Reunión con
dirigentes de centrales gremiales internacionales: Palabras de la Presidenta
de la Nación
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PALABRAS DE
LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, DURANTE UNA
REUNIÓN CON SINDICALISTAS INTERNACIONALES, DESDE NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.
Nueva York,
23 de setiembre de 2014.
En principio,
muy buenas tardes a todos y a todas: quiero agradecer a las representantes y
a los representantes sindicales más importantes, a nivel global, algunas como
Sharan, con la que ya hemos estado reunidas, junto a otros sindicalistas, en
diversas oportunidades, y yo quisiera, en este lugar, que también tiene una
connotación, este espacio no solamente del Consulado, sino este salón, en
especial, yo vine a hablar en este salón como candidata a Presidenta, en el
año 2007, me acompañaba Daniel Filmus, que era el ministro de Educación del
Presidente Kirchner y habíamos convocado, en este lugar, a científicos y
científicas argentinas, que se habían ido del país, en diferentes etapas
históricas, algunos durante la dictadura, por motivos de persecución
política; otros, con las diferentes crisis económicas, a partir de la falta
de oportunidades, y porque, inclusive, durante la década de los 90 a nuestros
científicos y científicas se los había mandado a lavar los platos. En
definitiva, nos encontramos con ellos, en aquella oportunidad, e
intercambiamos muchísimas opiniones y creo que allí fue donde yo anuncié que
iba a crear el ministerio de Ciencia y Tecnología, cosa que hice ni bien
asumí como Presidenta. Y había un nuevo científico, que estaba, que me vino
acompañando y que era el titular de la Agencia de Inversiones, del ministerio
de Educación, un científico como Lino Barañao, convertido en ministro de
Educación.
Yo quiero comenzar
con lo que dijo Sharan, ella habló de un virus y todos nos referimos a este
episodio de la Argentina con los fondos buitre, que es que leading case, en
Argentina, pero este virus no apareció, ahora, este virus, bacterias o como
quieran llamarlos, comienza cuando el neoliberalismo implanta en el mundo,
caído el Muro de Berlín, la ideología que se había acabado la historia y que
no había otro modelo de desarrollo que el que planteaba ese neoliberalismo
que significaba la Teoría del Derrame, derrame que nunca llega, el
achicamiento de las conquistas sociales, porque esto daba competitividad a la
economía y comienza una transformación.
Ustedes
fíjense que durante la década de los 90, surgen los denominados bancos de
inversión. Hasta ese momento los bancos eran comerciales, bancos que
intermediaban en el mundo de la economía y que es correcto, a través del
crédito, para las empresas, para generar trabajo, para que las empresas
puedan crecer, tener mayor rentabilidad y si tienen mayor rentabilidad puedan
invertir más, un desarrollo de un capitalismo normal. A partir de la
generación y la aparición de los denominados bancos de inversión comienzan a
generarse lo que se llaman los derivados financieros, y que vienen a
contrariar la esencia misma del capitalismo. ¿Por qué? Porque el capitalismo,
se lo mire desde la ideología que se lo mire, necesita per se articular la
fuerza de trabajo y la fuerza del capital. El dinero para poder reproducirse
tiene que pasar por el circuito del trabajo, o sea de la producción de bienes,
de servicio, de innovación, de tecnología, de investigación, porque el dinero
no se reproduce a sí mismo porque alguien apuesta sobre un modelo o un diseño
financiero que no tiene ningún sustento ni ningún anclaje en la producción de
ideas, de trabajo físico, de cosas, de bienes, vuelvo a reiterar y yo creo
que ahí comienza y empieza una suerte de degeneración cada vez más grande del
sistema, hasta llegar ya al caso de los fondos buitre, que son su máxima
expresión. ¿Por qué es su máxima expresión? Porque directamente ya ni
siquiera invierten en derivados financieros, ya ni siquiera son bancos de
inversión que asesoran para que se compren bonos, en tal parte, o asesoran
fondos de pensión o invierten en fondos de pensión. No, simplemente están
esperando los fondos buitre que un país esté al borde del default, que
alguien se esté muriendo, como cuando los buitres revolotean, para comprar
títulos de ese país, a muy escaso precio; si el valor nominal de ese bono es
100 pesos, lo compran a 8 pesos, a 7 pesos, a 5 pesos y luego, ni siquiera,
les interesa ir a reclamarlo al país, en una reestructuración de deuda, sino
ir a litigar, a hacer juicios para luego obtener – y acá quiero detenerme, en
lo que hablaba Víctor Báez – que se refería a eso de ganar rápidamente. No
estamos ante un problema de ganancia rápida, estamos ante un problema de
usura internacional, que es otro tema totalmente diferente.
