Cristina calificó de “estúpidos” a quienes rechazan el acuerdo con China
Acuerdo polémicoCristina les apuntó sobre todo a los empresarios que objetan las condiciones del trato que aprobó el Congreso.
Diario "Clarín". Buenos Aires, 2 de marzo de 2015.
- Lucía Salinas
“No se puede ser tan estúpido” expresó
efusiva Cristina Kirchner cuando transcurrían dos horas y media de su
discurso ante el Congreso. La crítica sin filtros fue dirigida hacia los
sectores que se expresaron en contra de los acuerdos económicos que
Argentina rubricó el año pasado con China, entre ellos la cúpula de la
UIA.
En defensa de las negociaciones que de su gobierno con el gigante asiático, la Presidenta habló de una “relación estratégica porque se trata de un país que en cinco años va a ser el actor económico más importante del mundo”.
Ante el aplauso oficialista que iba en ascenso señaló: “Toda la vida nos dijeron que teníamos que tener relaciones carnales con aquellos que nunca nos daban nada y nos sacaban todo, cómo no vamos a tener relaciones normales, comunes y diplomáticas, económicas y estratégicas con aquellos que nos vienen a ofrecer inversiones, no se puede ser tan estúpido, tan colonizados mentalmente, tan chiquitos de cabeza”. Esto generó que el kirchnerismo, tanto en las bancas como en los palcos, se colocarán de pie, aplaudiendo el insulto.
En ese preciso momento, las cámaras de la TV oficial que transmitieron por la cadena nacional mostraban en pantalla al secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, diputado del Frente Renovador y uno de los más férreos opositores al acuerdo polémico. La UIA criticó los acuerdos señalando que “excluyen a empresas y obreros argentinos en las obras de infraestructura que se pudieran encarar en el país”.
Al desacuerdo sobre esas negociaciones se sumó buena parte del arco opositor al rechazar el proyecto en ambas cámaras parlamentarias, alertando sobre las consecuencias negativas sobre la producción nacional y el empleo. Todo esto fue desestimado por la jefa de Estado en unos de los tramos más duros de su discurso. Y y redobló la apuesta: “Notifíquense de una buena vez por todas y salgan del corset intelectual y colonial que les han metido en la cabeza y les siguen metiendo de los medios de comunicación”.
Previamente, desafió una vez más a los precandidatos presidenciales diciéndoles que deben “abrir la cabeza, estamos en un mundo diferente no al de hace 10 años, estamos ante un mundo diferente del de hace 6, 7, 8 años”.
Luego expresó en un pedido a los que “tienen aspiraciones políticas”, que comprendan que “no es la economía, es la política, tienen que entenderlo porque el que no lo entienda va a cometer grande equivocaciones”.
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Por otro lado, si agregamos al "crudo de petróleo" como tercer producto más importante, la tendencia hacia la diversificación se vuelva más improbable, en tanto el 90% del total exportado a China entre 2010 y 2013 estuvo concentrado en estos tres productos. Más aún, el crudo de petróleo -que pasó de representar 2% en 2001/2004 a 11% en 2010/2013- desplazó al aceite de soja como segundo producto más importante en dicho período. Y así hace su aparición en escena el otro objetivo chino: el petróleo.
Nos llevamos el crudo y les vendemos el gas y aceite derivado del petróleo. Desde 2010 el desembarco de capitales chinos en el sector hidrocarburifero argentino fue tomando fuerza. Sinopec compró el 100% de Occidental Pretrolum Corp. (OXY) y, por tanto, está operando en las provincias de Mendoza, Santa Cruz y Chubut. La China's National Overseas Oil Co. compró el 50% Bridas y, posteriormente, el nuevo consorcio adquirió el 40% de Pan American Energy, gracias a lo cual China ya opera también en Cerro Dragón (el yacimiento petrolífero más importante del país).
Por su parte, Petro AP también está operando en Mendoza. Este proceso toma fuerza por la nueva ley que regula la inversión, la exploración y la explotación hidrocarburífera (sancionada en octubre de 2014) y resulta coetáneo con la pérdida de autoabastecimiento de la Argentina desde 2011. Así, se refuerza la apuesta por un modelo extractivista bajo el paraguas de un supuesto nuevo ámbito de cooperación bilateral: el energético.
