Diario "La Capital". Rosario, 2 de agosto de 2004.
Reflexiones
La misión de Bielsa a Rusia
Graciela Zubelzu (*)
En la última década las relaciones
argentino-rusas exhiben posiciones predominantemente coincidentes en el
ámbito político-diplomático y la consolidación de un marco jurídico
integral que posibilita el emprendimiento de variadas iniciativas tanto
del sector público como del privado. Sin embargo, en la esfera
económico-comercial, los vínculos bilaterales ofrecen posibilidades de
desarrollo, hoy posiblemente más evidentes que en los últimos diez años.
El
viaje del canciller Rafael Bielsa a la Federación de Rusia, los días 24
y 25 de junio pasado, obedeció a la necesidad de tratar diversos temas
con su contraparte rusa. En sucesivas reuniones, se intercambiaron
impresiones y se fijaron posiciones sobre diferentes problemas
internacionales. Pero además de los encuentros destinados a cuestiones
político-diplomáticas, gran parte de la agenda del canciller y de los
funcionarios que lo acompañaron, estuvo destinada a tratar cuestiones
comerciales y económicas.
En el ámbito comercial los vínculos
bilaterales actualmente son de escasa magnitud, dado que rondan los 350
millones de dólares y se encuentran concentrados en pocos rubros, razón
por la cual ambas partes buscan modificar este estado de cosas. Pero
además una economía como la rusa que crece a alrededor de un 7 por
ciento anual e importa un 40% de sus alimentos resulta crecientemente
atractiva como mercado para los productos argentinos. Cabe aquí señalar
importantes cambios en el sistema del comercio exterior ruso, dado que
el sector privado produce actualmente gran parte del PBI y el gobierno
se encuentra negociando su ingreso a la Organización Mundial del
Comercio, que se estima podría alcanzarse en el 2005.
Con esta
visita a Moscú se lograron avances para que ingresen al mercado ruso
mayores volúmenes de carnes, en especial de carne bovina enfriada, rubro
que en los que va del año encuentra en Rusia su principal cliente. En
el rubro aceite, otro de los productos centrales en el comercio con ese
destino, no se avanzó sustancialmente para reducir los aranceles
específicos que se aplican a aceites de soja y girasol. Es en parte el
mantenimiento de barreras, el que demora el reconocimiento de la
economía rusa como "economía de mercado" por parte del gobierno
argentino, aunque el canciller Bielsa haya manifestado a sus anfitriones
la predisposición de las autoridades nacionales para otorgar dicho
status.
Simultáneamente a la visita del canciller, se desarrolló
en Moscú el II Foro que reunió a los Consejos Empresariales
Argentino-Ruso y Ruso-Argentino y contó con la presencia de una
treintena de empresarios de nuestro país, incluyendo un grupo de pymes y
un centenar de hombres de negocios rusos. En la Declaración conjunta de
ambos consejos, se destacan los avances en proyectos de inversiones en
ambos países, especialmente en el sector siderúrgico, energético y de
transporte. Al respecto, cabe señalar la participación rusa en el
gasoducto Noreste, que incorporará a la red de gas natural a las
provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, a cargo del Grupo
Techint. Los proyectos que más interesan a los rusos son la
electrificación de los ramales ferroviarios de las ex líneas San Martín
(hoy en manos del concesionario Metropolitano) y Belgrano (Ferrovías),
que podría demandar unos 500 millones de dólares de desembolsos; el
dragado de la cuenca del río Salado, por unos 200 millones de dólares;
la construcción de coches ferroviarios para exportar a Brasil; la
fabricación de lanchas patrulleras para controlar la pesca en el océano
Atlántico y la conversión de camiones y ómnibus en unidades con gas
licuado, entre otros. También ha habido contactos para explorar
posibilidades de cooperación tecnológica en temas como la conservación
de suelos agrícolas y el mejoramiento de la calidad de ganado bovino.
En
el plano económico, pero en terrenos más innovadores, existen
promisorios avances en la cooperación conjunta en el uso de energía
nuclear con fines pacíficos para proveer a terceros mercados. Por
ejemplo, recientemente la empresa estatal rionegrina Invap, asociada con
empresas de Rusia, Hungría y Alemania, suscribió un contrato para
proveer un dispositivo denominado "fuente fría de neutrones". También en
el plano de la cooperación nuclear, durante la visita del canciller
argentino, su par ruso Serguei Lavrov, manifestó el interés de empresas
de su país por participar en la finalización de las obras de Atucha II.
La
colaboración entre los sectores públicos y privados y un seguimiento
constante y profesionalizado, de numerosas y alentadoras iniciativas, de
las cuales se mencionaron sólo algunos ejemplos, podrían incrementar y
diversificar en plazos relativamente cortos los vínculos económicos
argentino-rusos.
(*) Investigadora del Conicet y profesora de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNR.
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