Yo tampoco
voy a ser tan ingenua de pensar que las empresas no quieren ganar rápidamente
y que cada una quieren recuperar lo más rápidamente el capital que han
invertido. Podemos discutir si esto es ético, si no lo es, si me gusta, si no
me gusta, pero esto sucede. Acá no estamos ante esto, porque para que ustedes
tengan una idea, la Argentina, que reestructuró el 92,4 por ciento de su
deuda soberana, ha pagado – desde el año 2003, a la fecha – 190.000 millones
de dólares, repito la cifra: 190.000 millones de dólares, entre tenedores de
bonos, deuda que no había sido defaulteada, que estaba performing, y también
organismos multilaterales, o sea ha cumplido rigurosamente sus obligaciones,
tanto la que reestructuró Néstor Kirchner, con el 76 por ciento, en el año
2005, como la que me tocó completar a mí, con el 92,4 por ciento, en el año
2010, o sea es con una rentabilidad más que atractiva. Por ejemplo alguien
que ingrese, si hoy el señor Paul Singer, o cualquiera de los fondos, que
están haciendo juicio ingresarán a la Ley de Pago Soberano, que hoy ha sido
abierta para el cien por cien de los acreedores, inclusive aquellos que
tienen entablado juicio contra la Argentina, cosa que no sucedía ni en el
canje 2005, ni en el canje 2010, porque en esos canjes si alguien tenía
juicio contra la Argentina debía renunciar al juicio y recién podía renunciar
al canje. Ahora no, aún con juicio pueden ingresar al canje. Ahora, de
ingresar al canje obtendrían – en dólares – una rentabilidad, aproximada a
partir de los 48 millones de dólares, que invirtieron, cuando compraron esos
bonos ya defaulteados, la mayoría, en el año 2008 una ganancia, en dólares –
desde el año 2008 a la fecha – superior al 300 por ciento.
Ustedes que
tienen fondos invertidos como trabajadores en fondos de inversión díganme
¿quién les paga una renta, en ocho años, en dólares, del 300 por ciento?
¿Cuánto es la renta que le están pagando sus fondos de inversión, anuales? 4;
3; 5 por ciento, ni 5 por ciento, le deben estar pagando un 3 ó un 2 por
ciento anual. Bueno, estos fondos, con lo cual estoy hablando de cosas
concretas, no estoy hablando ni de teoría, ni de ingenuidades, ni de utopías,
estoy hablando de números. A ustedes, los trabajadores, sus fondos de
pensión, les pagan un interés, anual, en dólares, del 2 ó 3 por ciento.
Bueno, acá de ingresar al pago soberano estarían cobrando más de 300
por ciento de rentabilidad, con lo cual vemos que en realidad el problema es,
primero, de usura, pero yo creo que va más allá de eso. Yo creo que, además,
Argentina ha demostrado, en estos diez años, porque hemos pagado 190.000
millones de dólares y hemos desarrollado un modelo de inclusión social y de
reindustrialización del país que nos ha permitido superar la crisis, que
provocó precisamente el altísimo endeudamiento, que llegó a ser del 160 por
ciento del PBI; generar millones de puestos de trabajo; con la última moratoria
previsional podemos decir que el cien por cien de las personas, en
condiciones de obtener una jubilación o una pensión, en la Argentina, pueden
acceder con un modelo de inclusión social, lo cual nos ha permitido también
poder desarrollar un fuerte mercado interno.
