operaciones financieras que algunos la llaman como el
mayor fraude financiero de la historia: el denominado blindaje y el
megacanje.
El blindaje – y esto lo recuerdo muy bien porque yo era
legisladora nacional – tiene lugar, a fines del año 2001, constituía una
operación ficticia, una suerte de pasamanos de 40 mil millones de dólares que
el Fondo Monetario Internacional, le prestaba al gobierno de entonces, para
hacerse cargo de la deuda que tenía el gobierno, y que no podía pagar y que
era en realidad un pasamanos o un mero asiento contable, porque el dinero
entraba al país, pero inmediatamente salía para afuera del país para pagar
las deudas de los capitales que habían entrado con tasas altísimas a nivel
internacional a nuestro país. Esto a cambio, también, de un formidable
ajuste, que se discutió en el Congreso: reducción del PAMI, la ANSES,
reducción del Estado, de los presupuestos educativos, en fin lo que se
constituyó el ajuste que tuvo una amplia difusión y una amplia discusión en
el Parlamento argentino, del cual también, en ese momento, como
parlamentaria, me tocó ser protagonista.
Pero allí no terminarían las cosas, como no podía ser
de otro modo el blindaje tampoco tuvo éxito y entonces sobrevino lo que
constituyó el último acto de la gran tragedia de la deuda argentina: el
megacanje. El megacanje fue una idea, su autor intelectual fue un ex
secretario del Tesoro, de los Estados Unidos de Norteamérica. David Mulford,
en ese entonces el CEO del Credit Suisse, del Banco de Crédito Suizo, que le
propuso al entonces ministro de Economía y al entonces Presidente canjear 46
bonos de deuda existentes a ese momento por 5 bonos de deuda.
La operación, en la que intervinieron siete bancos, y
también las AFJP generó comisiones, esto es pago por la intermediación de
canjear bonos, de 150 millones de dólares, de los cuales 20 millones fueron a
parar a manos de David Mulford y el resto a los bancos y a las AFJP, que
habían intervenido. Lo interesante - además de los 150 millones de dólares de
comisión – es que los bancos que habían intervenido en esa operación y las
AFJP pusieron y digo pusieron entrecomillas, 27 mil millones de dólares, pero
en realidad solamente fueron 7.000 porque 20.000 ya los tenían en sus
carteras. Quiere decir que se cobraron comisiones así mismos de lo que ya
ellos tenían. Esto originó una formidable causa penal, con pericias
contables, prescribió. ¿Qué significa que prescribió? Que el paso del tiempo
y la inactividad de jueces, camaristas y fiscales llevó este último 6 de
junio que pasó, a que David Mulford, al que nunca se pudo interrogar ni
indagar, ni sé tampoco si alguien pidió que viniera al país o se insistió
demasiado en que viniera al país fuera sobreseído y también otras personas
que intervinieron en esa operación. Es curioso y digo esto porque es curiosa
la velocidad de algunos jueces, de algunos camaristas y de algunos fiscales
que tienen la velocidad del correcaminos, aquel personaje del Beep Beep, en
algunas causas mediáticas y políticas, yo no puedo olvidarme aquel verano de
las reservas cuando una jueza nos impidió, mediante una medida cautelar pagar
con reservas del Banco Central la deuda que habíamos contraído los argentinos
y no puedo dejar de cotejar esa velocidad y esas distintas velocidades con
esta inacción, durante años, por parte de fiscales, de jueces y de camaristas
que permitieron prescribir una causa que le ocasionó al país un perjuicio de
55.000 millones de dólares.
Es notable también la diferencia de cómo actúa una
Justicia – como es la de Estados Unidos – en defensa de apenas un 1 por
ciento de los acreedores buitres de la Argentina y voy a explicar por qué lo
de buitres y cómo actúa la Justicia, o por lo menos algunos jueces, algunos
fiscales y algunos camaristas argentinos. Digo esto porque es necesario
aclarar las cosas y llamarlas a todas por su nombre.
Lo cierto es que culmina esta operación del megacanje y
la deuda externa argentina ya rondaba el 160 por ciento del Producto Bruto
Interno tornándose en algo realmente impagable. La desocupación había llegado
a dos dígitos, casi el 25 por ciento; la pobreza al 54 por ciento; la
indigencia al 30 y se dispara, como no podía ser de otra manera, el default.
El default que se dispara en el año 2001, y que es el default de deuda
soberana más grande de que se tenga memoria. Default que se fue acumulando,
como dije, reiterando deuda contraída durante la dictadura militar, durante
la democracia, convertibilidad, blindaje y megacanje.
