Cristina volvió a pedir otros diez años
de kirchnerismo
Reiteró su consigna del 25 de Mayo.
Propuso “ganar otra década para recuperar 50 años de atraso”. Atacó a la
Justicia y volvió a criticar a Massa. Fuerte
presencia de funcionarios y dirigentes en el acto.
Gran final. La presidenta Cristina
Kirchner, ayer, rodeada de gobernadores, intedentes y candidatos para las
legislativas al término de su mensaje. Protagonismo
excluyente./TELAM
En el ancho escenario, un centenar de candidatos de todos
los distritos, con sillas prolijamente asignadas al igual que los gobernadores
en primera fila. A un costado y un tanto amontonados, ministros, altos funcionarios,
invitados especiales. Y en el centro del escenario ella sola, en un acto
concebido para ratificar su protagonismo excluyente y su liderazgo
personalista en el proceso político que tiene como primera parada las
elecciones primarias (PASO) del 11 de agosto. Unica oradora, la presidenta
Cristina Kirchner insistió ayer en “profundizar en la democratización de la
Justicia por el voto popular” de la Magistratura, pese a que hace diez días la
Corte Suprema sepultó esa ley por inconstitucional; y aunque sin dar pistas
concretas sobre sus ambiciones, lejos de renunciar a ser re-reelecta, como
especulaban en algunos corrillos K, volvió –como lo hizo el 25 de Mayo– sobre
la ambigua idea de “ganar otra década para recuperar los 50 años de atraso,
de miserias, de malas políticas, de endeudamiento”, justificó.
La convocatoria al microestadio de Argentinos Juniors,
ayer al mediodía, fue para presentar a los candidatos del oficialismo en todo
el país. Un formal lanzamiento de campaña, que no fue pensado como un acto “de
masas” –en el microestadio Malvinas Argentinas caben no más de 4 mil personas–
pero sí para darle envión al núcleo de hierro frente a unas elecciones
que se presentan complicadas y son clave para la continuidad del kirchnerismo
–encarnado por la Presidenta y nadie más– más allá de 2015.
Frente a los jóvenes que colmaron el estadio cerrado, y
en el microclima envolvente del lugar, Cristina se mostró emocionada y hasta se
enjugó una lágrima antes de empezar a hablar. “No nos disfrazamos de nada
nuevo, los disfraces son para el Carnaval, en política no nos gustan, nos gusta
dar la cara y decir lo que pensamos”, dijo en lo que pareció su única alusión a
la lista de Sergio Massa, a quien el kirchnerismo acusa de evitar pronunciarse
sobre los “grandes temas” nacionales.
“Hemos construido la década ganada, frente a tanto
infortunio, tanto dolor”, aseguró la Presidenta y se mostró enojada de que la
prensa hable de “los candidatos de Cristina” –como si no hubieran sido elegidos
a dedo en la Casa Rosada–. La Presidenta a la que “no se le habla, se la
escucha”, como definió uno de sus hombres más cercanos, y que aye r volvió a
marcar una distancia sideral con sus elegidos, aseguró que “son del
proyecto nacional y popular que tengo el orgullo de conducir”.
Aludió a las denuncias por corrupción y lavado de dinero
al advertir a los candidatos pero también a los gobernadores que “van a tener
que bancarse el ataque despiadado. Yo ya estoy acostumbrada, tengo el cuero así
de grueso”, afirmó. Y en referencia a Néstor Kirchner cuestionó a quienes
investigan que “son tan mediocres que atacan hasta a los que ni siquiera están
para defenderse”.
La Presidenta criticó también la idea de la búsqueda de
“consensos” y para justificar su estilo de confrontación en el ejercicio del
poder adujo que las disputas están todos los órdenes porque “la vida no es rosa
como en la canción”.
Tuvo su párrafo económico: celebró que “estamos volviendo
a crecer” –dato clave de aquí a las elecciones de octubre–, y al momento de
reconocer lo que no está bien, definió que “la inflación es culpa de los
empresarios que remarcan los precios en toda la cadena de valor”.
Fue llamativo que volviera sobre el voto popular del
Consejo de la Magistratura. Tras la inconstitucionalidad que falló la Corte, un
cambio que solo podría hacerse vía reforma de la Carta Magna. “Una democracia
es elegir allí (en la Justicia) a quienes gobiernan ese poder, no a los jueces,
duele a los oídos pero fundamentalmente hiere a la inteligencia que nos impidan
votar para elegir los órganos políticos de la Constitución”, insistió la
Presidenta. E ironizó otra vez que “ya les dije, en 2015 Cristina jueza,
pero de ahí abajo nomás”, por el poder que le atribuye a magistrados de
tribunales inferiores.
“Imaginen lo que podríamos conseguir si consiguiéramos
jueces que voten por afuera de las corporaciones”, añadió tras quejarse de que
el Poder Judicial es “un gueto que se cree sacralizado y no le puede llegar
nada”.
Antes que llegara Cristina, habían sido presentados los
candidatos, acompañados por locución y un video con los “logros” en sus
provincias. La entrada y saludo antes de buscar su ubicación fue la parte más
tediosa de un acto pensado como show multimedia, coordinado por Javier
Grossman, el funcionario factótum de los grandes eventos culturales y fiestas
organizadas por el Gobierno. Hubo el infaltable homenaje a Kirchner; música
electrónica, percusión al son de la cual bailó un poquito Cristina al final,
tras bajar del atril para saludar uno a uno a los gobernadores, lo que incluyó
un abrazo con Daniel Scioli.
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