viernes, 31 de julio de 2015

AFRICA - ARGENTINA 2009 Una cumbre incómoda en la tierra de Chávez

Una cumbre incómoda en la tierra de Chávez

La Presidenta se cruzará con dictadores africanos
ISLA MARGARITA, Venezuela.- Habrá show presidencial garantizado: lo aportarán, claro, el anfitrión, Hugo Chávez, y el líder libio, Muammar Khadafy, siempre dispuestos a las declaraciones rimbombantes. Pero también, una complicada situación para Cristina Kirchner, que deberá sortear el hecho de verse rodeada de presidentes africanos con denuncias de violaciones de los derechos humanos en sus países o de gobiernos surgidos de golpes de Estado.
La Presidenta tenía previsto llegar en la madrugada a esta isla caribeña de grandes contrastes sociales, que mezcla exuberantes hoteles con sus poblaciones de casas precarias, para participar de la segunda cumbre de países de América del Sur y de Africa.
Después de su paso por Nueva York y por Pittsburgh, para las cumbres de la ONU y del G-20, la última escala de su semana de viajes la encontrará en esta ciudad de temperaturas agobiantes. Había partido de Estados Unidos muy preocupada por las noticias que llegaban desde Buenos Aires sobre el violento desalojo de los ex empleados de la empresa Kraft en Pacheco.
Además del compromiso que había asumido con Chávez, organizador de la cumbre, la presencia de Cristina Kirchner tiene para el gobierno argentino la prioridad de avanzar en alianzas estratégicas con países africanos, un mercado que la Casa Rosada comenzó a explorar el año pasado, con la gira de la Presidenta al Magreb, interesados en la compra de alimentos y tecnología.
Pero más allá de lo comercial, Cristina volverá a verse con presidentes a quienes ya rechazó en otras ocasiones.
 

Ver La gira de Cristina en un mapa más grande
Hasta aquí llegó el mandatario de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que supo incomodar a la jefa del Estado cuando fue invitado a una visita en febrero del año pasado a Buenos Aires, y se llevó los reproches de Cristina por las violaciones de los derechos humanos en su país. Obiang accedió a la presidencia tras un golpe en 1979 y desde entonces gobierna el país.
También estará en esta ciudad el dictador de Sudán Omar al-Bashir, que encabezó un golpe de Estado en 1989 y por quien la Presidenta decidió en marzo pasado evitar la clásica foto familiar al final de una cumbre con países árabes, por la sola presencia de Al-Bashir. El sudanés tiene un pedido de arresto de la Corte Penal Internacional de La Haya por presuntos crímenes de lesa humanidad.

Reuniones pedidas

Con lo ajetreado de la gira de la Presidenta por Estados Unidos, fuentes diplomáticas desconocían anoche qué actitud tomará Cristina Kirchner esta vez.
Con débiles sistemas políticos, regímenes totalitarios o reinados también estarán los presidentes de Egipto, de Guinea, de Mauritania y de Zimbabwe.
Por el momento, pidieron reuniones bilaterales con Cristina Kirchner los gobiernos de Mali, Togo (gobernado por Faure Eyadéma, que accedió por un golpe de Estado después de la muerte de su padre, que era el presidente) y la República Centro Africana, pero el gobierno argentino todavía no les había confirmado el encuentro, según dijeron anoche fuentes de la Casa Rosada.
La isla sorprendió ayer a los turistas por la quietud. El gobernador Morel Rodríguez decretó feriado como "día de júbilo" por los preparativos de la cumbre, que se hará en el hotel Hilton.
De cara al mar, ya estaba instalado allí el campamento de Khadafy, amigo personal de Chávez al que, por supuesto, y a diferencia de lo que pasó en Nueva York durante la cumbre de las Naciones Unidas, aquí sí lo dejaron instalar su clásica carpa beduina.
Cristina Kirchner, en cambio, tenía reservada una suite del tercer piso del lujoso hotel Hesperia, en la misma habitación en la que durmió Carlos Menem en sus años de presidente.
Aunque aún no está confirmado, por la mañana se realizaría una reunión aparte de los países de Unasur, con la creación del Banco del Sur como su principal tema, y desde la que podría salir una declaración en repudio al golpe de Estado en Honduras.
Claro, con tantos presidentes africanos que accedieron sin elecciones al poder y lo ejercen desde hace décadas, serán sólo los países sudamericanos los encargados de levantar la voz por el depuesto Manuel Zelaya. .
Mariana Verón Enviada especial

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