Año 2003, 25 de mayo, asume como Presidente de todos
los argentinos, con apenas el 22 por ciento de todos los votos, el Presidente
Néstor Carlos Kirchner, quien se aboca precisamente a la tarea de renegociar
la deuda de los argentinos, porque sabíamos que era un cepo insalvable.
Entonces comienza una negociación, una renegociación ardua que finalmente
culmina, una primera parte, en el año 2005, con una adhesión de casi el 76
por ciento de los acreedores, con una quita muy importante y se cumple lo que
él había dicho:”permitannos crecer para poder pagar, porque los muertos no
pagan”. Y la Argentina, sin acceso al mercado de capitales, por primera vez
comienza a eliminar la bicicleta financiera y comienza a pagar su deuda con
recursos genuinos, con recursos propios, con recursos producto de su
crecimiento y su desarrollo económico.
Paralelamente al pago de esa deuda se generaban
millones de puestos de trabajo, se incorporaban jubilados al sistema
previsional, se comenzaban a aumentar las jubilaciones, volvían las
convenciones colectivas de trabajo, se abrían fábricas, parques industriales.
Fue un pago de deuda con crecimiento e inclusión social.
Luego me tocó asumir a mí, como Presidenta de todos los
argentinos, en el año 2010, también se produce el segundo canje de bonos,
llegando al 92 por ciento de adhesión. Téngase en cuenta una cosa: la mayoría
de los países, la legislación interna de un país, en el nuestro también,
cuando hay una quiebra de una empresa, un default sería la quiebra de un país
basta con que el 66 por ciento de los acreedores esté de acuerdo con lo que
propone el deuda pagar, para que esa quiebra pueda ser levantada y el deudor
pueda comenzar a pagar. Este es el porcentaje que normalmente se exige en
todos lados, inclusive también, en el propio Estados Unidos. Pero carecemos,
a nivel internacional, de una norma global, que establezca normas en caso de
default o de países que quiebren. También, durante la gestión del Presidente
Kirchner se pagan y se desendeuda del Fondo Monetario Internacional con
recursos propios. Por primera vez en la historia, desde que Argentina
adhirió, en 1957, al Fondo Monetario Internacional, este deja de conducir los
destinos de la economía y de los argentinos. En base a todas estás cosas
podemos explicar las cosas que han pasado también en nuestro país, en los
últimos años.
Ahora bien, una parte de quienes tenían estos bonos,
mejor dicho una parte que compró bonos, después de que la Argentina
defaulteó, porque había gente que tenía bonos de antes que la Argentina
defaulteara sus bonos y había gente que se especializa en el mundo a comprar
qué, a comprar bonos de países que ya entraron en default. Son bonos que
prácticamente se los denomina bonos basuras. ¿Por qué? Porque no valen nada
en el mercado, son bonos que de un valor nominal de cien, se pueden comprar –
si vale un dólar – por 30 centavos de dólar, por 40 centavos de dólar porque
son bonos basura. Quién va a comprar bonos de un país que ha defaulteado su
deuda y que no la está pagando, solamente alguien que va a especular y que
tiene todo el tiempo del mundo para especular con que ese país se recupere y
luego caer sobre ese país. Este es el caso que hoy se está tratando, y que
fue el caso que la Corte de Estados Unidos rechazó y que el fue el caso que
Griesa si aceptó y convalidó, es el del fondo NML, que es muy importante
señalar esto, tiene fondos que adquirió en el año – yo voy a mostrar un
cartón, si la cámara me acompaña, por favor – son fondos que adquirió en el
año 2008 por 48,7 millones de dólares. Año 2008, acuérdense que habíamos
defaulteado la deuda, en el año 2001.
El retorno agregado, al año 2014, o sea cuánto ganó de
esos 48 millones al 2014, el 1.608 por ciento, en dólares. Yo creo que ni en
el crimen organizado hay una tasa de retorno de 1.608 por ciento en tan
poco tiempo. Esto termina en el año 2014, donde la Justicia de Estados Unidos
reconocer a NML 832 millones de dólares. Creo que ahí se puede ver
claramente. Bien, es bueno recordar que estos bonos, el 70 por ciento, son
bonos emitidos por el megacanje, la operación que acabo de decir, que fueron
sobreseídos Mulford
y
que se realizó en el año 2001. Y el otro 30 por ciento, son bonos emitidos
durante la convertibilidad.
