jueves, 19 de marzo de 2015

ARGENTINA - CHINA. ARMAMENTO Y BASE



CHINA ES EL TERCER EXPORTADOR MUNDIAL DE ARMAMENTOS.




Carrera militar

China va por más: es el tercer exportador de armamento

Sus ventas al exterior pegaron un salto en los últimos cinco años; EE.UU. y Rusia concentran el 58% del total
Por   | Para LA NACION
PEKÍN.- China ya es el tercer exportador de armamento del mundo. Aunque su porcentaje del total global es de sólo 5%, muy por debajo del 58% que suman Estados Unidos y Rusia, sus suministros al exterior explotaron en los últimos cinco años. En ese período sus ventas de armas crecieron 143% con respecto al quinquenio anterior, según el informe publicado por el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés).
En todo el mundo, el volumen del comercio de armas creció un 16% entre 2010 y 2014 con respecto al quinquenio 2005-2009. El aumento del flujo se encaminó principalmente a Asia, que acaparó el 48% de las importaciones; Medio Oriente (22%), y América (10%), mientras que el volumen de ventas hacia Europa decreció en un 36%.
Estados Unidos se mantiene como el principal exportador de armamento convencional, con 31% del total tras registrar un aumento de su volumen de ventas de 23% en los últimos cinco años. Este país es el que tiene una cartera más diversificada de clientes (94), de los que el mayor es Corea del Sur, que le compra el 9%. Rusia, su principal rival, logró también un amplio crecimiento de sus exportaciones en 2010-2014, de 37%, y se hace con un 27% del total de exportaciones, con la India, el principal comprador del mundo, como el mejor de sus 56 clientes.
Detrás de China, el cuarto y quinto puestos en la lista de suministradores mundiales corresponden a Alemania y Francia, también con un 5% cada uno. Gran Bretaña desaparece así de la lista de los cinco grandes exportadores.
Tres países fronterizos con la India -Paquistán, Bangladesh y Myanmar- acaparan el 68% del armamento chino. Paquistán es, con diferencia, el mejor cliente del gigante comunista. El país al que los diplomáticos chinos les gusta describir como un "amigo bajo cualquier circunstancia", y al que el presidente Xi Jinping ha anunciado una visita en los próximos meses, recibe el 41% del armamento que exporta Pekín.
En su consolidación como suministrador global de armamento, China vende ya a 38 países, 18 de ellos africanos. Así, ha suministrado tres fragatas a Argelia, o drones a Nigeria. Su alcance llega también a Venezuela, que le ha comprado blindados y aviones de adiestramiento y de transporte, indica Sipri.
Acerca de un aumento de las ventas que lo ha llevado del noveno lugar mundial que ocupaba en 2005-2009 al tercero actual, China afirma que "siempre es prudente y responsable en sus exportaciones de armas".
Precisamente, China, el segundo país del mundo por presupuesto militar, se encuentra en pleno proceso de modernización de sus fuerzas armadas. Su gasto militar ha aumentado en porcentajes superiores al 10% en el último lustro.
En una muestra de los avances en su industria de defensa, se hizo menos dependiente de las importaciones. Si en 2005-2009 era el mayor comprador del mundo, cedió ahora ese puesto a su rival militar regional, la India. Entre 2010 y 2014 sus compras de armas cayeron 42% respecto del quinquenio anterior. Su principal proveedor fue Rusia, con 61%. Francia le vendió 16% y Ucrania, 13%.
Los helicópteros constituyen una de las principales partidas de las compras a Rusia y Ucrania. China, que ha puesto el énfasis de su modernización militar en sus fuerzas de mar y aire, ha padecido tradicionalmente problemas para producir motores propios para aeronaves que cuenten con calidad suficiente. En los últimos cinco años, Pekín siguió importando un gran número de motores rusos y ucranios para naves de combate, transporte y adiestramiento y para buques de guerra.
Los medios oficiales chinos prometieron "avances" para este año en la producción de aviones militares propios. Su mayor aeronave de transporte de producción nacional, el Xian Y-20, estará lista para la entrega "próximamente". Además, la mayor aeronave anfibia china, la AG600, que se empleará en operaciones de rescate, efectuará su primer vuelo el año próximo.
© El País, SL.

