Tras el viaje a Chile, la oposición pide a Cristina que el diálogo siga
LA ASUNCIÓN DE MICHELLE BACHELET La Presidenta subió junto a la delegación oficial a diputados y senadores de los bloques parlamentarios. Ayer conversó con ellos. Varios reclamaron que la comunicación fluida con el Gobierno se mantenga en otros temas.
El inédito gesto
presidencial de sumarlos a la comitiva oficial que asistió a la jura de
Michelle Bachelet como presidenta de Chile fue valorado por la decena de
opositores que aceptaron el convite aunque dejó gusto a poco y abierta la incógnita sobre si estos incipientes gestos de apertura se ampliarán a temas urgentes de la agenda doméstica.
“Fue
importante la invitación en términos institucionales. Ojalá que esta
nueva actitud que comenzó el 1° de marzo en su discurso ante la
Asamblea Legislativa (cuando ponderó a la oposición) y continuó con esta
invitación sea duradera para abordar juntos temas importantes como la inflación y el narcotráfico ”, dijo a Clarín el senador del PRO Diego Santilli, a la salida del Palacio del Congreso de Valparaíso.Adrián Pérez (Frente Renovador) consideró “correcto” el gesto de la Presidenta aunque anheló que “fuese más habitual y pudiésemos tomarlo como algo normal. Chile es un buen ejemplo de convivencia entre oficialismo y oposición”. Una posición similar a la de Claudio Lozano (Unidad Popular), quien valoró que se comprenda que “las cuestiones de Estado van más allá de la política partidaria” pero remarcó que “estas rutinas institucionales deberían ser más cotidianas”.
Quizás tengan suerte. Una fuente de la bancada oficialista que integró la comitiva comentó a Clarín su esperanza de que el proyecto de ley para regular los piquetes y manifestaciones callejeras al que hizo referencia la Presidenta el 1° de marzo pueda ser redactado en conjunto por referentes de distintos partidos.
A los legisladores argentinos les quedó grabado un pasaje del breve discurso que brindó Sebastián Piñera en la cena despedida del lunes por la noche en La Moneda, cuando el presidente saliente agradeció la colaboración que le habían dispensado los ex presidentes de la Concertación en diversos momentos de su gestión y se puso a disposición de Bachelet: palabras de otro planeta para los oídos argentinos.
Un rato antes, en el Patio de los Naranjos de la casa de gobierno, los legisladores opositores habían tenido el único breve contacto con Cristina del viaje. Juliana Di Tullio se encargó de juntarlos con la Presidenta para un saludo, algunas bromas de ocasión, el agradecimiento mutuo y una foto histórica: Cristina junto a opositores.
No hubo otro momento compartido. En la cena del lunes, Cristina se sentó junto al resto de los Presidentes mientras los legisladores argentinos se repartieron en las mesas junto a sus pares chilenos y funcionarios de otros países. Y el almuerzo de ayer posterior a la jura, en el Palacio del Cerro Castillo de Viña del Mar, fue de acceso exclusivo para los jefes de Estado, mientras los legisladores fueron derivados junto al embajador Ginés González García a un ágape secundario en el Hotel Sheraton Miramar.
La mayoría ni siquiera compartió con la Presidenta las dos horas de vuelo entre Buenos Aires y Santiago. Tanto a la ida como al regreso, la Presidenta voló con en el Tango 01 junto a sus funcionarios más cercanos y el socialista Rubén Giustiniani. El resto de los opositores lo hizo en el Tango 03.
Un funcionario kirchnerista pidió paciencia. “¡Primera vez que los invita y ya querés llenar el Tango de opositores!”, respondió con una mueca de ironía.
En la delegación oficial se preocuparon por subrayar los gestos de deferencia de los chilenos con Cristina. Tanto Piñera, en la cena del lunes, como Bachelet, en el almuerzo de ayer, sentaron a la Presidenta argentina a su derecha. Este último evento se extendió durante más de tres horas, aderezadas con platos con el sello chileno como centolla magallánica, filete de congrio con salsa de locos y frutos del bosque.