Ahora bien, ¿cuál es el reclamo de los fondos buitres? El
fondo NML que representa el 52 por ciento es de 428, capital original, y que
el juez Griesa ordena pagar cash, efectivo, uno arriba del otro, para decirlo
en criollo, son 1.500 millones de dólares.
Recordemos: compraron esos bonos por 48,7 millones de dólares;
hoy el juez Griesa ordena pagarles 1.500 millones de dólares, todos juntos,
sin plazo, ya, ahora, cash, frente a 92 por ciento de los otros bonistas
también acreedores que aceptaron quitas, plazos, espera y a quienes les hemos
pagado regularmente.
Ahora bien, hay algunos que dicen: ¿y por qué no
pagarle estos 1.500 millones de dólares y terminar todo ya? Y porque hay otro
problema bastante más grave que representa el 1 por ciento de los que no
entraron al default, hay otro 7 por ciento que de aceptarse este criterio de
pagarle a NML 1.500 millones de dólares, estarían en condiciones de cobrarle
a la Argentina ya y ahora 15.000 millones de dólares. O sea, se entiende,
repito, estarían en condiciones de exigirle pagar ya a la Argentina 15.000
millones de dólares. Esto es más de la mitad de la totalidad de las reservas
del Banco Central.
Como se verá, no solamente es algo absurdo, sino que es
imposible que un país destine más del 50 por ciento del total de las reservas
monetarias de su Banco Central en un solo pago a acreedores. Pero además, con
la posibilidad de que el otro 92 por ciento, que es el grueso de los
acreedores, encuentre otro juez también que diga “bueno, pero si ustedes
aceparon quita, plazos y resulta que alguien fue beneficiado teniendo el 1
por ciento y obtuvo de una sola vez el pago total, ustedes también tienen
derecho a lo mismo por una cuestión de equidad y de igualdad”. Quien
encuentra un juez Griesa, puede encontrar otro juez que también les dé la
razón, con lo cual estaríamos también ante la posibilidad más que cierta de
que fuera exigida la totalidad de la deuda argentina y la reestructuración
operada en el año 2005 y operada en el año 2010, se cayera como un castillo
de naipes y con el, obviamente, la República Argentina.
Creo que la voluntad de negociación de la Argentina
está más que demostrada. Hemos negociado en el año 2005; hemos negociado en
el año 2010; hemos negociado…hace muy pocos días se cerró el acuerdo nada más
ni nada menos con Repsol, la principal empresa petrolera argentina, que había
sido expropiada y que teníamos una demanda ante del CIADI y pudimos cerrar,
negociar, llegar a un acuerdo entre las partes, cerrar un trato y comenzar a
cumplirlo a punto tal de que Repsol retiró su demanda del CIADI.
Pero no solamente eso, hace pocos días también, hemos
cerrado definitivamente y por primera vez en toda su historia, las
negociaciones con la deuda del Club de París. Deuda del Club de París cuyo
origen se remonta al año 1956 y que 8 gobiernos anteriores al nuestro, habían
intentado negociar y no habían podido.
Cuando se comenzó a contraer esa deuda, esta Presidenta
tenía 3 años, año 1956, fue el primer préstamo que se solicitó de 700
millones de dólares y el ministro de Economía, Axel Kicillof que la negoció
en París, con todos los ministros de Economía de toda la Unión Europea y
también de Japón, ni siquiera había nacido. Quiere decir que Argentina ha
demostrado más que una evidente voluntad de negociar.
Pero yo creo que hay que distinguir entre lo que es una
negociación de lo que es una extorsión. Me parece que son dos conceptos
absolutamente diferentes. Todo gobernante, todo país, todo dirigente en el
ámbito de la política, de la economía tiene que estar dispuesto a negociar;
lo que no pude hacer, por lo menos ningún presidente de una nación soberana,
es someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante.
Yo quiero hoy dirigirme, no solamente a los millones de
argentinos que seguramente nos están escuchando, quiero dirigirme también
fundamentalmente, al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la
Argentina y quiero decirles a ellos que Argentina va a cumplir con sus
obligaciones. Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada. Estamos
dispuestos también, como lo hemos hecho siempre y porque hemos abierto el
canje, a que entre a ese canje el 100 por ciento de los acreedores de la
Argentina, de ese 7 por ciento que todavía falta también ingresar. Porque la
vocación de la Argentina es pagar, lo hemos demostrado, hemos sido el único
gobierno que no utilizó la bicicleta financiera para seguir endeudándose; el
único gobierno que pagó todas sus obligaciones sin acceder al mercado de
capitales; el único gobierno que pudo finalmente cerrar las negociaciones con
el Club de París.
