Diario "Clarín". Buenos Aires 15 de setiembre de 2014.
Funcionarios K no escucharon a Cristina y mantuvieron sus dólares
La Presidenta había pedido pesificar los ahorros en moneda extranjera Así se desprende de sus declaraciones juradas, conocidas días atrás. Hay ministros, secretarios y embajadores.- Claudio Savoia
“Vos Aníbal, estás primero con bonete”,
retaba hace dos años Cristina al senador Fernández, porque en su
declaración jurada de bienes figuraba un ahorro en dólares. Ella misma
había pesificado los suyos como señal de patriotismo, y les ordenaba a todos sus funcionarios
y compañeros que hicieran lo mismo. Pese a que en aquel momento el
locuaz Aníbal había dicho que “tengo los dólares porque se me antoja”, a
los pocos días la presión lo venció: “Hice lo que tenía que hacer”. La
historia no sería más que una anécdota intrascendente, si no fuera
porque aún hay decenas de funcionarios K que siguen ahorrando en
dólares. Y algunos admiten verdaderas fortunas.
La lectura al azar de medio centenar de declaraciones juradas de ministros, secretarios, embajadores y directores de empresas públicas correspondientes a 2013, que la Oficina Anticorrupción divulgó hace unos días, revela que la desobediencia al deseo presidencial es bastante extendida. Incluso entre funcionarios que alimentan el relato oficial de izquierda, o referentes de La Cámpora.
Un ranking arbitrario podría comenzar con la embajadora en Gran Bretaña, Alicia Castro, de reconocido buen pasar económico. Deshaciendo la conversión de cada monto a pesos -como debe consignarse en la declaración- al tipo de cambio de $ 6,48 que regía entonces y en el que coinciden todas las actas que incluyen ese dato, declaró 663.473 dólares -que están depositados en EE.UU.- y 232.800 libras, que duermen en un banco inglés. Sumados, superan el millón de dólares. Ni herencia ni donaciones, la ex azafata logró todo con “ingresos propios”.
El segundo puesto, en cantidad, lo obtiene por aclamación el auditor general de la Nación y operador kirchnerista entre los jueces, Javier Fernández, con un total de 652.188 dólares.
Su portfolio suma 578.700 en efectivo, 45.680 depositados en Estados Unidos, y una caja de ahorro y dos plazos fijos por 8.129, 9.985 y 9.694 dólares respectivamente. A su salud. Otro embajador, el representante en Brasil Luis María Kreckler, declara un total de 184.870 dólares. El 95% de ese ahorro está depositado en Estados Unidos. Un peldaño más abajo, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, admite ser dueño de 175.194 dólares, repartidos en depósitos en bancos argentinos.
Nilda Garré, ex ministra de Defensa y de Seguridad y actual embajadora ante la OEA, recuerda sus años en la combativa juventud peronista mientras cuida sus 135.266 dólares, de los cuales 60.000 tiene en efectivo y el resto en dos cuentas bancarias en el país de Barack Obama. Siguen los embajadores: Carlos Cheppi, hombre de confianza de Julio De Vido y representante argentino en la Venezuela chavista, declara un depósito en Estados Unidos -patria de Satanás, según decía Hugo Chávez- por 111.106 dólares. ¿Un detalle?
Un año antes esa cuenta tenía casi diez veces menos plata. Raro, porque el resto de los bienes, deudas y acreencias declaradas tampoco explica mucho ese salto, originado en “ingresos propios ”. Cosas de los contadores.
La lista sorprende con un protagonista del caso Ciccone, el ex jefe de asesores de Ricardo Echegaray en la AFIP y representante provincial del organismo, Rafael Resnick Brenner. Procesado por el juez Lijo, no tendrá problemas para enfrentar embargos: declaró tener 96.500 dólares en efectivo. La directora de Radio Nacional, María Seoane, lo sigue de cerca, con US$ 90.499. Parece más estable esa divisa que los bonos de YPF, que había comprado un año antes y ya no figuran en su declaración.
Otro hombre de raíz izquierdista, el secretario de Obras Públicas Abel Fatala (cuyo nombre salpica con frecuencia el expediente por el fraude del programa Sueños Compartidos que comandaban las Madres de Plaza de Mayo), suma 71.000 dólares, si se incluyen los 5.000 euros que también declara. Mujer insignia de La Cámpora y actual embajadora en EE.UU., Cecilia Nahón también prefiere los billetes con el rostro de Washington. Declara tener 56.492.
Con mucho menos dinero pero poco sentido de la simbología política, otro hombre clave de La Cámpora, el secretario de Comercio Augusto Costa, reconoce la tenencia de 15.000 dólares, todo en efectivo. Para enfrentar una emergencia, le alcanza. Lo mismo podría decirse de Enrique Arceo, vicepresidente del Banco Nación, que declaró 13.066 dólares. El canciller Héctor Timerman dijo tener 7.370 dólares, el número dos de Radio Nacional Vicente Muleiro 4.684, y hasta el secretario general de la Presidencia, don Oscar Parrilli, los acompaña en la lista con un puchito de 2.263 dólares. Otros que al menos algún “verde” declararon son Mariano Recalde, el general César Milani y el operador K Rafael Follonier, con 487, 134 y 90 dólares respectivamente.