ARGENTINA. EL EJÉRCITO ARGENTINO SE EQUIPÓ POR 930 MILLONES DE PESOS.

Martes, 17 de marzo de 2015 01:00

Defensa: El Ejército Argentino se equipó por 930 millones de pesos

"Es la mayor inversión en materia de Defensa de los últimos 30 años", destacó el ministro de la cartera, Agustín Rossi, durante el acto.


Ejército Argentino. La fuerza incorporó vehículos y materiales.
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunció ayer la entrega de equipamiento para el Ejército Argentino por 930 millones de pesos, lo que constituye "la mayor inversión en materia de Defensa en los últimos años" que estará destinada a enfrentar "las consecuencias del cambio climático y las emergencias climatológicas".
"El 30 por ciento de lo invertido será para el escudo Norte y el 70 por ciento restante para el resto de las Fuerzas Armadas desplegadas en todo el territorio", dijo Cristina al efectuar los anuncios desde el Museo del Bicentenario de la Casa de Gobierno.
El ministro de Defensa Agustín Rossi precisó que esta "es la inversión más importante en materia de defensa de los últimos 30 años, son más de 930 millones de pesos destinados al equipamiento del personal, a equipos de campaña y a la renovación de la flota de automotores del ejército"
"Estamos proveyendo al Ejército Argentino de más de 120 mil uniformes de fabricación china e incorporamos centros de comando móviles, carpas de campaña y equipamiento específico para las brigadas de monte y de montaña", dijo Rossi.
El ministro puntualizó, además, que para el parque de vehículos del Ejército "hemos adquirido 102 camionetas Ford Ranger, 35 Humvees, y 30 camiones REO y además repotenciamos otros diez camiones REO, 50 Unimogs y seis blindados M-113"
"También se modernizaron y actualizaron las unidades sanitarias móviles y se adquirieron nuevos puentes de campaña" dijo el ministro y añadió: "En este 2015 las Fuerzas Armadas fueron desplegadas en nueve provincias y 35 localidades" en tareas de asistencia y emergencia".
Desarrollos tecnológicos. Parte importante de esa inversión corresponde a desarrollos tecnológicos llevados adelante por la propia fuerza u organismos estatales como Fabricaciones Militares, mientras que muchas pymes nacionales también participaron del proceso como proveedoras.
A través de este equipamiento se incorporan a la flota del Ejército 413 vehículos terrestres, tanto para uso en campaña como para el transporte de cargas pesadas, tanques y tropa en general junto con 18 vehículos M-113 repotenciados por la propia fuerza en sus talleres.
El Ejército también suma 120 mil uniformes con su correspondiente correaje y equipo individual, y más de 9.200 mochilas y 6.500 carpas.
Además se incorporaron tres mil botiquines individuales, 137 sets de trauma, 99 desfibriladores de campaña, un nuevo equipo móvil de asistencia sanitaria con quirófano y un poliequipo con consultorio clínico y odontológico.
También se adquirieron 320 carpas para puestos comando "unidad" y 21 kits para puestos comando "tácticos" (estos últimos incluyen grupos electrógenos, cocinas, comedores y sanitarios).
El Ejército además obtuvo un centro de conmutación móvil integrado, dos radioenlaces digitales de campaña, un centro de comunicación móvil integrado, 518 equipos de radio de distintos tipos y 38 teléfonos satelitales, entre otras tecnologías.
También recibió 455 paracaídas, 158 kits de esquíes, tablas y bastones para tropas de montaña; y equipamiento para tropas de monte, que incluye 98 kayaks, botes y salvavidas.
Entre otros materiales de vigilancia, el Ejército incorporó dos radares de vigilancia terrestre, 275 sensores remotos y visores monoculares térmicos.
También se recuperaron la capacidad de ingenieros de combate, como también ante urgencias y desastres naturales, para lo que se incorporaron nueve lanchas multipropósito, 50 botes neumáticos y 58 puentes tácticos, además de nuevas plantas de potabilización de desarrollo nacional.
Gran parte de estas mejoras en equipamiento involucraron el desarrollo de tecnología y capacidades dentro del mismo Ejército; en las empresas del Ministerio de Defensa y en la industria nacional en general.
Entre las capacidades en materia industrial, en mantenimiento integral, en repotenciación de vehículos y en nuevos desarrollos, se encuentran las plantas potabilizadoras de agua, de las cuales ya hay más de 20 funcionando.
Los helicópteros UH-1H fueron modernizados en una planta del Ejército, que es la única en Sudamérica certificada por la empresa estadounidense Bell.
También se desarrollaron nuevas coheteras por parte de Fabricaciones Militares, mientras que pymes argentinas participaron en el abastecimiento para sanidad en campaña y artículos de indumentaria.