Debo decir también que lo habíamos intentado en el
2008, cuando me tocó anunciar el pago cash del Club de París pero que en ese
momento la caída de Lehman Brothers y cuando se disparó la crisis financiera
global desde Wall Street hacia todo el mundo, nos fue imposible cumplimentar
esto.
Pero lo cierto es que Argentina ha evidenciado y tiene
una voluntad de negociación. Lo que no tiene es, bueno, digámoslo, digámoslo
también con todas las letras, el por qué se sometida a semejante extorsión.
Creo que no lo merece ni nuestro país ni los tenedores de bonos a los cuales
se les quiere impedir o se les quiere embargar los fondos que tenemos que
pagar ahora a fin de mes, el 30 de junio, tenemos vencimientos por 900
millones de dólares y vamos a pagarlos.
Yo he instruido al ministerio de Economía y a todos los
organismos técnicos del Estado nacional para que dispongan todos los
instrumentos y todas las estrategias necesarias para que todos aquellos que
han confiado en la Argentina, reciban su dinero, reciban los dólares a los
que nos hemos comprometido a pagarlos. Pero queremos hacerlo con seriedad y
responsabilidad.
Esta no es una causa que involucre únicamente a la
República Argentina; involucra, como lo dije ayer en la reunión de Santa
Cruz, en Bolivia, en la reunión del G-77+China, a todo el sistema financiero
global. Por eso nos acompañó tanta gente frente a la Corte.
Y quiero decirles algo o confesarles algo: el fallo no
me sorprendió, yo esperaba este fallo.
Cuando hoy por la mañana hablé con el presidente del
Banco Central, Juan Carlos Fábrega, me decía “Presidenta, usted fue la única
que creyó que esto iba a pasar”. Sí, porque esto no es un problema económico,
no es un problema financiero, no es un problema jurídico ni legal; es la
convalidación de un modelo de negocio a escala global que si se sigue
pronunciando, va a producir tragedias inimaginables.
Porque como decía ayer en Santa Cruz de la Sierra, en
Bolivia: ¿por qué si alguien con solo poner 1 dólar desde su escritorio en un
bono basura, gana un retorno y una tasa del 1.608 por ciento desde el año
2008 al 2014? ¿Por qué alguien que tiene esa rentabilidad increíble, va a
decidir invertir en una fábrica o en un comercio o en comprar acciones de una
empresa o en hacer cualquier negocio financiero? Está claro que se está
convalidando una forma de dominación mundial financiera de derivados para
arrodillar a los pueblos y donde ya ni siquiera es necesario explotar a
nadie, sino que simplemente, con la exclusión alcanza y sobra. Basta que haya
gobiernos dispuestos a hacer megacanjes, haya gobiernos dispuestos a hacer
blindajes, a que haya gobiernos dispuestos a negociar comisiones para que
este negocio siga prosperando con la sangre, con el hambre o la exclusión de
millones de jóvenes a lo largo y al o ancho del mundo que carecen de trabajo
y de educación.
Nosotros queremos cumplir y honrar nuestras deudas y lo
vamos a hacer. Pero no queremos tampoco ser cómplices de esta forma de hacer
negocios, por no calificarlo de otra manera que algunos quieren instalarla en
el mundo.
Por eso, quería dirigirme a todos mis compatriotas, con
la tranquilidad de que sabía lo que iba a pasar. No estoy ni siquiera enojada, estoy muy preocupada. Muy preocupada
porque la vida no empieza cuando uno llega al Gobierno o cuando uno se va; la
vida de mis hijos, de mis nietos, la vida del planeta, la de los distintos
pueblos, cada vez se ve más agravada y ayer lo comentábamos con muchísimos
gobernantes de este grupo que nos reunió en Bolivia. Y por eso creo que es
obligación de todos los que tenemos responsabilidades de gobierno, hacernos
cargo de nuestras obligaciones y entre nuestras obligaciones, está, entre
otras cosas, la de pagar a nuestros acreedores, pero también está la de no
permitir ser extorsionados por aquellos que han especulado y lucrado con la
miseria e inclusive, quieren perjudicar a un 92 por ciento de acreedores que
sí confiaron en la Argentina.
Espero que todos reflexionen y podamos, no solamente
honrar, como lo vamos a hacer al 92 por ciento, sino al 100 por ciento.
Muchas gracias y muy buenas noches a todos los
argentinos y a todas las argentinas.
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miércoles, 18 de junio de 2014
CRISTINA MUY PREOCUPADA POR EL FALLO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LOS EE.UU.
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