Hay otros casos vidriosos. Aunque no tiene dólares en su declaración, dentro de su nutrida cartera de inversiones en títulos el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno admite que en agosto de 2013 compró bonos TVPA, vinculados a dólares, por 929.162 pesos. Los economistas sabrán interpretarlo. Cristina, la pesificadora, ahora sabe dónde podría buscar los dólares que necesita para aflojar las tensiones cambiarias.
La lectura al azar de medio centenar de declaraciones juradas de ministros, secretarios, embajadores y directores de empresas públicas correspondientes a 2013, que la Oficina Anticorrupción divulgó hace unos días, revela que la desobediencia al deseo presidencial es bastante extendida. Incluso entre funcionarios que alimentan el relato oficial de izquierda, o referentes de La Cámpora.
Un ranking arbitrario podría comenzar con la embajadora en Gran Bretaña, Alicia Castro, de reconocido buen pasar económico. Deshaciendo la conversión de cada monto a pesos -como debe consignarse en la declaración- al tipo de cambio de $ 6,48 que regía entonces y en el que coinciden todas las actas que incluyen ese dato, declaró 663.473 dólares -que están depositados en EE.UU.- y 232.800 libras, que duermen en un banco inglés. Sumados, superan el millón de dólares. Ni herencia ni donaciones, la ex azafata logró todo con “ingresos propios”.
El segundo puesto, en cantidad, lo obtiene por aclamación el auditor general de la Nación y operador kirchnerista entre los jueces, Javier Fernández, con un total de 652.188 dólares.
Su portfolio suma 578.700 en efectivo, 45.680 depositados en Estados Unidos, y una caja de ahorro y dos plazos fijos por 8.129, 9.985 y 9.694 dólares respectivamente. A su salud. Otro embajador, el representante en Brasil Luis María Kreckler, declara un total de 184.870 dólares. El 95% de ese ahorro está depositado en Estados Unidos. Un peldaño más abajo, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, admite ser dueño de 175.194 dólares, repartidos en depósitos en bancos argentinos.
Nilda Garré, ex ministra de Defensa y de Seguridad y actual embajadora ante la OEA, recuerda sus años en la combativa juventud peronista mientras cuida sus 135.266 dólares, de los cuales 60.000 tiene en efectivo y el resto en dos cuentas bancarias en el país de Barack Obama. Siguen los embajadores: Carlos Cheppi, hombre de confianza de Julio De Vido y representante argentino en la Venezuela chavista, declara un depósito en Estados Unidos -patria de Satanás, según decía Hugo Chávez- por 111.106 dólares. ¿Un detalle?
Un año antes esa cuenta tenía casi diez veces menos plata. Raro, porque el resto de los bienes, deudas y acreencias declaradas tampoco explica mucho ese salto, originado en “ingresos propios ”. Cosas de los contadores.
La lista sorprende con un protagonista del caso Ciccone, el ex jefe de asesores de Ricardo Echegaray en la AFIP y representante provincial del organismo, Rafael Resnick Brenner. Procesado por el juez Lijo, no tendrá problemas para enfrentar embargos: declaró tener 96.500 dólares en efectivo. La directora de Radio Nacional, María Seoane, lo sigue de cerca, con US$ 90.499. Parece más estable esa divisa que los bonos de YPF, que había comprado un año antes y ya no figuran en su declaración.
Otro hombre de raíz izquierdista, el secretario de Obras Públicas Abel Fatala (cuyo nombre salpica con frecuencia el expediente por el fraude del programa Sueños Compartidos que comandaban las Madres de Plaza de Mayo), suma 71.000 dólares, si se incluyen los 5.000 euros que también declara. Mujer insignia de La Cámpora y actual embajadora en EE.UU., Cecilia Nahón también prefiere los billetes con el rostro de Washington. Declara tener 56.492.
Con mucho menos dinero pero poco sentido de la simbología política, otro hombre clave de La Cámpora, el secretario de Comercio Augusto Costa, reconoce la tenencia de 15.000 dólares, todo en efectivo. Para enfrentar una emergencia, le alcanza. Lo mismo podría decirse de Enrique Arceo, vicepresidente del Banco Nación, que declaró 13.066 dólares. El canciller Héctor Timerman dijo tener 7.370 dólares, el número dos de Radio Nacional Vicente Muleiro 4.684, y hasta el secretario general de la Presidencia, don Oscar Parrilli, los acompaña en la lista con un puchito de 2.263 dólares. Otros que al menos algún “verde” declararon son Mariano Recalde, el general César Milani y el operador K Rafael Follonier, con 487, 134 y 90 dólares respectivamente.
Hay otros casos vidriosos. Aunque no tiene dólares en su declaración, dentro de su nutrida cartera de inversiones en títulos el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno admite que en agosto de 2013 compró bonos TVPA, vinculados a dólares, por 929.162 pesos. Los economistas sabrán interpretarlo. Cristina, la pesificadora, ahora sabe dónde podría buscar los dólares que necesita para aflojar las tensiones cambiarias.
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