viernes, 9 de enero de 2015

NESTOR. PELÍCULA SOBRE LA VIDA DE NESTOR KIRCHNER

Luz, cámara, relato: la película que el kirchnerismo no quiso ver pero llegó a la web

TEMA DEL DOMINGOTras la muerte del ex presidente, militantes oficialistas le encargaron al director Adrián Caetano un filme sobre su vida: no les gustó y lo rehicieron. Aquella versión apareció en Internet. Las diferencias.

  • Pablo Calvo

La Argentina de los relatos épicos quedó expuesta la semana pasada, cuando salió a la luz la primera versión de una película que se hizo dos veces, para dejar mejor parada la biografía del ex presidente Néstor Kirchner.
Clarín comparó los dos trabajos, pagados por la misma productora, y encontró diferencias sustanciales.
La película de Adrián Caetano muestra el afiche de la campaña electoral de 2003 que presentaba a Néstor Kirchner como “Chirolita” de Eduardo Duhalde.
La película de Paula de Luque, promocionada como “la epopeya política del hombre que condujo la transformación social más importante del país en el último medio siglo”, evita reproducir ese cartel.
La película de Caetano incluye la escena en la que Kirchner comparte un palco con Carlos Menem, cuando el entonces gobernador de Santa Cruz consideraba que el Presidente “ha logrado un proceso de estabilidad, detener la inflación y una política que fija el dólar”.
Las dos películas tienen como protagonista a la misma persona, fueron encargadas por los mismos productores y se filmaron en el mismo tiempo político. Pero una fue aceptada por los hacedores del relato oficial y la otra no.
Toda la potencia del aparato de propaganda oficial apoyó el estreno de “Néstor Kirchner, la película”, obra de la ex mujer del secretario de Cultura, Jorge Coscia. El trailer fue pasado en la tanda de “Fútbol para Todos”, hubo un estreno VIP de la película en el Luna Park, con video de Cristina Kirchner incluido, y la primera semana fue exhibida en 120 salas, un despliegue que no obtienen otras películas comerciales argentinas y, mucho menos, las producciones independientes.
La novedad es que la película de Caetano, que parecía condenada a la inexistencia, fue subida el miércoles pasado a Internet, y la biografía de Néstor Kirchner empezó a verse en otra versión, con aciertos pero también contradicciones, tensión cinematográfica, evolución de ideas del protagonista y personajes que ya no encajan en la versión kirchnerista de la Historia.
La película de Caetano incluye una escena en la que Cristina Kirchner escucha un discurso de su marido ante la Asamblea de la ONU en compañía de Felisa Miceli, entonces ministra de Economía y, desde el año pasado, primera condenada del kirchnerismo a cuatro años de prisión a raíz del escándalo por la bolsa con 100 mil pesos y 31.670 dólares que tenía en el baño de su despacho.
Hay también similitudes temáticas entre ambos filmes, como el carácter fundacional que el Gobierno quiere darle a su lucha por los derechos humanos, una posición que ignora el Juicio a las Juntas encarado por el ex presidente Raúl Alfonsín en el regreso de la democracia. Ambas películas imponen la frase de Néstor Kirchner que decía: “Pido perdón en nombre del Estado por haber callado tantas atrocidades durante 20 años”.
Ambos filmes se parecen también en mostrar la secuencia en que el ex presidente ordena descolgar los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone del Colegio Militar, un acto de fuerte peso simbólico.
Las dos destacan el proceso de desendeudamiento del Fondo Monetario Internacional y el momento en que Julio Cobos vota en contra del oficialismo en la discusión por las retenciones a la soja, instante seguido en las películas por la mirada implacable de Kirchner, un juego visual que intenta sugerir el impacto de una traición.
Las dos películas abordan la guerra que el kirchnerismo libra contra los medios críticos de su gestión. Pero la película de De Luque lo hace de manera más radical, con la difusión de las tapas de Clarín durante el conflicto entre el Gobierno y el campo de 2008 y la atribución de la responsabilidad al diario por parte de Máximo Kirchner, el hijo de Néstor.
Máximo y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, son los dos narradores más destacados del filme oficial. El líder de La Cámpora incluso lo cierra y, ante la pregunta sobre qué cambiaría si pudiera volver el tiempo atrás, él contesta: “Nada”.
¿Por qué quedó atrás la primera película que encargaron? Entrevistado por la revista Haciendo Cine, Caetano señaló que a los productores les pareció “muy peronista”, demasiado, y que si bien filmó “con toda la libertad del mundo”, cuando mostró su trabajo “me dijeron que no era lo que esperaban”.
¿Qué esperaban? Una mirada de admiración hacia el ex presidente, con una historia de amor entre Néstor y Cristina más destacada que en la versión de Caetano y el concepto de “un hombre que entregó su vida por su propia causa”, según dijo su directora.
La película de Caetano cumple con la consigna original de utilizar videos caseros y poco conocidos de Néstor Kirchner, aportados por santacruceños y militantes del peronismo. Pero el recurso luce menos en la película de De Luque, que ensambló su relato con imágenes propias, que la directora filmó en el sur y suman voces elogiosas y acríticas hacia la figura del ex presidente.
Los dos trabajos reproducen el programa de cable donde el periodista Jorge Lanata –hoy conductor de Periodismo para Todos en Canal 13– describe el mapa de medios del Grupo Clarín.
A diferencia del trabajo de Caetano, la película de Paula de Luque muestra a Néstor Kirchner advirtiendo que “los fierros son mediáticos”, una de sus frases bélicas contra la prensa.
La película que filmó y no llegó a estrenar Caetano incluye la visita de Néstor Kirchner a los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, diciéndole “minga a los escépticos que no creen que los vamos a hacer funcionar”.
La película de Paula de Luque salva la memoria del ex presidente en ese punto, al no mencionar una promesa que, como planteaban los escépticos, nunca se cumplió. Con la tragedia ferroviaria de Once, la política de Transporte del kirchnerismo es de las más cuestionadas por la sociedad.
De Luque incluyó críticas a obispos que se oponían al matrimonio gay. La película de Caetano logra mostrar en una iglesia al ex almirante Massera, saludado por los asistentes a una misa.
La represión de 2001, que provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa y meses después la de Duhalde, fue el punto de partida de la era K: es común a los dos filmes, el que se desechó y el que se mostró ante auditorios reforzados por personas aportadas por agrupaciones oficialistas.
Caetano nunca quiso hablar demasiado sobre lo que le pasó, pero dejó entrever que imágenes que él había conseguido terminaron reproducidas en 6,7,8, el programa insignia del relato oficial.
Clarín intentó hablar con el director corrido a un costado y con el productor Fernando “Chino” Navarro, pero no hubo comentarios sobre la aparición de la película que el Gobierno prefería no ver.

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