martes, 24 de marzo de 2015

ARGENTINA - CHINA. LOS PRÉSTAMOS DEL NUEVO TÍO RICO TIENEN COSTOS Y BENEFICIOS


Los préstamos del nuevo Tío Rico tienen costos y beneficios

IECO CLARIN BUENOS AIRES, 22 de marzo de 2015.

ANALISISLa sucesión de acuerdos sobre préstamos e inversiones chinas firmados por los gobiernos de Buenos Aires y Pekín no son un fenómeno aislado: forman parte de la expansión económica de China en América Latina y en otras regiones del planeta (eso incluye a Europa, como lo muestra la flamante asociación de países europeos con un banco de inversión chino, que está causando conmoción en Estados Unidos por sus aristas geopolíticas). La creciente relación financiera de la Argentina con China tiene los beneficios y costos de una asociación asimétrica.

  • Julio Sevares Economista
La sucesión de acuerdos sobre préstamos e inversiones chinas firmados por los gobiernos de Buenos Aires y Pekín no son un fenómeno aislado: forman parte de la expansión económica de China en América Latina y en otras regiones (eso incluye a Europa, como lo muestra la flamante asociación de países europeos con un banco de inversión chino, que está causando conmoción en EE.UU.) En América Latina, la irrupción económica china está encuadrada en una serie de acuerdos entre las partes, el último de los cuales es el realizado en enero pasado entre la Celac (nueva asociación de 33 países latinoamericanos) y China por el cual esta última se compromete a financiar un plan quinquenal de inversiones por nada menos que 250.000 millones de dólares.
El comercio, los préstamos y las inversiones chinas en Latinoamérica (como en Africa y Asia) están firmemente articulados por el objetivo estratégico chino de garantizarse el abastecimiento de alimentos, materias primas y combustibles.
Sintetizando: Las importaciones chinas, que crecieron explosivamente desde comienzos del presente siglo, están compuestas mayormente por los productos citados. América Latina importa, a su vez, productos industriales y tiene déficit comercial; Las inversiones chinas están en su mayor parte orientadas a la producción y transporte de esos productos. Un nítido ejemplo, las prometidas para el Belgrano Cargas que trasporta soja del interior; Los préstamos están destinados, en buena medida, a financiar esas inversiones o empresas que compran productos chinos.
De este modo, América Latina tiene, por una parte, los enormes beneficios de un comprador ávido y de un rico inversor y prestamista.
Pero esta relación reproduce el esquema decimonónico de intercambio de materias primas por industria y de inversiones en la infraestructura vinculada con la explotación de los primarios ( remember los ferrocarriles y puertos argentinos construidos en buena medida por ingleses o con préstamos de ese origen).
La responsabilidad de esta situación no es, por cierto, de China, sino de los gobiernos que no aprovechan los recursos para articularlos con un programa de industrialización, negociar transferencia de tecnología y exigir asociaciones de los capitales chinos con empresas locales. Después de todo, eso es lo que hicieron los países asiáticos que crecieron en décadas pasadas y lo que hacen los chinos hoy.
En la Argentina este esquema está potenciado por los recientes y asimétricos acuerdos con Pekín.
El auge del crédito comenzó a partir de una reforma financiera que China lanzó en 1995, que estimuló el incremento de los créditos chinos al exterior.
El propósito de la reforma fue modernizar y expandir su sistema financiero en el mercado local y en el exterior, mejorar la capacidad de financiamiento de las empresas chinas y de las inversiones directas chinas en el exterior y, también, de promover la utilización del yuan-renminbi, la moneda china, como divisa de intercambio (los acuerdos de intercambio de monedas por los cuales bancos centrales como el argentino reciben renminbis son parte de esta estrategia).
Según estudios de economistas de la Boston University capitaneados por Kevin Gallagher, los créditos de entidades chinas a la región crecieron desde niveles muy bajos en 2007 (US$1.000 millones), alcanzando un pico de US$37.000 millones en 2010. Ese año, los créditos de entidades chinas superaron el financiamiento otorgado a la región por el Banco Mundial y el BID, que en 2007 sumaron US$14.000 millones y US$12.000 millones, respectivamente.
En los años siguientes decrecieron y en 2013 repuntaron, con un aporte de US$20.000 millones.
La mayor parte de los préstamos provino de bancos estatales como el Construction Development Bank, un banco de desarrollo orientado a financiar construcciones de viviendas e infraestructura; en menor medida participaron el China Export-Import Bank, banco de financiamiento del comercio exterior, y el banco comercial ICBC (cuyo principal accionista es el estado chino).
El hecho de que los bancos tengan al Estado chino como propietario o principal accionista es fundamental: una deuda con esas entidades se convierte, ante cualquier problema, en un problema político con la potencia asiática. La exposición política directa es mayor que la que surge de deudas con bancos o bonistas privados radicados en otras potencias.
La mayor parte de los créditos chinos en el 2008-2012 estuvieron destinados a infraestructura de transporte, comunicaciones y otros (30% del total) y a energía y minería (24%). La mitad tuvieron como destino a Venezuela, donde China financia obras vinculadas con la explotación petrolera y presta a cambio de petróleo. Con porcentajes menores –12% cada uno– le siguieron Brasil y Argentina.
Además de aumentar sus préstamos, los grandes bancos chinos lanzaron una estrategia de expansión en el mercado latinoamericano basada en la apertura de sucursales y asociaciones con bancos locales. Esto apunta, principalmente, a ampliar el financiamiento de las empresas chinas o que trabajen con ellas y a empresas o gobiernos que compren a China.
En Argentina, el ICBC (Industrial and Comercial Bank of China), principal banco comercial de China y uno de los mayores del mundo por capitalización de mercado, compró la filial local del Standard Bank por US$600 millones.

