lunes, 25 de mayo de 2015

EE.UU. - ARGENTINA.(2011) SE ENFRÍAN LAS RELACIONES ECONÓMICAS CON EL TIO SAM


Consumo y negocios

Se enfrían las relaciones con el Tío Sam

La participación de Estados Unidos en las ventas y compras externas de la Argentina disminuyó del 12 al 7,8% en 10 años, de la mano de un deterioro del trato político
Por   | LA NACION




Las relaciones políticas no fueron las únicas que se enfriaron en la última década entre la Argentina y los Estados Unidos, sino que también las comerciales acusaron el impacto del viento helado que arreció entre los gobiernos de uno y otro país: desde 2001 hasta la actualidad, la participación de la economía norteamericana en las exportaciones argentinas cayó 55 por ciento. No sólo eso. Hace 10 años, el comercio bilateral representaba 12% del total de flujos comerciales argentinos, mientras que ahora explica 7,2 por ciento.
No es extraño así que Estados Unidos haya pasado en ese tiempo del 2° al 4° lugar como destino de las exportaciones argentinas. Según un análisis de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), mientras que en ese periodo el resto de los grandes socios comerciales del país han incrementado su participación en las ventas locales al exterior, Estados Unidos ha decrecido. Brasil sigue como principal comprador (siempre con una participación de mas del 20%), y China duplicó su importancia relativa. También creció Africa, y se mantuvo Europa.
Eduardo Amadeo, ex embajador en los Estados Unidos y actualmente diputado por el Frente Peronista, atribuye este deterioro a la impronta que el Gobierno les ha dado a las relaciones con ese país. "Los Kirchner creen que los conflictos políticos no tienen impacto más allá de en una cuestión puntual. Pero no es así", dice Amadeo. "En un país como Estados Unidos, donde el Congreso tiene mucha importancia, la conflictividad permanente que hemos tenido con ellos está erosionando el comercio bilateral", opina.
Entre las causas que explican este esmerilado comercial, Marcelo Elizondo, director de DNI, destaca la quita de financiamiento que el gobierno estadounidense daba a los compradores de productos argentinos; la desinversión de empresas americanas aquí, y el amago de sacar a la Argentina del sistema generalizado de preferencias (SGP), que permite que algunos productos locales ingresen sin aranceles. Este último riesgo, que se acrecienta por la presión que ejercen sobre el presidente estadounidense, Barack Obama, los tenedores de bonos argentinos en default , fue confirmado desde la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). "El temor que siempre está latente es que nos quiten de la lista de países que se encuentran bajo el SGP", comentaron a La Nacion desde esa entidad en un texto que enviaron por escrito.
"Hace dos años que el Departamento de Comercio de los Estados Unidos amenaza con sacar ese beneficio, que otorga unilateralmente y debe renovarse anualmente", explica Elizondo. "Muchas empresas tienen miedo de seguir buscando clientes en un mercado donde su competitividad está atada a ese privilegio, por eso prefieren salir a probar en otras plazas."
Más aún cuando el esfuerzo para afianzarse en un nicho como el estadounidense es grande, tal como lo confirma Roberto Rivero, gerente de Finanzas de Corporación del Bosque, firma que distribuye el endulzante Dulkre, la inversión que se necesita es alta. "Hace diez años exportamos algo allá, pero ahora preferimos concentrarnos en mercados regionales, que son más receptivos a nuestro producto", afirma Rivero. Desde la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en el país (Amcham, por sus siglas en inglés), reconocen que la crisis internacional golpeó un poco las exportaciones locales en 2008 y 2009, aunque señalan que nominalmente las ventas a ese destino crecieron.