ARGENTINA PREOCUPA A EE.UU. Y A EUROPA LA BASE ESPACIAL DE CHINA EN NEUQUÉN




Diplomacia

Preocupa a EE.UU. y a Europa la base espacial de China en Neuquén





La preocupación y alerta por la estación espacial que China instalará en Neuquén excedieron las fronteras de la Argentina. No sólo los legisladores de la oposición objetaron desde el Congreso ese acuerdo sellado entre Cristina Kirchner y su par chino, Xi Jinping, por el eventual uso militar de esa planta. La inquietud por ese proyecto también se planteó en forma reservada de parte de los Estados Unidos y la Unión Europea.
Pocos días antes del 25 de febrero pasado, cuando se sancionó en la Cámara de Diputados el paquete de acuerdos con China, que incluía la instalación por 50 años de la estación espacial en Neuquén, los responsables del área de Defensa de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires trasladaron su inquietud sobre el proyecto de China a varios oficiales en actividad y retirados de las Fuerzas Armadas.
Pero no fue el único caso. Según consignaron a la nacion fuentes diplomáticas calificadas, hubo varios países de la Unión Europea que trasladaron cierta preocupación por el posible uso militar de la antena que estará situada en un predio de 200 hectáreas en la localidad de Bajada del Agrio y que sólo será monitoreada por personal de Pekín.
La alerta se trasladó a varias oficinas de la Cancillería y de la Casa Rosada e incluyó cierto malestar de la UE por las explicaciones que dio en público el Gobierno para justificar el acuerdo con China.
Hasta la delegación de la Unión Europea en la Argentina tuvo que explicar a varios funcionarios del Gobierno que la estación satelital de China no tiene nada que ver con la estación de la UE situada en la localidad mendocina de Malargüe como lo plantearon varios legisladores oficialistas al defender el acuerdo en el Congreso. La UE se preocupó en aclarar que la estación de Malargüe no tiene fines militares, ya que la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), que está a cargo de la estación de Mendoza, es manejada sólo por civiles y no por militares.
El acuerdo que firmó Cristina Kirchner con Xi Jinping por la estación de Neuquén prevé que esa planta sea controlada por Satelite Launch and Tracking Control General (CLTC). Pero hay un detalle: esa entidad depende del Departamento General de Armamento y de la Comisión Central Militar del Ejército Popular de Liberación de China.
Según expresaron a la nacion tres fuentes de las Fuerzas Armadas, los referentes militares de la embajada norteamericana quisieron conocer en detalle el acuerdo y evaluar si la antena china en Neuquén será de uso dual, es decir, militar y civil. Al parecer, los militares argentinos sólo respondieron lo que es público, ya que el Ministerio de Defensa nunca fue consultado para la firma de ese acuerdo con Pekín. Así, los militares repitieron lo que tanto el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich como los diputados y senadores oficialistas sostuvieron: que el proyecto tiene fines pacíficos y que será "similar" al que la UE instaló en 2012 en Mendoza.
Desde la embajada de Estados Unidos en la Argentina declinaron hacer comentarios sobre el tema, ante una consulta de LA NACION.
Por otra parte, se supo que circuló en el ámbito de la diplomacia norteamericana el año pasado un documento reservado escrito por los investigadores Ian Easton y Mark Stokes del Instituto Projecto 2049, con sede en Virginia, donde alerta sobre la instalación de antenas de estudio espacial de China en algunos países y su eventual uso militar. Allí, los académicos sostuvieron que "hay estudios sobre el empleo de sensores espaciales para las operaciones de defensa de alerta temprana y de misiles" por parte de Pekín. El think tank que realizó ese estudio mostró las implicancias de la inteligencia electrónica china para la marina y la fuerza aérea de Estados Unidos. Hay más detalles técnicos del trabajo que muestran la preocupación de los sectores militares e intelectuales de Washington por los proyectos como los que avaló la Argentina en Neuquén.
Las sospechas sobre el uso militar de la estación de Neuquén cobra relevancia si se tiene en cuenta que China superó a Alemania para convertirse en el tercer país mayor exportador de armas del mundo, según indicó el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo. Así, la participación de China en el mercado global de armas aumentó 143% de 2010 a 2014. De hecho, la Argentina evalúa en estos días la compra de 14 a 20 aviones de caza FC-1/ F-17 Thunder producidos por la empresa china Chengdu Aircraft Corporation.

