Cristina se quejó del frío pero evitó hablar de la valija chavista
"Gracias Trelew, muchas gracias Trelew", gritaba Cristina Kirchner con los brazos en alto, envuelta en una tupida bufanda blanca y eufórica. Una pancarta la hizo reaccionar: "Perdón, Punta Tombo", se corrigió. La presidenta intentó salvar el desliz con una queja. "Lo voy a matar al chico que puso el palco al revés (de cara al viento). ¿Es porteño? ¡Ven!...
"Gracias Trelew, muchas gracias Trelew", gritaba Cristina Kirchner con los
brazos en alto, envuelta en una tupida bufanda blanca y eufórica. Una pancarta la hizo reaccionar:
"Perdón, Punta Tombo", se corrigió. La presidenta intentó salvar el desliz con una queja. "Lo voy a
matar al chico que puso el palco al revés (de cara al viento). ¿Es porteño? ¡Ven! Yo sabía que algo
de eso tenía que haber. En la Patagonia no nos equivocamos cuando armamos palcos", deslizó con
ironía.
El tono de las primeras frases del discurso de la jefa del
Estado pareció augurar lo que minutos después quedó confirmado: la presidenta evitó hacer cualquier
tipo de mención al escándalo de la valija con los US$ 800.000 que Antonini intentó ingresar en el
país y cuyos detalles siguen salpicando al gobierno. "Miren el frío que tendré: me equivoqué de
pueblo", insistió.
"Estoy feliz de estar en este rincón emblemático de la
Patagonia, donde está la mayor colonia pingüina del mundo. Medio millón de pingüinos, para que
tengan, guarden y archiven como decimos nosotros", continuó entre risas.En Punta Tombo, junto al
gobernador Mario Das Neves, la presidenta inauguró el último tramo de la pavimentación de la ruta
provincial 1. Cristina Kirchner y el mandatario, que le dedicó efusivos elogios, se mostraron
juntos después de que Das Neves protagonizara un duro enfrentamiento con el gobierno durante el
conflicto con el campo. El chubutense fue uno de los hombres del oficialismo que reclamó la
renuncia de Alberto Fernández con mayor vehemencia.
"Este proyecto es el de un país federal, esa palabra que
tantas veces escuché declamar durante campañas electorales. Una palabra que después quedaba
olvidada para seguir centralizándolo todo allá, en el puerto de Buenos Aires", añadió.
Antes de despedirse, volvió a reprender a los encargados de armar el podio
desde el que dio el discurso. "La próxima vez armen bien el palco. Es para no tener tanto frío",
justificó mientras el viento la despeinaba. l
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