¿Cuáles han sido los efectos más significativos al presente? Hasta 2006 Argentina exportaba a China "gas de petróleo y demás hidrocarburos gaseosos", desde entonces el país asiático dejó de comprar productos derivados del petróleo con algún grado de refinamiento. Es decir, limitó la compra de productos con mayor valor agregado en tanto sólo se exportó crudo de petróleo (para 2013 la exportación creció 350%, respecto de 2004). Mientras que China se convertía en el principal destino de exportación, Chile y Estados Unidos quedaron desplazados al segundo y tercero, respectivamente. Más aún, en 2013 cayeron las exportaciones argentinas a todos los destinos y al mundo en general pero, paradójicamente, continuaron creciendo a China: US$712 millones (el valor más alto desde 2007) que equivalió a 987.502 toneladas (6210 barriles aproximadamente). Si bien la cantidad expresada en toneladas de crudo de petróleo exportado a China cayó sistemáticamente, entre 2005 y 2009, no es casual que comenzará a crecer nuevamente desde la radicación de capitales chinos en el sector. En 2009 se exportaron 589.386 toneladas (3706 barriles) pero para 2010 la cantidad aumentó a 1.315.208 toneladas (8271 barriles). Es decir, creció poco más del 120%. Si bien el petróleo podría contribuir a la desconcentración de las exportaciones a China, hasta ahora concentradas en el complejo oleaginoso, lo cierto es que no contribuye a generar mayor valor agregado. Lo que termina de comprobar la reprimarización productiva es que en 2013 el "gas de petróleo e hidrocarburos gaseosos" y el "aceite de petróleo" se convirtieron en el segundo y tercer producto más importante que Argentina importa de China. No hay duda entonces de que Pekín ya incide directa y de forma determinante sobre la explotación y comercialización de hidrocarburos en Argentina.
Como otrora sucediera con Gran Bretaña y fuera alertado por Scalabrini Ortiz, hoy la "política china en el Río de la Plata" se orienta a garantizar su seguridad alimenticia y energética y, en consecuencia, condiciona la industrialización del agro argentino limitando la generación de mayor valor agregado en las exportaciones hacia el mercado chino. En suma, más allá de cualquier retórica estamos muy lejos de una asociación estratégica que impulse el desarrollo económico de Argentina.XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
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En defensa de las negociaciones que de su gobierno con el gigante asiático, la Presidenta habló de una “relación estratégica porque se trata de un país que en cinco años va a ser el actor económico más importante del mundo”.
Ante el aplauso oficialista que iba en ascenso señaló: “Toda la vida nos dijeron que teníamos que tener relaciones carnales con aquellos que nunca nos daban nada y nos sacaban todo, cómo no vamos a tener relaciones normales, comunes y diplomáticas, económicas y estratégicas con aquellos que nos vienen a ofrecer inversiones, no se puede ser tan estúpido, tan colonizados mentalmente, tan chiquitos de cabeza”. Esto generó que el kirchnerismo, tanto en las bancas como en los palcos, se colocarán de pie, aplaudiendo el insulto.
En ese preciso momento, las cámaras de la TV oficial que transmitieron por la cadena nacional mostraban en pantalla al secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, diputado del Frente Renovador y uno de los más férreos opositores al acuerdo polémico. La UIA criticó los acuerdos señalando que “excluyen a empresas y obreros argentinos en las obras de infraestructura que se pudieran encarar en el país”.
Al desacuerdo sobre esas negociaciones se sumó buena parte del arco opositor al rechazar el proyecto en ambas cámaras parlamentarias, alertando sobre las consecuencias negativas sobre la producción nacional y el empleo. Todo esto fue desestimado por la jefa de Estado en unos de los tramos más duros de su discurso. Y y redobló la apuesta: “Notifíquense de una buena vez por todas y salgan del corset intelectual y colonial que les han metido en la cabeza y les siguen metiendo de los medios de comunicación”.
Previamente, desafió una vez más a los precandidatos presidenciales diciéndoles que deben “abrir la cabeza, estamos en un mundo diferente no al de hace 10 años, estamos ante un mundo diferente del de hace 6, 7, 8 años”.
Luego expresó en un pedido a los que “tienen aspiraciones políticas”, que comprendan que “no es la economía, es la política, tienen que entenderlo porque el que no lo entienda va a cometer grande equivocaciones”.
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Miércoles 01 de abril de 2015
Política en el río de la Plata
China: soja y petróleo
Al
mismo tiempo que se consolidaba como segundo destino de las
exportaciones argentinas, en la última década la relación comercial se
priorizó
Menos
aceite y más granos. Durante la última década China se consolidó como
el segundo destino de las exportaciones argentinas, pero éstas han
estado concentradas en más del 70% en el complejo oleaginoso. La
tendencia verifica que la Argentina pierde capacidad para generar valor
agregado y, por tanto, la relación comercial con China tiende a la
reprimarización productiva. Así, mientras que la exportación de granos
se incrementa año tras año, la de aceite de soja tiende a contraerse.
