viernes, 12 de junio de 2015

FRANCIA - ARGENTINA 2014. Cristina elogió a Francia en el último día de su gira

Diario "La Capital" Rosario, Viernes, 21 de marzo de 2014 

Cristina elogió a Francia en el último día de su gira

La presidenta participó de la inauguración de un pabellón argentino en el Salón del Libro. Reunión a solas con el primer ministro francés.


En carrito. La presidenta recorrió la muestra y posó para las fotos.
En su última jornada en París, la presidenta Cristina Kirchner participó junto al primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, del acto inaugural del pabellón argentino en el Salón del Libro de esa ciudad, durante el cual elogió a distintas figuras del mundo de la cultura y agradeció al país galo por haber acogido a exiliados argentinos durante la última dictadura militar.
"Quiero expresar un gran agradecimiento a esa Francia que recibió a miles y miles de exiliados (argentinos)", sostuvo la mandataria en una conferencia que brindó tras la inauguración del Salón del Libro de París, que en la presente edición tuvo a la Argentina como invitada de honor.
La jefa del Estado realizó un repaso de las relaciones entre el país y Francia y destacó a personalidades de la cultura, de los derechos humanos y de la política, tales como el pianista Miguel Angel Estrella; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el escritor Julio Cortázar; el dibujante Quino, el poeta Juan Gelman, y los ex mandatarios franceses Charles de Gaulle y François Mitterand.
Sobre Cortázar, escritor cuya popularidad es fuerte en Francia, país donde también vivió, dijo que —además de la novela Rayuela— el cuento "La autopista del sur" es su preferido, e interpretó que ese escrito "es un adelanto a la posmodernidad, a la sociedad de interconexión, a esa realidad que se choca y se mezcla y muchas veces no nos deja encontrarnos".
Y añadió que los intelectuales muchas veces tienen el rol de "marcar el camino y ver esas ideas que todavía no se han hecho carne en la sociedad". La jefa del Estado, que arribó a Francia tras su visita al Papa Francisco a El Vaticano, comentó también que el Sumo Pontífice indicó que sería importante que se recuerde al escritor de origen francés Leopoldo Marechal.
"Ambos compartimos el gusto por su obra", detalló Cristina Kirchner en su contacto con la prensa. La mandataria fue recibida en la muestra por Estela de Carlotto y Taty Almeida, integrante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, en una actividad en la que también estuvo presente el humorista Miguel Repiso, conocido como Rep.
Previo a la ceremonia del Salón del Libro, la mandataria nacionall había mantenido un encuentro a solas con el primer ministro francés en la sede del hotel Matignon, que comenzó poco antes de las 13 argentina (17hora de Francia) y concluyó veinte minutos después.
"Es una mujer desequilibrada"
El diputado opositor uruguayo Luis Lacalle Pou, precandidato presidencial del Partido Nacional, tildó de "desequilibrada" a la presidenta Cristina Kirchner , y criticó la "sumisión" mostrada hacia ella por el gobernante uruguayo, José Mujica. El hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle dijo: "Nos vamos a tener que fumar un año de Cristina, pero como es una mujer tan desequilibrada, capaz que se peleaba con Mujica y no con nosotros", indicó.

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Gira

Cristina visita a Hollande en busca de una señal de apoyo

Le pedirá que interceda ante el Club de París para avanzar en el pago de la deuda y mejorar el clima de negocios
Por   | LA NACION