Malestar

Por otra parte, la diplomacia europea comentó a algunos funcionarios argentinos los fundamentos del malestar. Se subrayó que el acuerdo de la Argentina con la UE no se hizo en nombre de la Unión Europea, como dijo el Gobierno, sino de la Agencia Espacial Europea, que es un organismo institucionalmente independiente de la UE.
También planteó la UE que el convenio que ellos firmaron con la Argentina es "transparente, tiene todos los detalles técnicos y es de dominio público", según explicó un diplomático europeo.
Esta explicación no es menor si se tiene en cuenta que en el acuerdo de Cristina y Xi Jinping de la estación espacial contempla dos anexos que son secretos y que sólo los tienen en sus manos la CLTC de China y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) de la Argentina, que usará apenas 2 horas y 40 minutos por día la antena de los chinos. Además, se aclaró, la agencia europea que maneja la estación espacial de Malargüe sólo depende de civiles.
Pocos días después de arribar al país, el embajador de China en la Argentina, Yang Wanming, negó a la nacion que la estación espacial que instalarán en Neuquén tenga fines militares. "Es un proyecto de tecnología pacífica para explorar el espacio. Esto no tiene nada que ver con un proyecto militar", sostuvo.
La estación espacial de China en Neuquén comenzará a funcionar en 2016 y prevé una exención impositiva por 50 años para Pekín. Pero estos detalles no son los que más preocupan a la diplomacia extranjera.
Un proyecto ambicioso
2016
Es el año en que comenzará a funcionar la estación espacial que China instala en Neuquén. Tendrá un costo de US$ 300 millones
La base funcionará en un espacio de 200 hectáreas que estará monitoreado por personal de China. La Argentina le otorgó a Pekín una exención impositiva por 50 años
La estación estará a cargo de la estatal Satelite Launch and Tracking Control General, que depende del Departamento Militar del Ejército de la República Popular de China.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
 BALANCE DE LA GIRA DE LA PRESIDENTA A CHINA
                                VIAJE AL FUTURO
Revista Veintitres. Buenos Aires, 5 de febrero de 2015.




 
Definiciones

El giro de la Argentina hacia China, ¿necesidad coyuntural o estrategia?

