Viernes 05 de julio de 2013
Fueron apenas cinco palabras pronunciadas en un tono monocorde y en medio de un breve discurso. Pero resultaron más que suficientes para graficar con claridad la tensa relación que existe entre la Casa Blanca y el gobierno de Cristina Kirchner:
"La vida argentina es complicada", dijo ayer Vilma Socorro Martínez, la
embajadora norteamericana en Buenos Aires, en su despedida después de
cuatro años en el país.
Como para que no quedaran dudas de que el
vínculo entre Buenos Aires y Washington no pasa por el mejor momento,
durante su discurso en el acto por los festejos del Día de la
Independencia de su país, Martínez abundó en mensajes cifrados: "El
origen de ciertos problemas [bilaterales] puede encontrarse en las
diferentes interpretaciones de hechos básicos que los hacen difícil de
resolver", sostuvo, frente a más de 400 invitados de todos los colores
políticos, que se acercaron a la residencia para despedirla.Luego, la embajadora habló de la búsqueda de una "relación madura" entre ambos países y destacó que durante su mandato trató de fortalecer los lazos diplomáticos. Pero no hizo mención alguna de los fuertes cortocircuitos que en los últimos tres años se produjeron entre los dos gobiernos.
Por tratarse de una embajadora que nunca fue adepta a la exposición pública, el mensaje de la embajadora Martínez causó cierta sorpresa entre los invitados a la fiesta de Estados Unidos. Por ejemplo, llamó la atención entre varios diplomáticos y empresarios aquel pasaje del discurso en el que dijo: "Aprendí a apreciar las complejidades de la sociedad y de la política argentina, y que el origen de ciertos problemas puede encontrarse en las diferentes interpretaciones de hechos básicos que los hacen difíciles de resolver".
Inmediatamente, y como para darle un tono optimista al diagnóstico que trazó de sus complejos años en Buenos Aires, la embajadora Martínez destacó: "Pienso que podemos superar los desafíos que tenemos por delante porque son muy importantes para la prosperidad de ambas naciones. Ésta es la manera en que mantenemos vivos nuestros lazos".
No hizo falta que la embajadora de Estados Unidos recordara los episodios de tensión que vivió con la Casa Rosada durante su paso por Buenos Aires. Por poner sólo algunos casos: el episodio que protagonizó el canciller Héctor Timerman en febrero de 2011 en Ezeiza, cuando incautó material de un avión militar norteamericano que había llegado para dar cursos de adiestramiento a la Policía Federal; el escándalo por los cables de WikiLeaks, que tensó aún más el vínculo diplomático entre ambos países, y la decisión de Washington de juntarse con otros 40 países para presentar quejas formales ante la OMC por las trabas a la importación de productos. Precisamente, esas quejas estaban dirigidas a la política comercial del Gobierno que pone en práctica el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que ayer protagonizó un incidente con periodistas de Clarín en la misma residencia de la embajadora norteamericana.
Relación comercial
Cuando le tocó hablar de las relaciones comerciales con la Argentina, la embajadora de Estados Unidos prefirió usar un eje positivo: resaltó que su país es el cuarto comprador, el tercer proveedor y el principal inversor de la Argentina, con inversiones directas de más de 15.000 millones de dólares, que generan más de 170.000 puestos de trabajo.A su vez, en el balance de su paso por la Argentina, Martínez evaluó que trabajó por "una relación madura" entre ambos países, tratando de enfocarse en "intereses sólidos a más largo plazo". También la embajadora norteamericana resaltó que desde su puesto buscó fortalecer la relación entre la Argentina y Estados Unidos, identificando y colaborando en áreas de interés mutuo. Así, recordó la visita de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, de la ex secretaria de Trabajo Hilda Solís y de cinco jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos, además de diversas delegaciones del Congreso con integrantes de ambos partidos políticos.
Vilma Martínez presentó sus credenciales el 18 de septiembre de 2009, cuando Jorge Taiana era canciller y Cristina Kirchner y Néstor Kirchner ya habían protagonizado una dura pelea por el caso del valijero Guido Antonini Wilson. Pero ayer no quiso abundar demasiado en los malos recuerdos. Aunque no por ello no se mostró realista a la hora del balance de su mandato: "Sabemos que apreciar el cuadro general, a veces, no es tan fácil como parece", reconoció.
En la residencia de la embajadora norteamericana hubo ayer referentes de todos los colores políticos: estaban desde el radical Julio Cobos hasta los intendentes Jorge Macri y Gustavo Posse; los diputados del PJ disidente Ramón Puerta y Eduardo Amadeo; Patricia Bullrich; Carlos Brown, y Norma Morandini, entre otros. También había referentes del empresariado, como el CEO del Grupo Macro, Jorge Brito; el presidente de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekian; el CEO del Sheraton Pilar, Gustavo Cinosi, y el presidente de la CAME, Osvaldo Cornide. También estuvieron los embajadores de Alemania, Bélgica, Japón, Tailandia, Colombia, Polonia y Holanda, entre otros.
Dos días antes de la ceremonia de ayer, la Cancillería había despedido a Martínez en un modesto acto en el que no estuvo el canciller Timerman. En cambio, el vicecanciller, Eduardo Zuaín, señaló que la embajadora norteamericana "contribuyó durante su gestión, a través de un diálogo constructivo, a consolidar una relación madura y sincera".