Del
total exportado por Argentina, el poroto de soja representó 50%
(2001-2004), 43% (2005-2009) y finalmente 70% (2010-2013). En contraste,
el aceite de soja se redujo de 26% a 20% y luego cayó abruptamente a
tan sólo 9%, en iguales períodos. El objetivo de diversificar las
exportaciones y disminuir la dependencia respecto de productos primarios
y sus derivados no se alcanzó y continúa siendo el gran déficit de las
administraciones kirchneristas. Inexorablemente, China protege su propia
capacidad de molienda y condiciona la industrialización del agro
argentino. A esto se suma que las exportaciones están estancadas desde
2008, momento en el que reaparece el déficit comercial para la Argentina
y que hasta el presente acumuló más de US$19.000 millones. No hay que
olvidar tampoco la caída de más del 30% del precio internacional de la
soja y la eminente desaceleración de la economía china. El factor China
es clave para comprender la pérdida de divisas en el país.Por otro lado, si agregamos al "crudo de petróleo" como tercer producto más importante, la tendencia hacia la diversificación se vuelva más improbable, en tanto el 90% del total exportado a China entre 2010 y 2013 estuvo concentrado en estos tres productos. Más aún, el crudo de petróleo -que pasó de representar 2% en 2001/2004 a 11% en 2010/2013- desplazó al aceite de soja como segundo producto más importante en dicho período. Y así hace su aparición en escena el otro objetivo chino: el petróleo.
Nos llevamos el crudo y les vendemos el gas y aceite derivado del petróleo. Desde 2010 el desembarco de capitales chinos en el sector hidrocarburifero argentino fue tomando fuerza. Sinopec compró el 100% de Occidental Pretrolum Corp. (OXY) y, por tanto, está operando en las provincias de Mendoza, Santa Cruz y Chubut. La China's National Overseas Oil Co. compró el 50% Bridas y, posteriormente, el nuevo consorcio adquirió el 40% de Pan American Energy, gracias a lo cual China ya opera también en Cerro Dragón (el yacimiento petrolífero más importante del país).
Por su parte, Petro AP también está operando en Mendoza. Este proceso toma fuerza por la nueva ley que regula la inversión, la exploración y la explotación hidrocarburífera (sancionada en octubre de 2014) y resulta coetáneo con la pérdida de autoabastecimiento de la Argentina desde 2011. Así, se refuerza la apuesta por un modelo extractivista bajo el paraguas de un supuesto nuevo ámbito de cooperación bilateral: el energético.
¿Cuáles han sido los efectos más significativos al presente? Hasta 2006 Argentina exportaba a China "gas de petróleo y demás hidrocarburos gaseosos", desde entonces el país asiático dejó de comprar productos derivados del petróleo con algún grado de refinamiento. Es decir, limitó la compra de productos con mayor valor agregado en tanto sólo se exportó crudo de petróleo (para 2013 la exportación creció 350%, respecto de 2004). Mientras que China se convertía en el principal destino de exportación, Chile y Estados Unidos quedaron desplazados al segundo y tercero, respectivamente. Más aún, en 2013 cayeron las exportaciones argentinas a todos los destinos y al mundo en general pero, paradójicamente, continuaron creciendo a China: US$712 millones (el valor más alto desde 2007) que equivalió a 987.502 toneladas (6210 barriles aproximadamente). Si bien la cantidad expresada en toneladas de crudo de petróleo exportado a China cayó sistemáticamente, entre 2005 y 2009, no es casual que comenzará a crecer nuevamente desde la radicación de capitales chinos en el sector. En 2009 se exportaron 589.386 toneladas (3706 barriles) pero para 2010 la cantidad aumentó a 1.315.208 toneladas (8271 barriles). Es decir, creció poco más del 120%. Si bien el petróleo podría contribuir a la desconcentración de las exportaciones a China, hasta ahora concentradas en el complejo oleaginoso, lo cierto es que no contribuye a generar mayor valor agregado. Lo que termina de comprobar la reprimarización productiva es que en 2013 el "gas de petróleo e hidrocarburos gaseosos" y el "aceite de petróleo" se convirtieron en el segundo y tercer producto más importante que Argentina importa de China. No hay duda entonces de que Pekín ya incide directa y de forma determinante sobre la explotación y comercialización de hidrocarburos en Argentina.
Como otrora sucediera con Gran Bretaña y fuera alertado por Scalabrini Ortiz, hoy la "política china en el Río de la Plata" se orienta a garantizar su seguridad alimenticia y energética y, en consecuencia, condiciona la industrialización del agro argentino limitando la generación de mayor valor agregado en las exportaciones hacia el mercado chino. En suma, más allá de cualquier retórica estamos muy lejos de una asociación estratégica que impulse el desarrollo económico de Argentina.
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 17 de julio de 2014 |
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