Miércoles 19 de abril de 2000 |
Entrevista con el canciller del Paraguay, