viernes, 7 de agosto de 2015

BANCO MUNDIAL - ARGENTINA 2010 El país recibirá US$ 400 millones del BM


Asamblea del Fondo / Aumenta la capacidad de recibir préstamos

El país recibirá US$ 400 millones del BM

Economía espera destinarlos a obras de infraestructura que se pondrán en marcha en 2011, el año de las elecciones nacionales
Por   | LA NACION

WASHINGTON.- La Argentina amplió en US$ 400 millones su capacidad de recibir préstamos del Banco Mundial (BM), como consecuencia de la capitalización de esa entidad que fue anunciada ayer, al cierre de la asamblea conjunta de primavera del banco y del Fondo Monetario Internacional (FMI). El efecto que esa expansión del fondo prestable tendrá para nuestro país fue estimado por el viceministro de Economía, Roberto Feletti, quien participó junto al ministro Amado Boudou de la reunión del Comité de Desarrollo de los organismos crediticios.
Boudou y Feletti afirmaron, en declaraciones a La Nacion y a otros medios, que la prioridad para el uso de recursos será el desarrollo de planes de infraestructura, como las extensiones de las redes de gas, de los servicios de provisión de agua y cloacas y de caminos. Hoy hay créditos en ejecución para ese tipo de fines por unos US$ 600 millones, en tanto que los nuevos montos ingresarían a partir de 2011, año en que se harán las elecciones nacionales.
Según anunció ayer el presidente del BM, Robert Zoellick, la institución incrementará su capital con aportes efectivos por US$ 5100 millones, de los cuales US$ 1600 millones provendrán en forma selectiva de los países con más peso, en tanto que US$ 3500 serán contribuciones de cada nación según su cuota: en el caso de la Argentina, el aporte será por US$ 42 millones, ya que su participación es del 1,2%. Además, se ampliará en US$ 80.000 millones el fondo de garantías contingentes.
El jefe del BM también destacó una reforma decidida para el sistema de representación de los países dentro de la entidad: ahora, los países en desarrollo tendrán un 47,19% de los derechos de voto, lo que implica que ganaron 3,13 puntos porcentuales, y la intención es seguir avanzando hacia un poder más equilibrado.

Club de París

Más allá de la participación formal en los encuentros del G-20 y los comités del Fondo, los días de Boudou y parte de su equipo en esta ciudad transcurrieron entre los varios llamados públicos que hizo el FMI para que la Argentina volviera a aceptar las visitas técnicas de revisión de datos económicos, y algunos contactos con funcionarios de países que integran el Club de París, con los que el Estado mantiene una deuda en default por unos US$ 6500 millones. El ministro admitió haber aprovechado la ocasión para conversar de este último tema con sus pares de otros países. Pero lo cierto es que aún no habría habido avances concretos.
La atención está puesta en forma inmediata en el canje de la deuda en default en manos de bonistas privados. En el equipaje de Boudou, que viajó ayer por la tarde a Buenos Aires, van las expectativas de que en las próximas horas llegue la noticia de la aprobación de la propuesta argentina por parte de los organismos regulatorios de Italia y Luxemburgo. El objetivo es, antes de que termine esta semana, abrir el período de 23 días hábiles para la aceptación de la oferta.
Quizá la novedad más llamativa en lo que hace a la relación de la Argentina con el FMI haya sido la que trascendió el tema financiero: según se anunció ayer, el organismo le daría asistencia técnica al Indec para elaborar un nuevo índice de inflación, a partir de una medición de precios en todo el territorio. La noticia se conoció sólo tres días después de que el organismo advirtiera, en un informe, que las estadísticas oficiales de nuestro país sufren cuestionamientos y están muy alejadas de las estimaciones de otras fuentes.
En cambio, no hubo un significativo cambio en el clima de reclamos hacia el gobierno argentino que genera la falta de aceptación de las visitas de técnicos al país, para observar los datos de la realidad económica. La primera declaración sobre esa conflictiva cuestión llegó el jueves, cuando el subdirector gerente del Fondo, John Lipsky, afirmó que todos los países socios están obligados a la revisión prevista por el artículo IV de los acuerdos del organismo, y dijo esperar que en un "tiempo razonable" la Argentina esté cumpliendo.
Aunque el tema fue brevemente tratado en la reunión que mantuvo el viernes con el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, apenas llegado a Washington, Boudou se ocupó de decir que no había venido por esa cuestión.
"Queremos evitar un show", sintetizó una fuente de la delegación argentina, para explicar por qué tanta resistencia, cuando a la vez se sostiene que, al no haber deudas pendientes de pago, no habría margen para condicionar las políticas económicas.