Ha sido
también muy favorable para países como Estados Unidos, y también se lo quiero
decir a Cathy, para que pueda exponerlo ante sus propios compañeros. Ustedes,
en estos últimos diez años, las exportaciones de Estados Unidos a la
Argentina, o sea los bienes y servicios, que producen los trabajadores
norteamericanos, bajo la forma de bienes y servicios, han crecido al 260 por
ciento. Vuelvo a repetir: Estados Unidos ha aumentado sus exportaciones a la
Argentina un 260 por ciento, casi el doble de lo que ha aumentado sus
exportaciones al resto del mundo, o sea el modelo argentino de crecimiento y
desarrollo, no ha sido un mal negocio para los Estados Unidos, e inclusive el
segundo inversor en nuestro país, son empresas estadounidenses y les reitero,
ha crecido un 260 por ciento, con un superávit comercial de balanza -
solamente en bienes - de 15.000 millones de dólares, a favor de Estados
Unidos. Si además le anexamos servicios estaríamos prácticamente en el doble
de superávit comercial, algo que le conviene al país, a sus trabadores, a sus
empresarios, a sus empresas, en general. Y por si esto fuera poco, la
Argentina no ha crecido en sus exportaciones en igual modo a Estados Unidos,
hemos crecido menos de 50 por ciento y aún tenemos fuertes barreras
para-arancelarias con la carne, con los limones, en fin, proteccionismo muy
desarrollado.
Ustedes saben
que Estados Unidos es el país que más denuncias tiene en la Organización
Mundial de Comercio por proteccionismo, sin embargo viven hablándonos del
libre comercio y dándonos clases del libre comercio a todos, cosa en la cual
nadie cree, ni tampoco los que lo dicen, pero - en definitiva- nosotros
tampoco les creemos, nosotros creemos en la Administración de Comercio,
porque creo que es la defensa también que cada país hace de sus trabajadores,
de sus empresas y de sus fuentes de trabajo.
Pero quiero
reiterar esto, porque la Argentina ha revelado una voluntad de pago, como
nunca antes ningún gobierno, no solamente eso, siendo Presidente Néstor
Kirchner pagó y canceló totalmente la deuda con el Fondo Monetario
Internacional, que venía de stand by, en stand by y cada seis meses llegaba
un Virrey diferente del Fondo Monetario, a decirnos qué teníamos que hacer
los argentinos, lo mal que nos portábamos los argentinos, a proponer una
nueva flexibilización laboral. Me tocó como Senadora, porque puedo hablar con
conocimiento de causa, no llegué a Presidenta – como algunos creen – por
estar casada con Néstor Kirchner, es más fui Gobernadora en la provincia de
Santa Cruz, antes que él fuera Gobernador y me conocían más a mí como
legisladora nacional, que cuando él era gobernador de la provincia de Santa
Cruz, pero bueno la misoginia es la misoginia en todas partes y no podemos
apartarnos. Las compañeras me deben entender porque ellas deben haber pasado
muchas veces por lo mismo, pero lo cierto es que nosotros hemos tenido una
voluntad de pago muy fuerte. Veníamos de stand by, en stand by, como les
venía relatando, hasta que Néstor decide cancelar la deuda con el Fondo
Monetario Internacional.
Y ahora,
recientemente, hemos también abordado el problema que teníamos con el Club de
París, una deuda que tuvo su origen, en el año 1956, cuando cae – me voy a
corregir el gobierno peronista no cayó, no iba en el colectivo y se cayó –
cuando fue derrocado, por un golpe de Estado, el gobierno del General Perón,
y a partir de allí se generó una deuda, en el año 56, con unos 19 países de
Europa, y se genera lo que se conoce con el nombre de Club de París, se
arrastraba desde el año 1956 esa deuda, y finalmente, este año, por
instrucción de esta Presidenta, el ministro de Economía, Kicillof, se reunió
con los miembros de la Unión Europea, con 19 ministros de la Unión Europea, y
pudimos también encarar la negociación y ya realizamos el primer pago con el
Club de París, por 642 millones de dólares. Bueno es resaltar que todo esto:
los 190.000 millones de dólares de pago, la cancelación del Fondo Monetario,
el arreglo con el Club de París, la generación de millones de puestos de
trabajo, de millones de jubilados, de miles de empresas, de
reindustrialización del país se hizo sin acceso al mercado de capitales, o
sea no nos endeudamos más, no fuimos a pedir dinero para hacer estas cosas,
porque dado el default, del año 2001, no teníamos acceso al mercado de
capitales, por lo cual ha sido un esfuerzo puro del conjunto de la sociedad
argentina: de sus trabajadores, de sus empresarios, etc.