Antes de partir, Cristina confesó su esperanza de que el trío de mujeres presidentas que conforma con Dilma Rousseff y Bachelet rinda frutos para fortalecer los vínculos y la unidad regional.
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Martes 08 de julio de 2014 |
La entrevista
Roberto Paiva: "Chile se integrará comercialmente más a la región"
De
paso por el país, el flamante director de ProChile habló del nuevo
perfil que la presidenta Bachelet quiere darle al organismo; la relación
con la Argentina
El
nuevo mandato que Michelle Bachelet comenzó en marzo promete tener un
sello regional que se extenderá a todas las áreas de gobierno. "Vamos a
integrarnos aún más a la región en términos políticos, culturales y
comerciales, como dijo la Presidente en reiteradas oportunidades, y en
América latina, por razones obvias de vecindad, la Argentina tiene un
lugar de privilegio", dijo Roberto Paiva. Ingeniero comercial -él se
define como "economista, una especie que abunda en Chile"-, especialista
en comercio exterior y relaciones internacionales, docente
universitario en la Academia Nacional de Estudios Políticos y
Estratégicos y en la universidades Andrés Bello y Diego Portales, en
Chile, y conferencista anual del Master en Economía Internacional y
Globalización de la Universidad de Grenoble II, Francia, Paiva fue el
elegido por Bachelet para dirigir ProChile. Mientras preparan los
festejos que harán en octubre por los 40 años de la institución del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile que se encargada de
promover las exportaciones, la inversión extranjera y el fomento del
turismo del vecino país, Paiva hizo una visita relámpago a Buenos Aires.
¿Qué
perfil quiere darle Bachelet a ProChile en este mandato? La percepción
desde Argentina es que es un organismo que funciona bien?(Sonríe y responde) -Siempre cuando uno está adentro, como en todas las cosas de la vida, conoce las pifia y sabe que hay cosas que mejorar. A Chile y sus exportaciones le ha ido muy bien con su apertura comercial en estos 40 años de ProChile, lo que no quiere decir que no haya cosas que cambiar. Ahora queremos estrechar más los lazos de la oferta exportable de Chile con todos los mercados de América latina, lo dijo la presidente Bachelet en reiteradas ocasiones.
Además vamos a trabajar más con las Pymes. Haremos un ProChile más inclusivo. En el país hay 197.000 Pymes, según la definición de impuesto interno; de ellas sólo exportan 3600, y de las que lo hacen, sólo venden menos del 2% de lo que Chile exporta en total. Hay mucha concentración. La instrucción de la presidente Bachelet es sumar nuevos actores.
Es una característica que se repite en toda la región: exportaciones concentradas en productos y empresas.
-Efectivamente. Y eso es un problema porque soy economista y profesor y sé que eso tiene que ver con el tema de la igualdad, de la distribución del ingreso, de las oportunidades, del tema de género: hay pocas empresas de mujeres. Al tener programas especialmente ayudamos a mejorar los temas de igualdad de oportunidades y también del retraso de algunas regiones de Chile.
Si uno saca el cobre -que es una bendición para Chile, no es que no me guste-, si lo saco y miro el patrón de exportaciones por región, se ve claramente la concentración: entre la región Metropolitana y Valparaíso exportan casi el 40% del total. Regiones como Arica, en el norte, menos del 1% . Por eso tenemos que trabajar más con las regiones y eso por razones de viabilidad comercial implica trabajar más con las regiones vecinas de la Argentina, Bolivia y Perú.
En ese sentido pese al esfuerzo político para promover los encadenamientos productivos no fue muy exitosa la iniciativa. ¿Qué hace falta para que se concreten emprendimientos de ese tipo?
-Es que se trata de un trabajo de seducción permanente. Nosotros no hacemos los negocios, acercamos a los privados. El click lo tiene que hacer el privado, no lo podemos forzar.
¿Por qué cree que no se da?