Un discurso y muchos mensajes
La despedida de la embajadora de Estados UnidosVilma Martínez
Embajadora de EE.UU.
- "En estos últimos cuatro años, hemos trabajado en pos de una relación madura entre ambos países"
- "La vida argentina es complicada. Aprendí a apreciar las complejidades de la sociedad y de la política argentina"
- "Podemos superar los desafíos que tenemos por delante porque son muy importantes"
- "Durante mi estadía en Argentina, hemos fortalecido la relación entre Argentina y Estados Unidos"
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Viernes 05 de julio de 2013 |
Moreno increpó a periodistas de Clarín y provocó un escándalo en los festejos
No paraba de gesticular y emitir gritos hacia todos lados moviendo los brazos abruptamente. Estaba como enajenado. Quedó en claro que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno,
quería llamar la atención de todos los invitados a la residencia de la
embajadora de Estados Unidos, Vilma Martínez, cuando ayer acusó a dos
periodistas del diario Clarín de "tener las manos manchadas de sangre".
Todo
ocurrió unos minutos antes de que la embajadora norteamericana emitiera
su discurso de despedida de la Argentina (ver aparte). Moreno fue
abordado en la residencia de la embajadora por los periodistas Silvia Naishtat y Walter Curia de Clarín,
que le preguntaron por la política de precios y por la clausura de
cuatro supermercados. Moreno evitó primero dar una respuesta y no quiso
hablar. Pero luego de varias preguntas más, el secretario de Comercio
reaccionó airadamente: "Ya basta", dijo casi a los gritos y con la mano
levantada.Inmediatamente acusó a los periodistas a los gritos: "¡Vos [por Naishtat] no sos una señora. Vos sos periodista de Magnetto! ¿Saben lo que son ustedes? Son empleados de Magnetto. Ustedes tienen las manos manchadas de sangre. Los periodistas de [el CEO de Clarín, Héctor] Magnetto tienen las manos manchadas de sangre", expresó un Moreno envalentonado, advirtiendo que todos los invitados se acercaban al lugar estupefactos por lo que estaban viendo.
Marina Aizen, periodista de la revista Viva de Clarín se acercó y le exhibió las manos a Moreno para mostrarle que no tenía sangre y que sus compañeros tampoco. Pero Moreno sólo atinó a gritar: "¡Le voy a decir a la embajadora. Le voy a decir a la embajadora! ¡Vos, decile a la embajadora", se dirigió a un periodista testigo del hecho como insinuando que exigiría a Vilma Martínez que no invite más a periodistas de Clarín para el festejo del Día de la Independencia de Estados Unidos.
Luego se dirigió a la periodista Cristina Pérez, de Telefé, que le sacaba fotos desde su celular. El secretario de Comercio se mostró claramente incómodo ante las fotos y le preguntó a la periodista para qué quería esas fotografías. Pérez le respondió respetuosamente: "Es para informar". Pero Moreno volvió con las amenazas. Le dijo a Pérez que si era de Clarín también tenía "las manos manchadas con sangre". La periodista de Telefé respondió que tal vez pensaba distinto que sus colegas de Clarín. Pero Moreno sólo atinó a responder: "Son casi cómplices".
El secretario de Comercio había llegado hacia el mediodía a la residencia de la embajadora norteamericana con una corbata celeste y camisa blanca. Se sacó fotos con Martínez y cruzó algunas palabras de rigor acompañado por su esposa Marta Cascales. Luego saludó efusivamente a cuanto invitado se le topaba en su camino. Fue el único funcionario de peso de la Casa Rosada que se hizo presente en los festejos de Estados Unidos. Había funcionarios de segunda línea de la Cancillería, pero claramente Moreno fue el centro de atención.
Hubo algunos diplomáticos que especularon ante LA NACION que el ataque de Moreno a los periodistas de Clarín en la embajada norteamericana estaba perfectamente calculado por el secretario de Comercio, como respuesta al incidente de varios países de la Unión Europea con el avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, por la sospecha de que escondiera al ex analista de la CIA Edward Snowden.
"El gesto de Moreno se hizo en concordancia con el documento de apoyo a Morales y en contra del imperialismo que emitieron los presidentes de la Unasur reunidos en Cochabamba", sostuvo un embajador europeo. En tanto, otro diplomático explicó a LA NACION: "Nada es casual. Moreno amenaza a Clarín adentro de la embajada de Estados Unidos: es todo un símbolo de muestra de poder", dijo.
Moreno dio su versión de los hechos en diálogo con la agencia oficial Télam. Dijo que había atacado a los periodistas de Clarín porque fueron "prepotentes" con él, y acusó a la jerarquía del diario de saber "que Magnetto tiene las manos manchadas de sangre". "Trabajan en una empresa que fue conseguida en una cámara de tortura y desde que publiqué el informe «Papel Prensa: La Verdad» no lo pueden ignorar", agregó Moreno.
Rechazo de ADEPA
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) repudió ayer las amenazas del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a periodistas del diario Clarín. "El agravio atenta contra las normas básicas de convivencia propias del sistema democrático. Resulta particularmente grave cuando el insulto es proferido por un funcionario público. La violencia verbal ejercida por Moreno contra periodistas atenta contra la libertad que requiere la prensa para cumplir con el propósito que resguarda nuestra Constitución", expresó.Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de julio de 2013 |
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