Y yo decía de
sus trabajadores y estaba recordando, cuando era Senadora, que nos tocó
atravesar, también, durante la década de los 90 y principios del año 2000,
dos intentos también de la famosa Reforma Laboral, porque se cree que
quitándole derechos a los trabajadores se va a poder desarrollar más la
economía, cuando nadie parece querer darse cuenta que los trabajadores son,
hoy, usuarios y consumidores. Y si le quitamos a los trabajadores poder
adquisitivo, quién compra, quién consume y quién retroalimenta la rueda del
capitalismo, que precisamente se basa en el consumo masivo. Y ustedes lo
deben saber porque en este país se inició el consumo masivo, y el hecho de
que los trabajadores puedan tener buenos sueldos. Yo recordaba el otro
día en mi país que era Henry Ford, un empresario emblemático aquí en los Estados
Unidos, que decía que tenía que pagarles buenos salarios a sus trabajadores
para que sus trabajadores tuvieran plata para poder comprarle los autos. Y
esto puede reproducirse así hasta el infinito.
No lo creen y
no lo creen por qué, porque a partir del aparecido de estos fenómenos
financieros donde el capital se puede reproducir o el dinero se reproduce sin
pasar por el circuito de lo humano, del hombre a través de lo que produce su
inteligencia o de lo que producen sus manos o sus ideas, comienza esta verdadera
distorsión. Y no estoy hablando en términos técnicos, que podríamos hacerlo,
no estoy hablando en términos de buenos y malos, estoy hablando en términos
estrictamente económicos.
Distorsión,
por qué, porque nadie además puede creer que existan las cifras que se
manejan cuando dicen tal empresa vale tanto, tal empresa vale tal otra,
aquella empresa vale tal otra. Yo estoy segura que si yo quisiera de repente
ir y retirar todo el dinero de un fondo de pensión en un banco, ni obtendría
ni siquiera una cuarta o una décima parte de eso.
Todos sabemos
que el dinero bancario nunca es el dinero físico y real, que siempre es menor
el dinero físico y real. Pero acá la reproducción ha sido de tal manera, que
implosionó también en el mundo en el año 2008, con las subprime, con las
hipotecas, cuando cayeron bancos. No estoy hablando solamente de la
Argentina.
¿Y por qué el
tema de la Argentina? Porque antes pasaron muchas cosas en el mundo, crisis
de la cual todavía no hemos salido, porque hoy vemos que muchísimos países
tienen el mismo problema de endeudamiento. No es casualidad que hayamos
obtenido una mayoría aplastante en Naciones Unidas para apoyar la Resolución
68/304 que impulsa la creación o la sanción por parte de la Asamblea General
de las Naciones Unidas de una convención de un tratado sobre la
reestructuración de deuda soberana.
Es que hay un
refrán en mi país que dice cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon
las tuyas a remojar. Y me parece que Argentina es un ejemplo en el cual se
vieron reflejados muchísimos países del mundo, de África, de la propia
Europa, donde hoy vemos que países como España, países como Inglaterra,
países como Italia, están con un nivel de endeudamiento superior a su
Producto Bruto Interno.
Vemos también
un gran paro fundamentalmente en los sectores juveniles. El otro día cuando
mantuve el almuerzo con Su Santidad el Papa Francisco, él me explicaba su
inmensa preocupación y dolor por la juventud, con el promedio del 40 por
ciento desocupada en Europa, el 50 en España me hablaba y todo lo que esto
acarrea.
Entonces,
como vemos, lo que está pasando en la Argentina, es el espejo de lo que
significa la distorsión del sistema económico mundial a partir, de no ya lo
financiero, sino lo netamente especulativo. Sabemos que hay finanzas, sabemos
que tienen que haber bancos, sabemos que tiene que haber rentabilidades
porque el crédito también es un instrumento importante, pero acá estamos ante
un modelo absolutamente depredador y por eso es un modelo buitre.
Y por eso
creo que ni siquiera le conviene a los otros fondos de inversión que por allí
van a generar con esto una reacción porque a muchísimos fondos de inversión
invierten en empresas, en fondos de jubilados, etcétera, pero no con este
ánimo, como yo digo, depredatorio.
