PARÍS
(El País).- Menos de un año después de haber dejado el Elíseo, Carla
Bruni no parece echar de menos su antigua vida. Dejó de lado los
vestidos de alta costura, recuperado los jeans y, sobre todo, su querida
guitarra. Volcada de nuevo en su carrera de cantante, que tuvo que
dejar cuando su esposo Nicolas Sarkozy era presidente francés, prepara
la promoción de su nuevo disco, que saldrá a la venta en menos de un mes
y del que ayer dio a conocer su portada a través de su página de
Facebook. El ex mandatario, por su parte, cumple con su promesa de
mantenerse un tiempo alejado de los focos. Entre sus obligaciones de
conferenciante de lujo y las numerosas visitas que recibe en su despacho
parisiense, mantiene la incógnita sobre su intención de regresar o no a
la primera línea de la política.
Faltan apenas unas semanas para la salida de Little French Songs
, que en principio se esperaba para el año pasado pero que tuvo que ser
aplazado hasta el 1° de abril. Hace un mes la nueva discográfica de
Bruni, Barclay, editó el primer simple del disco, "Chez Keith et Anita",
cuyo video está ya disponible en YouTube. Se trata de un homenaje a su
amigo Keith Richards, el célebre guitarrista de The Rolling Stones.
Describe una apacible velada en la casa del músico en la que ya de
madrugada se toca a Chopin. Alguien pasa un porro, que ella declina
porque no fuma, según dice en la canción.
La tapa de este nuevo
álbum es un retrato en blanco y negro en el que aparece escondida detrás
de su guitarra y con la mirada perdida. Bruni tiene prevista una gira
de promoción para la segunda mitad del año y ya están fijadas las
primeras fechas en el Casino de París. La artista volverá así a subirse a
los escenarios, algo a lo que tuvo que renunciar por motivos de
seguridad cuando salió su último disco, Comme Si De Rien Était ,
en julio de 2008. Entonces acababa de casarse con Sarkozy. Hace un par
de semanas, Bruni ya hizo una primera aparición en el Festival de San
Remo, en el que interpretó su nueva canción y lució un look sencillo,
con traje y pantalón gris (foto).
El entorno, tanto de ella como
de su esposo, asegura que la política ha pasado a un segundo plano en la
vida de la pareja. Mientras que ella se centra en su disco, Sarkozy
mantiene su ritmo de conferencias por todo el mundo y recibe en su
despacho de la calle Miromesnil a un amplio abanico de personalidades
del ámbito político, pero también deportivo y artístico. A finales de
enero cumplió 58 años. A la cena de aniversario, organizada por su
esposa, asistieron una treintena de personas, entre las cuales estaba el
actor y ex de Carla, Vincent Perez, el cantante Didier Barbelivien y el
empresario Dominique Desseigne. Tan sólo tres políticos entre los
invitados: Isabelle y Patrick Balkany y el ex ministro del Interior y
fiel entre los fieles Brice Hortefeux.
Pese a todo, la política
nunca está muy lejos. Los amigos de Sarkozy, reunidos en una asociación
destinada en principio a defender su balance, se encargan de mantener
presente la posibilidad de un regreso del ex mandatario a la política.
Las últimas especulaciones sobre su posible retorno las disparó él mismo
en su cena de cumpleaños con estas palabras: "Estoy contento, no estén
tristes porque no hay ni una sombra de tristeza en mí". Antes de
concluir: "Nos veremos pronto".
Pero la propia Bruni hizo estas
demoledoras previsiones a la revista Atlántico en referencia a las
elecciones presidenciales de 2017: "[El presidente francés François]
Hollande no es muy bueno. Y vamos a tenerlo diez años, porque dentro de
cinco años es [la líder ultraderechista] Marine Le Pen con quien se
enfrentará en segunda vuelta y, por supuesto, él ganará", aseguró. "Es
cierto que Nicolas podría evitarle a Francia este duelo horrible. Pero
no tengo ningunas ganas de que vuelva. Nicolas y yo somos muy felices
con nuestra nueva vida."
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