Cuáles son los verdaderos motivos del acercamiento; llamativa ausencia en el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura
Por  y   | Para LA NACION

La no resolución de las "cuestiones pendientes" del default y la complejidad que ha caracterizado a la relación entre la Argentina y el sistema financiero internacional en los últimos años, tuvieron como consecuencia directa la (auto) marginación del país del acceso al crédito internacional.
Frente a esta realidad y en un contexto doméstico como el que se configuró en los últimos años, donde los dólares provenientes del complejo sojero exportador comenzaron a revelarse insuficientes para financiar el normal funcionamiento de la economía, al tiempo que aumentaron las presiones cambiarias e inflacionarias y en consecuencia se redujeron sustancialmente las reservas internacionales, se presentaron inevitablemente dos alternativas para asegurar la transición: resolver el frente externo o encontrar fuentes alternativas de divisas que permitan suplir la falta de dólares.
Ante el costo político que entrañaba la primera alternativa y en un contexto restrictivo para la emisión de deuda luego del fallo de la justicia de los Estados Unidos en junio de 2014 en favor de los holdouts (la reciente emisión del Bonar 24 es una señal alentadora para volver a captar financiamiento privado aunque el costo financiero sigue siendo elevado en términos comparativos), la elección del gobierno argentino privilegió la segunda.
Esta urgencia financiera combinada con el deterioro relativo del liderazgo de Brasil en la región (menor propensión a ofrecer bienes públicos), condujo a la Argentina a replantear su esquema de alianzas, redireccionando paulatinamente su orientación hacia el continente asiático, puntualmente hacia China.
Cabe destacar que en los últimos años, China parece decidida a tener una mayor influencia internacional jugando su rol como gran acreedor del resto del mundo (US$ 3,5 trillones en reservas internacionales), incluso en zonas tradicionalmente bajo influencia norteamericana como es el caso de América latina.
En este marco, la Argentina comenzó a ensayar lo que podríamos definir como un "giro hacia China", cuyos ejemplos más significativos han sido: la adjudicación de grandes obras de infraestructura a empresas chinas; la firma de un convenio bilateral de cooperación que da privilegios económicos al capital chino; y la firma de un swap de monedas que brindó un importante aire financiero en un contexto de necesidad.
No obstante, resulta llamativa la inacción de la Argentina en torno del lanzamiento propiciado desde Pekín en 2014 del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (AIIB).
La diplomacia china hizo invitaciones especiales para unirse al nuevo Banco y la entidad estuvo abierta a la participación de todos los países que quisieran presentar su candidatura como miembros fundadores, plazo que finalizó el 31 de marzo. Luego de que hasta el propio Reino Unido aceptará participar a mediados de marzo -a pesar de los reparos de Washington-, muchas naciones decidieron presentar la solicitud: Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Austria, Corea del Sur, Australia, Holanda, Brasil, Noruega, Rusia y Dinamarca, entre otros. El 15 de abril el gobierno chino decidió la conformación definitiva de los miembros: 57 naciones son "fundadoras" de la nueva institución.
Dados los movimientos previos de la diplomacia argentina en pos de fortalecer el vínculo con China -principalmente en la dimensión económico-financiera-, era de esperarse una firme voluntad por parte de nuestro país de aspirar a lograr un lugar de privilegio en los nuevos y dinámicos espacios multilaterales que se están gestando en torno al gigante asiático.
Hasta el momento no ha habido ninguna declaración del Gobierno en relación al AIIB, cuyos beneficios obviamente solo se podrán ver en algunos años.
De este modo, lo que parece traslucir detrás de esta particularidad, es que el ajuste en las alianzas internacionales de la Argentina es más bien el producto de urgencias coyunturales -ligadas a la no resolución del frente externo- y no el resultado de una (re) planificación estratégica en torno de la inserción del país en el mundo..

No hay comentarios:

Publicar un comentario