Diario "Clarín". Buenos Aires, 30 de agosto de 2013.
Cristina dijo que la quieren destituir con “balas de tinta”, en alusión a la prensa
ELECCIONES 2013- Rodolfo Lara
En el reinicio de la campaña electoral,
después de las PASO, Cristina Kirchner volvió a instalar la “teoría
destituyente” al denunciar, sin hacer nombres, un presunto intento para “derrocar” gobiernos con “balas de tinta”.
La declaración incorporada a su discurso, en la cuarta exposición Industrial de Berazategui, mencionó a “sectores minúsculos, pero poderosos en su poder de difusión”.
“Me encantó esa metáfora, lo de las balas de plomo que derrocaron a Perón; las balas de tinta intentan derrocar o destituir a gobiernos populares ”, fue la definición presidencial. El copyright pertenece al anfitrión, el intendente Patricio Mussi, quien antecedió en el discurso. No obstante, la mención, en esos términos, de la Presidenta adquiere gravedad institucional.
No es la primera vez que el kirchnerismo realiza advertencias sobre presunto complots. Ayer, se enfocó en aquellos que “amenazan con tirar a la cabeza cuando hay un proyecto que privilegia los intereses populares”.
Como en otros momentos, la suspicacia surge por la falta de verificación de esos supuestos ataques. El público partidario se conformó con gritar “el que no salta es de Clarín ”, un clásico en los actos kirchneristas. La apelación a un presunto golpe fue casi en simultáneo con la segunda audiencia en la Corte Suprema, por la Ley de Medios, entre el Gobierno y el grupo Clarín (ver página 16). El tribunal recibió presiones durante las exposiciones de actores de partes del Ejecutivo nacional.
Ayer, la presidenta se enfocó nuevamente en la prensa.
Estaban allí el gobernador Daniel Scioli, el candidato a diputado nacional por el FPV Martín Insaurralde, la ministra Débora Giorgi, e intendentes de la tercera sección electoral. También el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, quien permaneció al costado del palco, pero mantuvo protagonismo activo en cada detalle del acto. Entre ellos el frustrado acercamiento de Cristina al corralito de la prensa y el saludo a la militancia de Mussi, de Kolina y de la JP “La Cámpora”.
Insaurralde acompañó. Scioli mostró prontitud para la foto. Y el intendente de Berazategui podrá comentar que la Presidenta lo estímuló. “Hijo de tigre”, le dijo por su padre Juan José Mussi reivindicado “notable” poeta, antes que por sus éxitos en la sanidad del Riachuelo como secretario de Medio Ambiente.
Fue media hora de parábolas: Cristina habló de producción y trabajo en la década kirchnerista, auxiliada en el remate por la sirena de una fábrica cercana. “Es por el cambio de turno”, comentó. “Hace unos años no pasaba esto”, fue la explicación.
Ponderó, además, la “recuperación” estatal de Aerolíneas Argentinas e YPF. La prioridad, según sus dichos, es “volver a ser autosuficientes en materia energética” porque “si seguimos dependiendo, vamos a perder competitividad”. Presidenta y funcionario defendieron con igual intensidad el acuerdo entre la petrolera estatal y Chevron (Exxon en la gaff discursiva de Cristina). El capítulo económico se completó luego con la defensa presidencial del canje de deuda con tenedores de bonos en litigio. “El pasado está a la vuelta de la esquina”, advirtió al final.
La declaración incorporada a su discurso, en la cuarta exposición Industrial de Berazategui, mencionó a “sectores minúsculos, pero poderosos en su poder de difusión”.
“Me encantó esa metáfora, lo de las balas de plomo que derrocaron a Perón; las balas de tinta intentan derrocar o destituir a gobiernos populares ”, fue la definición presidencial. El copyright pertenece al anfitrión, el intendente Patricio Mussi, quien antecedió en el discurso. No obstante, la mención, en esos términos, de la Presidenta adquiere gravedad institucional.
No es la primera vez que el kirchnerismo realiza advertencias sobre presunto complots. Ayer, se enfocó en aquellos que “amenazan con tirar a la cabeza cuando hay un proyecto que privilegia los intereses populares”.
Como en otros momentos, la suspicacia surge por la falta de verificación de esos supuestos ataques. El público partidario se conformó con gritar “el que no salta es de Clarín ”, un clásico en los actos kirchneristas. La apelación a un presunto golpe fue casi en simultáneo con la segunda audiencia en la Corte Suprema, por la Ley de Medios, entre el Gobierno y el grupo Clarín (ver página 16). El tribunal recibió presiones durante las exposiciones de actores de partes del Ejecutivo nacional.
Ayer, la presidenta se enfocó nuevamente en la prensa.
Estaban allí el gobernador Daniel Scioli, el candidato a diputado nacional por el FPV Martín Insaurralde, la ministra Débora Giorgi, e intendentes de la tercera sección electoral. También el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, quien permaneció al costado del palco, pero mantuvo protagonismo activo en cada detalle del acto. Entre ellos el frustrado acercamiento de Cristina al corralito de la prensa y el saludo a la militancia de Mussi, de Kolina y de la JP “La Cámpora”.
Insaurralde acompañó. Scioli mostró prontitud para la foto. Y el intendente de Berazategui podrá comentar que la Presidenta lo estímuló. “Hijo de tigre”, le dijo por su padre Juan José Mussi reivindicado “notable” poeta, antes que por sus éxitos en la sanidad del Riachuelo como secretario de Medio Ambiente.
Fue media hora de parábolas: Cristina habló de producción y trabajo en la década kirchnerista, auxiliada en el remate por la sirena de una fábrica cercana. “Es por el cambio de turno”, comentó. “Hace unos años no pasaba esto”, fue la explicación.
Ponderó, además, la “recuperación” estatal de Aerolíneas Argentinas e YPF. La prioridad, según sus dichos, es “volver a ser autosuficientes en materia energética” porque “si seguimos dependiendo, vamos a perder competitividad”. Presidenta y funcionario defendieron con igual intensidad el acuerdo entre la petrolera estatal y Chevron (Exxon en la gaff discursiva de Cristina). El capítulo económico se completó luego con la defensa presidencial del canje de deuda con tenedores de bonos en litigio. “El pasado está a la vuelta de la esquina”, advirtió al final.
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