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El único financista de largo plazo

Clarin 19 de julio de 2014

La visita del presidente chino La Argentina consigue financiamiento de largo plazo y a tasas razonables sólo de la República Popular China.

  • Natasha Niebieskikwiat

La visita de Xi Jinping es sin dudas la más importante para el segundo gobierno de Cristina Kirchner, no sólo por lo que representa globalmente el titán asiático, sino también por el contexto argentino en el que se produce. China es hoy el único país que está dándole a la Argentina financiamiento a largo plazo y en condiciones razonables. Ello se produce además en un cuadro de situación recesivo, de alta inflación y falta crédito, sin contar la batalla decisiva que se libra evitar el default en el juicio contra los fondos buitre en los tribunales de Nueva York. Por esta escaramuza se ha vuelto a tensar la relación con los Estados Unidos.
En el plano internacional cabe destacar el creciente interés de China y Rusia por pisar fuerte en América Latina –la de Xi es la segunda a la región y en esta vuelta habrá pasado también por Brasil, Cuba y Venezuela-. En cuanto a nuestro país hay que hacer algunas diferencias. De hecho la visita de Xi es hasta más beneficiosa que la que hizo el sábado pasado el presidente ruso Vladimir Putin. Porque si bien con Putin se firmaron acuerdos en materia de energía nuclear, de comunicaciones y cooperación judicial, de dinero no se ha concretado nada al momento.
La inyección china para las dos represas santacruceñas y la puesta al día del sistema ferroviario del Belgrano Cargas suman U$S 6.800 millones. Después, se dispuso un paquete de U$S 11.000 millones para el intercambio monedas cuando ambos países requieran yuanes o pesos. En su escasez de divisas extranjeras es más probable que lo precise Argentina. Al elevar el nivel de asociación estratégica chino-argentina que hace diez años firmaron Hu Jintao y Néstor Kirchner al de asociación estratégica integral, Cristina y Xi allanan el camino para mucho más. De hecho, también se les prepara una ley en el Congreso para darles inmunidad a las reservas en moneda extranjera. Argentina también firmó un memorandum de financiamiento por U$S 423 millones para la adquisición de hasta 35 barcos y dragas. Vale preguntarse cómo actuarán los tan mentados astilleros nacionales de la década K.
Con China hay enorme sintonía en materia de política internacional, lo que se evidencia en las votaciones de las Naciones Unidas. En materia comercial, Argentina mantiene un déficit de U$S 5.000 millones con China, de los más de U$S 17.000 millones que sostienen la actual balanza bilateral. Y si bien la Argentina pasó de ser el cuarto al sexto socio comercial de China en Latinoamérica, la relación en estos diez años sigue siendo privilegiada. Los chinos incorporaron a su interés por la soja argentina nuevos elementos como la minería y el petróleo.
De ahí, hay que tener en cuenta lo que reclama el sector privado local, donde los residentes chinos también son fuertes, a través por ejemplo de la Federación de Supermercados Chinos. Según contó el director de la Cámara Chino Argentina, Ernesto Fernández Taboada, 378 empresas se anotaron en el seminario y ronda de negocios que tendrá lugar hoy en el hotel Intercontinental.

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Clarin 19 de julio de 2014

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Diario "Clarín". Buenos Aires, 7 de mayo de 2015.  

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