La soja va para China

Pero hay más razones que la crisis financiera para explicar el fenómeno, entre las que se cuentan la primarización de la economía local, que lleva a exportar más a países demandantes de commodities (Estados Unidos produce materias primas agropecuarias) y el aumento de tratados bilaterales con Brasil, que desvían gran parte del comercio local hacia el principal socio del Mercosur. "Sin desdeñar el fuerte proteccionismo americano", acota Amadeo.
Existen también falencias productivas propias del país, como sucede con el petróleo y sus derivados o con la fruta de exportación estrella de la posconvertibilidad, los arándanos. Federico Baya, responsable de Comercio Exterior de Tecnovital, empresa que exporta arándanos, cuenta que sus ventas a Estados Unidos no cayeron, pero que la producción está afectada por la falta de competitividad. "Los altos costos afectan a los productores, a los que ya no les da la ecuación."
Desde una importante petrolera, explicaron que las ventas externas de petróleo y sus derivados se vieron afectadas por la deficiente política energética, que desalienta su producción y que hace que el país deba importar en lugar de exportar. Si bien esto afecta en todos los mercados, se siente en relación con Estados Unidos, comprador de estos productos. "Ellos no nos demandaban soja, sino petróleo. Por eso, la cuenta de intercambio se resiente", analiza la fuente.
El estudio de DNI concluye que, en consonancia con un período de relaciones políticas menos fluidas, ha descendido de manera significativa la participación de Estados Unidos en el comercio argentino, tendencia que se intensifica. Al menos un producto local descuella en el norte. Eduardo Stabholz, presidente de Goodies, cuenta que el chimichurri Marian Arytza se vende muy bien, tanto en la costa este como en la oeste. 

 

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Un socio que se rezaga en una época de auge


El deterioro de las relaciones comerciales con los Estados Unidos llama más la atención porque se produce en una década en la que las exportaciones e importaciones locales se destacaron por su crecimiento. Las primeras aumentaron de US$ 26.655 millones a US$ 68.134 millones (155%), mientras que las últimas pasaron de US$ 20.312 millones a US$ 56.501 millones (178%).
Al mismo tiempo, según la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), en 2001, el comercio total del país ascendía a 49.967 millones y el bilateral con Estados Unidos alcanzaba los US$ 5711 millones, mientras que en 2010 el primer concepto llegó a US$ 124.458 millones y el segundo a US$ 9780 millones. Dicho de otro modo, el comercio bilateral representaba hace 10 años 12% del comercio total argentino, mientras que el año pasado, sólo 7,8 por ciento.
El caso opuesto es el de China, otro de los grandes países compradores del mundo. Según DNI, mientras que en 2001 sólo explicaba el 5% de las exportaciones argentinas, en 2005 llegó al 8%, y en 2010, al 10 por ciento. Brasil, en tanto, pasó de 24% a 21% en el mismo período.
Hay leves modificaciones en la ecuación con la Unión Europea, que representaba alrededor de 13% de las exportaciones argentinas en 2001, subió a aproximadamente un 17% en 2005, y mantiene un 16% en 2010. En tanto, mientras que en 2001 explicaba 22% de las importaciones, hoy lo hace en un 17 por ciento. Muestran poco resultado las apuestas estratégicas argentinas en la región, como Venezuela, que en 2001 representaba 1% de las exportaciones locales y en la actualidad no supera el 2 por ciento..
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La cumbre del G-20 / El posicionamiento argentino

Cristina volvió a criticar a Obama por su postura ante Siria y los fondos buitre

Por  | LA NACION
 
SAN PETERSBURGO.- La foto de familia de la cumbre del G-20 parecía una metáfora del alineamiento político que desplegó la presidenta Cristina Kirchner en su paso por Rusia: al lado del anfitrión, Vladimir Putin; bien lejos del norteamericano Barack Obama.
Si el retiro del apoyo de la Casa Blanca a la Argentina en el juicio contra los "fondos buitre" la irritó, el tenso debate de los líderes mundiales sobre la crisis en Siria la encontró en el extremo más opuesto a un Obama empeñado en lanzar una represalia bélica contra el régimen de Bashar al-Assad, al que acusa de haber atacado con armas químicas a poblaciones civiles.
"Propusimos que viajen a Siria los cancilleres de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (que integra la Argentina) para intentar una misión humanitaria, que negocie un cese del fuego", dijo ayer Cristina Kirchner en declaraciones a los periodistas argentinos que cubrieron la cumbre.
Relató, además, que durante el debate presidencial ella condenó el uso de armas químicas, pero "sin un doble estándar". Y, al respecto, enfatizó: "No tiene sentido ni coherencia pretender evitar muertes con más muertes".
La Presidenta evitó cuestionar al dictador sirio: "Se había hablado de una guerra civil, pero evidentemente hay un Estado, en este caso presidido por Al Assad, que tiene las armas que normalmente tiene el ejército de un Estado. Ahora yo pregunto: ¿las armas que tienen los que están del otro lado, quién las vende?"
Es una argumentación similar a la que emplea Putin, principal aliado del régimen de Damasco. Aunque defiende la intervención multilateral no se refirió esta vez al poder de veto con el que Rusia y China bloquean cualquier acción del Consejo de Seguridad, principal órgano de resolución de la ONU.