-Para tener la respuesta correcta habría que hacer una encuesta a los empresarios. Lo que tenemos que hacer nosotros es volver a traer las oportunidades. Ahora, con motivo de la celebración de los 40 años de ProChile volveremos a invitar a empresarios argentinos para que se encuentren con empresarios chilenos para mostrarles esta oportunidad, pero los que hacen el acuerdo son los privados.
¿Cuál cree que ha sido el papel de los numerosos acuerdos de libre comercio que ha firmando Chile en su posicionamiento actual?
-Los acuerdos comerciales son parte de una familia de instrumentos de estabilidad económica y política que ha tenido Chile. La apertura comercial del país tuvo una fase unilateral que fue bien trágica porque hubo amplios sectores que quebraron, desaparecieron. Cuando llegó la democracia se enriqueció esa apertura con negociaciones comerciales y hoy en día tenemos acuerdos comerciales con buena parte del mundo.
Efectivamente eso da certidumbre jurídica a los negocios y eso ha consolidado las oportunidades junto con políticas macroeconómicas estables, con una política de hacer negocios. No hay política que por sí sola de resultados mágicos. Son parte de una familia de políticas que Chile ha sostenido a través de los diferentes gobiernos.
¿Hay maneras de hacer acuerdos de ese tipo sin que haya sectores que quiebren, se genere desempleo y ciertos sectores pierdan competitividad a pesar de que haya otros que ganen mucho?
-Ese es un gran tema en economía. Es un tema de arbitraje. Más allá de que país estemos hablando cuando se toman esas decisiones hay que arbitrar. Uno arbitrar aperturas con intereses locales. Lo que hemos descubierto en la práctica es que la forma es dar plazos: aquellos sectores más sensibles a las importaciones se desgravan más lentamente. Eso fue lo que hicimos con Mercosur -participé en la negociación Chile-Mercosur en 1996, que fue intensísima-. Esa sería la varita mágica.
¿Cuáles son hoy las principales preocupaciones de los empresarios chilenos?
-Los principales temas tienen que ver con lograr que la nueva oferta chilena llegue a los mercados. Por ejemplo tenemos una industria incipiente en servicios que tal vez no se ve con número en los balances macroeconómicos de Chile como vemos la industria del salmón o el vino. Quieren más acuerdos? .
¿Más? ¿No tienen acuerdos con más del 80% del PBI del mundo?
-No tenemos un acuerdo con Rusia ni con Indonesia, por caso. Tampoco con ningún país africano. El que tenemos India es muy pequeño. Los exportadores chilenos miran siempre los trámites que les pedimos como una barrera burocrática y quieren más ventanilla única, más facilitaciones de aduana..
¿Seguirán trepando en el Índice de Competitividad?.
-Es un trabajo permanente. Es cierto que Chile es un país pequeño y entonces es más fácil trabajar que en las grandes economías..
¿Qué meta se planteó para el final de su mandato?
-Quisiera duplicar el número de exportadores. Tienen que ser pymes. Hoy son 7500 exportadores, quisiera llegar a 15.000. En valores Chile exporta US$ 76.000 millones. De eso, US$ 40.000 millones son cobre. El otro objetivo es cambiar la cultura, que es menos mensurable. Que sea un ProChile más ligado a la oferta, al Chile real.
La presidente Bachelet y el canciller Muñoz hablaron de una "política de convergencia" para describir el acercamiento que promueven entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur. ¿Qué hace falta para que eso se concrete?
-Son dinámicas. Las cosas no ocurren de un día para el otro. Hace poco participé de una reunión con empresarios de la Alianza del Pacífico y ellos dijeron: ¡Obvio! que tenemos que invitar a los empresarios del Mercosur porque los empresarios no tienen ese problema de con qué acuerdo me quedo, lo que buscan son comunidades de negocios y esos encuentros recién se están empezando a producir. La presidente Bachelet recién asumió y se irá enriqueciendo el diálogo entre los bloques y con el resto de América latina, y eso irá produciendo dinámicas de encuentros. Lo que hay que hacer es sembrar caminos y alternativas, y en eso estamos, para que la zona confluya en la convergencia de hecho, en la práctica..
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