Miércoles 07 de mayo de 2014 |
Diálogo
Cristina reveló una reunión, hasta ahora secreta, que tuvo con Macri
En
otro gesto hacia el jefe porteño, contó que se vieron en Olivos y dio
detalles del diálogo en tono irónico; cerca del líder de Pro precisaron
que el encuentro fue en abril
Contó que él la llamó y que ella lo invitó a la quinta de Olivos. Cristina Kirchner le envió ayer un guiño a Mauricio Macri y relató los detalles del encuentro cara a cara , hasta ahora desconocido, que habían mantenido en la residencia presidencial.
La confesión no fue casual y la reunión a solas era un dato secreto que cobra otra relevancia después de que el jefe de gobierno porteño dejara trascender que habían hablado por teléfono. Pero la Presidenta fue más allá y, en un tono que sonó irónico, reveló la intimidad de aquel encuentro .Todo esto ocurrió ayer a la tarde, en la inauguración de las nuevas oficinas de Facebook, que Cristina compartió con Macri. Mientras el jefe de Pro hacía esfuerzos en público por mostrarse serio y distante de la Presidenta, la jefa del Estado no dejó pasar la oportunidad para llevarlo hacia su terreno. De paso, dejó en mala posición al resto de la oposición. "Hizo su aporte con la mejor intención y yo lo escucho", le envió a modo de caricia al jefe porteño. Y abundó: "Yo hablo con todo el mundo que habla conmigo del mejor modo".
En momentos en que la relación entre Balcarce 50 y Bolívar 1 pasa por una novedosa sintonía, y ante las críticas más duras que recibe la Presidenta del resto de la dirigencia política, Cristina se dio el gusto de contar sobre aquella reunión inédita, en la que un opositor le lleva una propuesta a la residencia presidencial.
De la conversación que había dejado trascender Macri, y que publicó anteayer el diario Clarín, aunque en versión telefónica, el líder de Pro contó que habían hablado de la inflación. "No, no, no", cortó ayer la Presidenta cuando los medios le preguntaron por el tema. Tampoco respondió cuándo se difundirá el dato de la pobreza ni por qué se discontinuó cuando LA NACION se lo consultó. Fue en una inesperada conferencia de prensa que armó en el séptimo piso del edificio República, en Tucumán 1, donde están las nuevas oficinas de Facebook.
A tal punto se improvisó el encuentro con los medios que Cristina, en el tumulto, tomó un micrófono del canal Todo Noticias, del Grupo Clarín, y al darse cuenta lo largó. "Ay no, ese no", disparó, y agarró el de la Televisión Pública. Para entonces, Macri ya había dejado las oficinas. En público, sólo se dieron un beso frío.
Según relató la Presidenta, Macri le llevó a Olivos una propuesta de decreto para resolver el problema de la producción triguera. "Vino por el tema del trigo y los derechos de exportación. Le expliqué lo que dije en la cadena nacional días pasados, que si bajábamos las retenciones subía el precio del pan", aportó. Fue entonces cuando lo chicaneó, aunque siempre en un modo cordial. "Vino con una carpeta, de buena fe, a tratar de resolver los problemas contando con información que no era la acertada", abundó. Como una caricia a quien fue por años su rival político más duro, se congració. "Hizo su aporte con la mejor intención y yo escucho a todos los que tienen buenos modos."
En un mensaje al resto de la oposición, Cristina pidió que no la descalificaran con insultos si querían que los recibiera. "Si no me insultas, ni descalificas yo los escucho, y eso que [Macri] está en las antípodas de mi pensamiento. Yo hablo con todo el mundo que habla conmigo del mejor modo. Yo defiendo mis ideas. Y es importante que lo hagan de la mejor manera". La próxima foto juntos será en la inauguración de la autopista Illia, mano al Norte después de que la Presidenta le pidiera que la invitara.
Usuaria de Facebook y de Twitter, Cristina aprovechó para minimizar el rol de los medios tradicionales de comunicación. En su discurso de menos de 15 minutos, descargó: "Lo que fascina a la gente es que la comunicación es sin intermediarios. Hoy los medios formales someten a la gente a preguntar si lo que dicen es verdad".
Sin prestarles atención a las críticas que suelen abundar en las redes sociales y para todos los gustos, la Presidenta dijo que no recibía tantas y que no bloqueaba a los usuarios, aunque su cuenta en Twitter es implacable. En plan de confesiones, dijo que ella escribía a mano lo que quería decir y que sus asistentes después lo subían a las redes.
En su recorrida abundaron las selfies con los empleados de Facebook, incluso también las hizo Macri. Las oficinas tienen tradiciones bien argentinas y las salas de reuniones llevan nombres como Empanadas (donde Macri se reunió con empresarios), o Dulce de leche, Churros y hasta Milanesas.
Antes de irse, la Presidenta y el jefe de gobierno porteño dejaron sus respectivos mensajes en el muro de Facebook, pero real, una pared sobre un pasillo repleta de firmas. Los dos fueron bien políticos. "Se viene el cambio y FB es parte", escribió Macri. Cristina recordó a Agustín, el nene que quería verla en un acto y no pudo. "Para Agustín y todos los usuarios de FB a los que les gusta la vida real.".
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