¿Y por qué
depredatorio? Porque yo creo que en realidad, como me lo dijo un importante
presidente de una de las potencias del mundo que visitó hace poco mi país, me
dijo “pero, Presidenta, ¿usted realmente cree que este problema es por 1.600
millones de dólares que es lo que se está demandando acá en el juzgado del
doctor Griesa?”. Me dijo “no, son dos cosas: una, escarmentar a la Argentina
que tuvo un modelo de desarrollo que no se basó precisamente en las
indicaciones del Consenso de Washington, al contrario, del modelo neoliberal,
pero fundamentalmente porque ustedes son la segunda reserva de gas shale del
mundo y la cuarta de petróleo shale del mundo”.
Además, un exfuncionario de este
país, que se entrevistó con un funcionario del mío, dice que se habla ya de
Argentina en algunos lugares de la administración de aquí, como una nueva
Arabia Saudita, con una diferencia, no estamos en medio de ejércitos ni de
guerras ni en lugares de difícil acceso, no hay enfrentamientos religiosos,
somos un país y una región afortunadamente donde no hay diferencias étnicas,
donde no hay diferencias religiosas, donde las diferencias son políticas y se
dirimen a través de las urnas democráticamente y, además, donde hemos tenido
conflictos regionales, que los hemos tenido entre países hermanos, fuimos
nosotros a través de instrumentos como, por ejemplo, la UNASUR, donde pusimos
resolución pacífica a esos conflictos sin la necesidad de que intervinieran
ninguno de los organismos multilaterales formales existentes en el mundo.
Entonces, yo
creo que lo que está pasando, por ejemplo, hoy leía un comentario de
Financial Times, nadie puede pensar que el Financial Times sea un diario pro
argentino, pero el Financial Times se puso a investigar cuáles eran los
antecedentes jurídicos, de hecho el common law que tiene Estados Unidos, dada
la jurisprudencia que había tomado la Corte de Apelaciones acá del distrito
de Nueva York para rechazar la presentación del Citibank, que realmente sabe
que tiene la obligación de pagar porque se le deposita el dinero para hacerlo
y, bueno, nos enteramos el antecedente que se tomó para rechazar la cuestión
de competencia de jurisdicción, es un caso que es ante una organización no
gubernamental que defiende o que representa el interés de la gente que no
quiere que se engorde en un restaurante.
Este es el
antecedente que la Corte del distrito tomó como antecedente en lo que todo el
mundo, no nosotros, denomina el juicio del siglo. Esto habla, por sobre todas
las cosas, de la poca seriedad a los que se la pasan reclamando seriedad, de
la poca juricidad y de la poca institucionalidad a los que se la pasan
declamando y reclamando y demandando juricidad y respeto a las instituciones.
Por eso
Argentina depositó lo que debía en el vencimiento anterior y va a volver a
depositar para el vencimiento de este 30 de septiembre que son 187 millones
de dólares porque hemos pagado. Y hoy resulta que tenemos 539 millones de
dólares aquí en otro lugar de Nueva York o en un banco de Nueva York que no
están ni embargados ni han sido transferidos a quienes son sus tenedores
porque nosotros desde el momento en que pagamos, nos desprendemos del dinero
que pasa a ser exactamente propiedad de los tenedores de bonos, no se les
distribuye a los tenedores, tampoco se ejecuta la sentencia de Griesa.
La sentencia
de Griesa decía que por cada dólar que se le pagara un tenedor de bonos,
había que pagarle también a cada uno de los buitres. Tampoco el juez cumple
su propia sentencia. Entonces, estamos en dónde, en el limbo jurídico,
estamos ante una sentencia de carácter incumplible.
Cuando
alguien dicta una sentencia de carácter incumplible, no es casualidad, no es
porque no sabe de derecho. Yo no voy a cometer diferencias porque el doctor
Griesa es un juez municipal o no conoce el derecho o es un señor mayor que se
equivoca en hacer las cosas así. No, las cosas tienen una orientación, una
dirección y un fin: tirar abajo la reestructuración exitosa de la Argentina
del 92,4 por ciento de la deuda. ¿Por qué? Porque conseguimos una quita
importante, quita que tenía sí un fuerte sentido de la lógica, ética y
también capitalista.