PARÍS.- Preocupada por generar un nuevo clima de negocios frente a la falta de dólares y llevarse alguna señal de apoyo, Cristina Kirchner buscará hoy en su encuentro con el presidente François Hollande una gestión de Francia para que interceda ante los miembros del Club de París que mantienen las posturas más duras contra el Gobierno.
En su segundo día en esta ciudad, la Presidenta apenas se mostró. Fue durante la media hora que duró la ceremonia de honores militares a la que asistió en el Palacio Nacional de los Inválidos, donde está la tumba de su admirado Napoleón Bonaparte.
El día, nublado y helado, terminó con poco para mostrar por parte de la comitiva. Imprevistamente, la anunciada reunión de Cristina Kirchner con el CEO de la petrolera Total Austral, Christophe de Margerie, se postergó para esta tarde, aún sin horario ni lugar.
La escasa comitiva oficial huye cada vez que puede por entre los pasillos repletos de orquídeas del hotel Le Grand Intercontinental, donde se hospeda la delegación.
Apenas el canciller Héctor Timerman salió del bar del lobby principal, escondió bajo su campera verde oliva una carpeta de tapas azules cuando vio aparecer frente a él a los periodistas que cubren la gira presidencial.
Como es su costumbre, se negó a sentar posición sobre la expectativa con la que llega la Casa Rosada a la reunión con Hollande y traspasó las consultas al vocero presidencial. Alfredo Scoccimarro sólo atinó a informar con una frase de rigor. "El encuentro será a agenda abierta", repitió. Al instante recibió una llamada de Cristina y desapareció.
Total es la única compañía con la que la Presidenta se reunirá en su gira que la trajo anteayer aquí tras su reunión en el Vaticano con el papa Francisco. Estará hasta mañana, cuando inaugure el Salón del Libro de París.
Con una agenda marcada por el hermetismo y los sorpresivos cambios, la única certeza es el almuerzo con Hollande, en el que el eje estará marcado por la negociación con el grupo de países acreedores de la Argentina.
Francia mantiene una postura más amigable tanto en el Club de París como en el juicio con los holdouts.
Es, en rigor, el único país con el que Cristina Kirchner puede intentar negociar una gestión para suavizar la postura más dura que mantienen los Estados Unidos, Alemania y Japón.
El camino para el acuerdo se desbloqueó el viernes pasado, cuando el organismo aceptó debatir la propuesta argentina que trajo en enero el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Fue sólo el primer paso. Ahora la Casa Rosada deberá convencer uno por uno a sus acreedores. El Gobierno sostiene que quiere pagar siempre que tenga con qué. Por eso el interés de la Presidenta en pedir ayuda para destrabar inversiones externas.
Cristina Kirchner llega al encuentro con Hollande con un inesperado auxilio: se trata de su reciente voto en contra en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en relación con el plebiscito en Crimea para su anexión a Rusia.
Esto la ubica del lado de Europa y los Estados Unidos en el cada vez más tenso conflicto internacional. Podría haber, según detallaron a LA NACION fuentes del gobierno francés, un pedido de Hollande para que la Argentina se mantenga en esa postura contra el presidente ruso, Vladimir Putin.
La reunión con el presidente francés comenzará a las 13, con una audiencia en el Palacio del Elíseo. Ambos darán una declaración a los medios, en la que hasta ayer no estaban previstas preguntas. Después almorzarán a solas.
Otro de los temas que podrían abordar es el demorado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
La segunda parte de la agenda económica que mantendrá la Presidenta será con el presidente de la francesa Total, que, a pesar de que tenía juicios contra la Argentina ante el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi), hizo el año pasado uno de los más importantes anuncios en materia de inversiones en hidrocarburos, unos US$ 1000 millones en el yacimiento Carina, en Tierra del Fuego.
Hablarán, se descuenta, del posible acuerdo para que la petrolera ingrese como socia de la estatizada YPF para explotar Vaca Muerta.
Ayer, la Presidenta pasó casi todo el día en su suite del piso cuarto, bastante dolorida por el esguince (ver información aparte), y sólo se mostró por la tarde. Sin contacto con la prensa, sí recibió a sus funcionarios.
Quien debería estar en zona es el ex ministro de Economía, Hernán Lorenzino, hoy embajador ante la Unión Europea, con sede en Bruselas, y negociador de la deuda argentina.
Por lo menos hasta ayer no se lo vio circulando por la rue Scribe, sobre la entrada principal del hotel que eligió Cristina..
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Una agenda incierta, sujeta a los dolores en el pie izquierdo

La Presidenta modificó sus actividades por el esguince; postergó una reunión con petroleros
PARÍS (De una enviada especial).- Disimuló la bota ortopédica con un pantalón negro ancho. Así se la vio en el Palacio Nacional de los Inválidos, en la única actividad que tuvo Cristina Kirchner ayer.
En medio de las idas y venidas en la agenda oficial tras el esguince en su tobillo izquierdo que le deparó su primera escala en Roma, la comitiva no se animaba a confirmar hasta minutos antes de que ocurrieran los movimientos de la jefa del Estado.
"Está más dolorida que ayer y la siguen de cerca los médicos", sostuvo una fuente de la delegación, que vio que tenía más hinchada la pierda afectada. El día estuvo, así, marcado por las sorpresivas cancelaciones de actividades y las dudas sobre los futuros compromisos de la Presidenta.
Una cena, anoche, en la que trabajaba el personal que la asiste desapareció del programa tentativo. Y aunque ella misma la había anunciado en su cuenta en Twitter, la reunión que tenía prevista con representantes de la petrolera Total Austral terminó pasándose para hoy.
Más allá de su malestar, Cristina quiso mantener igual la ceremonia de recepción oficial con honores militares en el edificio del siglo XVII que fue hospital de veteranos de guerra. En ese mismo lugar, hoy museo del ejército, está la tumba de su admirado Napoleón Bonaparte.
Los adoquines del patio central, donde se hizo el saludo de honor, no colaboraron para el traslado presidencial y el protocolo debió modificarse para que la Presidenta pudiera asistir. Debía caminar al menos 100 metros y pasar ante la Tercera Sección de la Guardia Republicana, pero no fue posible y un Citroën C6 que dispuso el gobierno francés para sus movimientos la llevó hasta cada una de las paradas. La acompañó con unos estiletos de taco aguja la ministra de la Francofonía, Yamina Benguigui.
Los turistas que aguantaron en la tarde helada la llegada de la jefa del Estado se dispusieron en los balcones y las galerías del gigantesco complejo, coronado por una cúpula dorada. Afuera, un grupo de sindicatos protestaba, con bastante prolijidad, ante la decisión de François Hollande de rebajar las cargas patronales.
Esta vez, Cristina ni se acercó hasta la tumba de Napoleón y se ciñó a lo indicado en el protocolo especial armado para su desplazamiento. Por el esguince de tobillo, provocado según el parte médico mientras caminaba por su habitación en la escala en Roma, sus actividades de mañana estaban en duda.
La agenda prevista está bastante cargada. Deberá mantener un encuentro con el primer ministro francés, Jean Marc Ayrault, y junto con él ir hasta la Porte de Versailles para inaugurar formalmente, con un discurso, el Salón del Libro de París..

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