martes, 9 de junio de 2015

ARGENTINA. 2013. CANCILLERÍA La precarización laboral, un problema también en Cancillería

Diario "Clarín". Buenos Aires, 22 de setiembre de 2013.

La precarización laboral, un problema también en Cancillería

QUEJAS DE DIPLOMÁTICOS Y ADMINISTRATIVOSEstiman que rondaría el 70%. El maltrato laboral salió a la luz tras la denuncia de un caso de discriminación a empleados.

  • Natasha Niebieskikwiat

Hay una frase que por estos días se repite a diestra y siniestra en los pasillos de la Cancillería.
“No hay un solo Hugo Merlo. Hay muchos Merlo”, afirman en referencia al ahora ex funcionario de dicho ministerio –pareja de la secretaria de Coordinación y Cooperación Internacional, Paula Ferraris–, y quien fue despedido recientemente por el canciller Héctor Timerman por fuertes expresiones antisemitas y maltrato contra empleados de dicha institución del Estado, cuando en realidad el ministro como también Ferraris conocían el caso desde el año pasado, aseguran sus ex compañeros.
El escándalo no hizo sino saltar a la luz el maltrato y las condiciones laborales que viven en la Cancillería y que padecen tanto el personal de maestranza, los administrativos, los científicos de la Dirección Nacional Antártico como los diplomáticos, sometidos a las arbitrariedades de los funcionarios de turno.
Basta con observar el hecho de que bajo un Gobierno que afirma haber mejorado el empleo y la justicia social en la Argentina, la precarización del empleo en la Cancillería ronda el 72% de los trabajadores, supo este diario de fuentes gremiales y de empleados. Sólo unos 700 de ellos de un total de 2.500 están en planta permanente. El resto son trabajadores tercerizados, que en los casos de los trabajadores de maestranza no ganan más de 3.000 pesos; monotributistas de 6.000 pesos; pasantes, contratados en relación de dependencia con escasos derechos o contratados por convenio de asesores con universidades.
Las paredes de la Cancillería son una pegatina de afiches sobre todo de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), gremios por los que se están inclinando los trabajadores de Relaciones Exteriores en lugar de por UPCN. La situación tienen ribetes de hasta emergencias médicas. Bien lo sabe la ahora embajadora en Washington, Cecilia Nahón, quien no dejó buen recuerdo con sus gritos entre las secretarias.
Esta semana, una empleada de 24 años de antigüedad, conocidísima dentro del Palacio, se descompensó y tuvo que ser llevada hasta su casa después de un intercambio de palabras con un superior, Leonardo Constantino, jefe de Gabinete de Carlos Bianco, subsecretario de Desarrollo de Inversiones y Promoción Comercial. Según trascendió, la mujer tuvo un altercado con otra empleada, que también limpia en la casa de Bianco, y que comparten otros altos funcionarios de la Cancillería. “Desde hace tiempo los trabajadores padecemos maltrato, violencia, persecución laboral y sindical. Somos víctimas de un Estado que terceriza y no controla, generando un sistema laboral cuyas consecuencias son trasladadas al trabajador”, dice un boletín de CTA y del Sindicato de Trabajadores de Maestranza y Mantenimiento, los que están en peor situación, puesto que desde el vamos, el Estado está contratando a empresas que en el mercado tienen los sueldos más bajo. En Cancillería libran una ardua lucha para que los contrate el ministerio en forma directa.
De los papeles que circulan con reclamos Clarín ha observado que a veces les niegan el ingreso al Palacio con el contrato de trabajo aún en vigencia. Toman estas medidas por algún presunto incumplimiento del trabajador, pero sin que previamente les llamen la atención, los suspendan o les pidan que corrijan sus faltas. Otro de los afiches muestra el pedido de ATE en las últimas reuniones con las autoridades, las que demuestran hasta fallas en la campaña antártica que el Gobierno niega. Hablan de atraso en los concursos, en el escalafón, de deudas en bonificaciones, y de atrasos en las compras de insumos y materiales que deben enviarles una vez que están en la Antártida.
La precarización laboral en el Estado comenzó en los 90, pero ahora se exacerbó en el último tiempo con el celoso manejo que tienen del poder “los nuevos jóvenes que entraron con La Cámpora, que vienen con calificaciones universitarias altas, y patético manejo de las relaciones humanas”, señaló a este diario un administrativo que trabaja en “La Casa” desde hace 20 años. El área económica es “la peor”, dicen porque como nunca antes, los funcionarios han ido desplazando sin más razón que la desconfianza a los empleados históricos. Una situación similar la vive de hecho no pocos diplomáticos y hasta embajadores, “poco confiables”. Hubo jubilaciones masivas y algunos en función son relegados a tareas que los dejan boyando como verdaderos “ñoquis”.
Por ejemplo, recientemente el ex Director de Europa Comercial (DEURO) Estanislao Zawels, funcionario de experiencia en el área comercial, ministro de primera, economista “con una larguísima trayectoria en la ONU, en EE.UU., Reino Unido, se quedó sin el cargo de un día para otro, y sin aviso”. En su lugar fue nombrado Mariano Aranguren, un tercer secretario amigo integrante de La Cámpora, que terminó la cursada en el Instituto del Servicio Exterior el año pasado. Ninguno de sus colegas diplomáticos protestó. Por la misma fecha, otra funcionaria de carrera –la ministro Teresa Gonzalez Díaz y ex Cónsul General en San Pablo– fue desplazada por Bianco sin explicaciones, lo que generó un resonante griterío.

Diario "Clarín". Buenos Aires, 22 de setiembre de 2013.

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