Porque en
definitiva, quién depositaba dólares en nuestro país, que pagaba una tasa del
19, 14 o 15 por ciento anual, en un mundo donde la tasa anual en dólares era
del 2 por ciento, el 1 y medio, sabía necesariamente que debía asumir el
riesgo. El riesgo de la ganancia rápida, el riesgo de la ganancia usuraria,
también el riesgo de que alguien no te pague porque no te puede pagar. Tenés
que asumir entonces una parte de la responsabilidad. Y quien también tendría
que haber asumido una parte de la responsabilidad en ese default del 2001,
era el Fondo Monetario Internacional. ¿Por qué? Porque durante toda la década
de los 90 mostró a la Argentina como el alumno predilecto y que las políticas
que se aplicaban en la República Argentina, eran precisamente las políticas
que debían aplicarse.
Si el maestro
ha dicho que era el niño más aplicado, tanía 10 y resulta que cuando fueron
al cuaderno del niño el niño se copiaba, no había hecho las cuentas o no
tenía hecho los deberes, bueno, por lo menos debía haberle puesto un 5 y el
otro 5 hacerse cargo el Fondo Monetario Internacional. Nada de eso pasó, todo
fue a la cuenta de la Argentina.
¿Y qué hizo
el gobierno de Néstor Kirchner, que no se había endeudado, que no había
tomado un solo peso porque él venía de una provincia además administrada
donde la dejó con 600 millones de dólares que habíamos cobrado de regalías,
la única provincia de las 10 provincias productoras de petróleo que hizo esa
política de ahorrar para poder desarrollarse? Y nos hicimos cargo de la deuda
y nos arremangamos y nos pusimos a reestructurar esa deuda y no le echamos la
culpa a nadie.
Y bueno, esta
es la historia de la Argentina, pero puede ser la historia de cualquier otro
país, es la historia, inclusive yo lo decía el otro día cuando me tocó hablar
en un acto en la Casa de Gobierno. Yo era legisladora cuando la Argentina
defaulteó su deuda, era senadora de la Nación, fue de madrugada, parece casi
el título de una novela, en una parte de la Asamblea Legislativa que resultó
electo como presidente porque fue una semana en que hubo 5 presidentes en la
República Argentina producto de la crisis, el cuarto, decretó el default y el
Congreso aplaudió ese default.
El otro día
sancionamos una ley que exactamente el reverso, la cara contraria de la
moneda. Si aquel Congreso dijo que no le iba a pagar a nadie, que la deuda no
se podía pagar, este Congreso el otro día sancionó una ley que dice que le
quiere pagar al 100 por ciento de los acreedores, que depositó el dinero en
tiempo y forma, que lo volverá a hacer en cada uno de los vencimientos con
recursos propios y que está a disposición de cada uno de los acreedores ese
dinero.
Fíjense si
será raro el caso de la Argentina. ¿Qué país del mundo hoy, si todos los
países del mundo está viendo como renuevan la deuda y hacen la bicicleta
financiera para poder ver cómo afrontan nuevos vencimientos y la deuda se va
agrandando cada vez más, los trabajadores ven cada vez más achicada sus fuentes
de trabajo, ven reducidos sus salarios, es más hay ofrecimientos…? El otro
día leía que una compañía aérea, creo que era American Airlines, los
trabajadores estaban ofreciendo, corríjanme si no es así en muchos casos,
ofreciendo reducir los salarios a cambio de que no hubiera despidos en las
compañías.
Esto está
pasando acá en muchos casos y está pasando también en muchos casos en Europa.
Entonces,
digo, que de esto que está pasando, ¿qué pasa en la Argentina? Pero está
pasando también en otros lados, lo que pasa es que todavía no se produjo la
implosión que se produjo en la República Argentina.
Pero ningún
país va a poder pagar el 160 por ciento de su PBI y va a seguir siendo una
permanente bicicleta hasta que, finalmente, bueno, como pasó en la crisis del
30, como nos pasó en la crisis del 2008, pueden volver a pasar nuevas crisis
recurrentes.
Por eso lo de
la Argentina y la necesidad de este leading case de un tratado, precisamente,
que regule la reestructuración de la deuda que dicen “no, no es necesario
porque ahora todos los países, tomando el caso de la Argentina, introducen la
famosas cláusulas donde se establece que si el 66 por ciento del 75 por
ciento acepta esa forma de pago, el otro 25 por ciento o el resto de los acreedores
tiene la obligación de aceptarlo.