Sintonía con Rusia

Durante los tres días que pasó en San Petersburgo, Cristina Kirchner exhibió una ajustada sintonía con Putin en este momento de extrema tensión global. Compartió con él una larga caminata por los jardines del palacio Peterhof antes de la cena en la que se debatió la crisis siria, posó a su lado en la foto de familia y mantuvo una reunión bilateral ayer, en la que hablaron de eventuales proyectos de inversiones rusas en la Argentina en materia energética.
Con Obama, en cambio, intercambió saludos de cortesía. "Ayer cuando entró él, yo justo estaba en la puerta cuando él pasaba. Y hoy de nuevo, fui la primera presidenta que llegué y él fue el segundo", dijo.
¿Le planteó a Obama su malestar por la falta de apoyo en el juicio por la deuda?, se le preguntó. "No correspondía, era impropio asaltar en el pasillo a un presidente para decirle tal o cual cosa".
Lo cierto es que la actitud de Obama complicó la situación argentina en la pelea contra los "fondos buitre".
El líder demócrata se negó a apoyar ante la Corte Suprema de Estados Unidos la apelación que acaba de presentar la Argentina contra el fallo de segunda instancia, que condenó al país a pagar al 100 por 100 los bonos en default de los acreedores que no aceptaron los canjes de deuda.
¿Cree la presidenta argentina que el giro de Obama es una señal de que la Corte puede rechazar la apelación? "No contesto sobre hipótesis y menos sobre señales, que hacían los indios con humo. Yo creo mucho en otras señales, no en éstas", respondió.

Un vínculo desgastado

La relación con Estados Unidos se agrietó de manera profunda cuando la Argentina decidió el año pasado firmar un polémico acuerdo con Irán para investigar el atentado contra la AMIA. La Casa Blanca interpretó que el gobierno kirchnerista realineaba su política exterior hacia un terreno hostil para Washington.
Irán es uno de los aliados clave de Siria, al igual que la Rusia de Putin, el gran antagonista de Obama en la cumbre que terminó ayer.
De todos modos, pese al evidente distanciamiento con Estados Unidos, Cristina Kirchner procuró no ser agresiva con Obama. "Estamos construyendo un polvorín sin precedente y me parece que es lo que nadie busca, ni siquiera creo que lo busque tampoco, obviamente, el presidente de Estados Unidos", señaló, al advertir los riesgos de lanzar un ataque contra el régimen de Al Assad.
En Rusia, la Presidenta tuvo también reuniones bilaterales con sus pares de India, China, Sudáfrica, además de la mencionada cita con Putin. Apenas entró en contacto con los líderes de las potencias europeas.
Antes de la cumbre existía malestar en la delegación argentina por el duro documento de la Unión Europea (UE) contra "las medidas proteccionistas" del Gobierno que afectan a los productos comunitarios. Cristina Kirchner respondió aquí con una áspera denuncia contra las barreras que imponen los países desarrollados a los productos argentinos.
Al único europeo que elogió fue al mandatario francés Francois Hollande, a quien agradeció el apoyo brindado por su gobierno a la posición argentina contra los "fondos buitre". Curiosamente, Hollande es el principal aliado de Obama en el plan para atacar Siria sin esperar una resolución de las Naciones Unidas. Al margen de las reuniones, Cristina Kirchner sintetizó su posición en varios tuits. "Creemos que intervenciones extranjeras en vez de solucionar conflictos, los agravan", escribió..

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