Ayer, los
teléfonos de los integrantes del área de prensa del Senado de la Nación
comenzaron a sonar a las 7 de la mañana, una hora inusual. Los jefes del
equipo de Amado Boudou, querían saber cómo había sido tomada la fotografía que ilustró la tapa de Clarín,
que mostraba al Vicepresidente concentrado en una partida de Sudoku en
su tablet mientras presidía la sesión en la que el jefe de Gabinete,
Jorge Capitanich, daba el informe ante la Cámara alta que le impone la
Constitución Nacional.
“Esa foto fue tomada desde un lugar
prohibido”, sostuvo el funcionario que llamó al área de fotografía
oficial del Senado. Desde esta última oficina le explicaron que, en
realidad, eso no era así, porque
la imagen fue sacada desde una de
las galerías que rodean el recinto, un lugar habilitado para el trabajo
de los fotógrafos y camarógrafos.
Desde el entorno más cercano
a Boudou también llamaron al área de seguridad de la Cámara, donde
recibieron la misma respuesta: el fotógrafo de
Clarín trabajó en un lugar habilitado para sacar fotos al recinto.
Cerca
de Boudou preveían que la publicación de la foto podría traer
consecuencias negativas para el trabajo de la prensa: allí se analizó
limitar el acceso de los fotógrafos y camarógrafos al recinto para
evitar que tomen imágenes comprometedoras para los senadores.
Las
restricciones a la prensa en el recinto del Senado tiene un antecedente,
unos meses después de que Boudou asumiera como vicepresidente de la
Nación y titular de la Cámara.
En abril de 2012 personal de
seguridad del Senado prohibió el acceso de fotógrafos y periodistas a
los palcos en la sesión para tratar la expropiación de YPF, en plena
ebullición del caso Ciccone: ya complicado, en aquel mes Boudou había
arremetido con una conferencia y lograba su objetivo de desplazar al
procurador Esteban Righi, al juez Daniel Rafecas y al fiscal Carlos
Rívolo. La sesión se podía seguir únicamente por el circuito cerrado de
Senado TV e incluso un equipo de la Televisión Española fue afectado por
la medida. Luego de varias horas de reclamos llegó la contraorden y
quedó habilitado el acceso a los palcos para los periodistas y sólo por
cinco minutos para los fotógrafos.
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