Mentiras, si
no hay un tratado internacional que respalde esto, puede haber cualquier otro
juez Griesa, aquí o en cualquier otra parte del mundo que diga “no, esto no
es oponible porque esto lo decidió para el país en un grupo de acreedores y
yo tengo bonos y en este juzgado digo que no, que no es así”.
Por eso es
necesario, por eso nosotros pudimos recuperar la Fragata Libertad, que
también nos fue embargada por los fondos buitres, la nave insignia.
Imagínense ustedes que alguien le embargara a Estados Unidos alguna nave
insignia y no digo…pero supónganse en un juicio por violación a los derechos
humanos o a cualquier otra cosa. Imagínense lo que sería.
Bueno, a
nosotros nos embargaron la nave insignia y como había una convención
internacional de tratados de derechos del mar, pudimos aplicarle el derecho
internacional vigente, recuperar nuevamente nuestra Fragata por la cual
algunos querían pagar hasta 50 millones de dólares para que nos la
devolvieran. ¡Dios mío! Recuperar la fragata insignia sin ningún tipo de
honor y además pagando 50 millones de dólares que muchos ofrecieron pero que
nadie sacó un dólar de su bolsillo para pagarlo.
Por eso digo
que es mentira los que dicen que hoy las naciones que están estructurando su
deuda soberana, están a salvo porque están introduciendo estas cláusulas.
Basta que algún juez en alguna jurisdicción diga que esto no es aplicable,
para que esto tenga plena aplicación y le sea aplicada esa sentencia. Por eso, es necesario esta regulación de carácter
internacional.
Y yo quiero
agradecer la solidaridad de los trabajadores que además, creo sinceramente
que es en defensa propia. Porque, yo agradezco profundamente este apoyo, lo
que planteaba Katy, pero creo que de seguir produciéndose hechos, fenómenos,
como ustedes quieran llamarlos, de esta naturaleza, los que van a terminar
pagando como de hecho están pagando la crisis del 2008 todavía irresuelta,
son los trabajadores. Uno lo puede ver aquí en Estados Unidos, lo puede ver
en todas partes como ha aumentado la pobreza, el desempleo, la precarización
laboral. Cómo comienzan a surgir también en cada país los intentos de
autonomización de regiones, porque creen que una región vive a costa de la
otra. O sea, esto atenta también a la unidad y a la integridad territorial de
las naciones.
El otro día
vimos en Inglaterra una consulta popular para dividirse, escindirse, yo no sé
qué festejaban los que sacaron el 55 por ciento, porque si yo viviera en la
República Argentina y una provincia o una parte del país, el 45 por ciento se
quiere ir de la República Argentina, estaría muy preocupada.
Y estas
cosas, como las que están pasando en España, como la que pasa en el norte de
Italia con los Lombardía, cuando dicen que los del sur son haraganes y que
viven a costa de ellos, que es lo que sostenían los escoceses, que es lo que
sostienen en Cataluña o los Países Vascos, comienzan la desintegración de los
países.
Y yo creo que
no es dramatizar, es simplemente tener una mirada estratégica que va un poco
más allá del hoy y del mañana inmediato para ver lo que puede pasar cuando
vienen épocas de crisis.
Por eso, creo
que es muy importante y por eso creo que tuvimos el apoyo de tantos países. Y
lo que sí espero es que además de todas las cosas y de la solidaridad de las
cartas para enviar a los fondos de inversión, también hagamos muchas cosas en
cada uno de nuestros países para que durante el curso de este año y del que
viene, antes de que se celebre una nueva reunión de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, en el año 2015, tengamos listo y sancionado el Marco
Regulatorio Multilateral para la Reestructuración de Deudas Soberanas.
Y va, no solamente la vida en ellos, sino la subsistencia de un mundo más
equitativo, más justo, más digno para los trabajadores, también para los
empresarios que tienen que tener empresas sustentables, como señalaba Víctor,
y en general para los jóvenes que han perdido las ilusiones, las utopías y
que muchas veces terminan en situaciones que uno no quisiera ver.
Por eso,
quiero agradecerles profundamente la presencia de todos ustedes aquí y
decirles que esto no es no llores por mí Argentina, es no lloren por mí el
mundo.
Gracias.
(APLAUSOS)
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viernes, 10 de octubre de 2014
CRISTINA EN NUEVA YORK. ARGENTINA ES LA NUEVA ARABIA SAUDITA
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