EN LOS PASILLOS

Boudou, con un ex Soda Stereo

Amado Boudou se hizo aquí un tiempito para tomar contacto con una de sus grandes pasiones: el rock nacional. El ministro se encontró a tomar un café con el músico Charly Alberti, que está vinculado a la fundación del ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, dedicada a concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. El ex integrante de Soda Stereo conoce bien a Boudou por su pasado como organizador de eventos artísticos.

Ajuste de agendas para ver a Sting

La cuestión ecológica y la música no estuvieron ausentes entre las conversaciones de pasillo entre asistentes a la asamblea de primavera del Banco Mundial y del FMI. Más de uno hacía sus cálculos de tiempo y ajustaba su agenda para ver si llegaba a darse una vuelta, ayer mismo, por el National Mall. Allí, en un gran acto por el Día de la Tierra, una de las actuaciones más esperadas era la de Sting.

Algunos toques de primavera

Las gruesas paredes del edificio del FMI no impidieron que se colara un poco de primavera. Pese a las tensiones en la relación, algunos funcionarios se tiraron flores. "Siempre es un placer hablar con Boudou", les dijo a los periodistas un diplomático Nicolás Eyzaguirre.
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Indec y Club de París, dos temas pendientes

Es el balance del paso de la misión oficial en EE.UU.
Por   | LA NACION
WASHINGTON.- Una de las señales que recibió la Argentina en esta asamblea del FMI es la dificultad creciente que encuentra para presentarse en foros internacionales sin tener normalizada su revisión de cuentas por parte del organismo. Una incomodidad que empieza a proyectarse, además, sobre la anunciada intención de renegociar la deuda con el Club de París. La otra apunta al salvavidas que está dispuesto a ofrecer el organismo que dirige Dominique Strauss-Khan para recomponer la confianza en las desacreditadas mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Con el desafío que representa recomponer una unidad técnica que ha sumado mucho de batalla política. A lo largo de tres días de deliberaciones, la necesidad de que el gobierno kirchnerista deje auditar sus números oficiales fue repetida por las máximas autoridades del organismo.
Para que no quedaran dudas, lo ratificó el G-20. Y para que el viento no se llevara palabra alguna, ambos foros -el FMI y el grupo de países- lo dejaron claramente por escrito. En el caso del Fondo, con el deseo expreso de que haya "progresos concretos" hacia octubre.
Fuera de micrófono, la coincidencia aquí es lo incómodo que empieza a resultar la explicación de tan pertinaz resistencia. Una presión que empieza a proyectarse de cara a la anunciada negociación con el Club de París.
Oficialmente, el FMI se mantiene al margen. "Compete al Club de París y no al FMI determinar si es necesario o no que haya una auditoría como condición para las negociaciones", dijo Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento del Hemisferio Occidental. La respuesta del chileno causó satisfacción entre la delegación argentina. Hubo ya sondeos con la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde. La funcionaria integró el comité que redactó el documento en el que, por primera vez, el FMI hizo un llamado expreso a todos sus miembros para que acaten la obligatoriedad de las auditorías.

Asistencia estadística

Y lo cierto es que, apenas se conoció la inclusión de esa cláusula, hubo entre bastidores una poderosa corriente de mirada hacia la Argentina, el único país del G-20 que resiste abrir la puerta a los técnicos de la entidad. Lo que el país se lleva es la eventualidad de que sea el propio FMI el que le eche un salvavidas para superar el principal escollo en esa dirección. Es la puerta que podría abrirse con la intención de explorar una "asistencia técnica" del organismo para el maltrecho Indec. El organismo ha asesorado ya a gobiernos nacionales, aunque tal vez en ninguno de esos casos los números tuvieron tanto voltaje político por debajo. .
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