sábado, 8 de agosto de 2015

KIRCHNER 2003 Reclamo por las empresas privatizadas


Encuentro de Kirchner con el titular de la Unión Europea, en Bruselas

Reclamo por las empresas privatizadas

Prodi habló de la necesidad de adecuar en lo inmediato el esquema tarifario de las concesionarias de servicios públicos



BRUSELAS.- Si se comparase la alta política internacional con un match de boxeo se podría interpretar cabalmente y con los matices exactos cómo resultó para el presidente Néstor Kirchner el fugaz paso por el centro burocrático desde donde se maneja la Unión Europea: la tarjeta arrojaría un empate.
Kirchner venía endulzado de sus días en Londres, donde había conseguido el aval de los mandatarios del Reino Unido, de Alemania y de Canadá para gestionar dentro del G-7, los países más poderosos del mundo, un mecanismo de ayuda rápido y efectivo para que la Argentina suscriba de una vez por todas un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ayer no le fue tan bien. Pidió y también le reclamaron.
No es que no haya conseguido el respaldo del presidente de la Unión Europea, Romano Prodi; lo que pasa es que el italiano le hizo notar al Presidente que tiene un compromiso abierto todavía con las empresas concesionarias de servicio público que apostaron por la Argentina.
En estos rounds de boxeo, o es lo mismo que decir encuentros bilaterales para debatir temas de intereses cruzados, siempre alguno puede salir más golpeado que otro. Kirchner se llevó un aval formal del bloque más poderoso del mundo. A este mismo sector que él, por una cuestión de objetivo de gestión y también de ideología, decidió apostar, pero tuvo que oír lo que, seguramente, no hubiera querido.
"Estamos dispuestos a hacer las adecuaciones e inclusiones necesarias sin limitaciones para resolver problemas de intercambio. La reunión fue muy positiva", dijo el presidente argentino, que llegó ayer a esta ciudad procedente de Gran Bretaña y estuvo aquí apenas tres horas.
La entrevista con Prodi se había concertado a instancias del funcionario de la Unión Europea, que quería hablar con Kirchner. En este tramo del viaje que comenzó hace cuatro días se sumó ayer la presencia fundamental del ministro de Economía, Roberto Lavagna. Estuvieron también el embajador argentino ante la UE, Jorge Remes Lenicov, y el canciller Rafael Bielsa.
Ante una pregunta en la rueda de prensa, Prodi destacó que no hay acuerdo comercial sin la parte agrícola, y dejó establecido que estuvo en la mesa de discusión el tema por el que siempre los países en vías de desarrollo se quejan ante las naciones centrales. Los subsidios marcan una real diferencia a la hora de establecer las reglas de comercio internacional.
El sol hacía hervir las calles de Bruselas mientras el Presidente y el anfitrión mantenían un almuerzo de trabajo en el edificio Breydel, donde funciona la Comisión Europea, fuente primaria de toda la legislación de la Unión Europea.
Kirchner y Prodi hablaron con los periodistas tras el cónclave. No había distensión y se percibía un clima de trabajo. La excepción la marcó una respuesta del presidente argentino, que anunció que había invitado al funcionario de la UE a visitar la Argentina.
"Me tomé el atrevimiento de invitar a Prodi a conocer una de las maravillas del mundo, los ventisqueros de Santa Cruz, mi provincia", dijo Kirchner, muy formal. Y agregó, con una sonrisa: "Al lado de los hielos por ahí le termino de enfriar las últimas diferencias".
Fue un chiste, minimizaron otros funcionarios del Gobierno. Los especialistas en comentar combates de boxeo dirían que "sintió el golpe".
Prodi se encargó de dejar en claro que no se habló mucho de los Estados Unidos: "En esta reunión hablamos de nosotros", dijo.

El Mercosur

Por otra parte, destacó la importancia de que la región estreche vínculos con el Mercosur. "Con el Mercosur será una innovación lo que haremos, será un paso nuevo", agregó Kirchner, en el mismo sentido. Antes había dicho que era bueno propiciar no sólo acuerdos bilaterales sino multilaterales.
Hay que recordar que el comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, se había mostrado más que interesado en incluir en la discusión con la Argentina el tema de las tarifas de servicios públicos, una discusión que se viene y que está pendiente en la Argentina.
Kirchner contestó una pregunta sobre supuesta discriminación a empresas privatizadas. "En la Argentina no hay discriminación. Los que invierten trabajaron y vivieron las mismas vicisitudes que le tocó vivir al país. No nos vamos a subordinar", arremetió con la intención de sumar puntos en su tarjeta.
La tensión del paso por Bruselas desaparecería luego en París, adonde llegaría por la media tarde con la intención de encontrarse con argentinos que viven en Francia y a los que prometió trabajar duramente desde la Presidencia para que puedan regresar al país (de lo que se informa por separado).
También en su paso por París Kirchner cumplirá desde hoy con una agenda que incluye, entre otros, encuentros con el presidente francés, Jacques Chirac, y con el primer ministro de ese país, Jean-Pierre Raffarin.
Pero volviendo a Bruselas, el Presidente se llevó un claro apoyo de la región para su aparentemente eterna negociación con el Fondo Monetario Internacional y, a cambio, debió oír algunos reclamos.
Se podría decir, siempre con el ejemplo del boxeo, que el Presidente golpeó y lo golpearon. De todos modos, la tarjeta, ya está dicho, más allá de las heridas de combate, marcó un empate. .
Por Alejandro Di Lázzaro Enviado especial

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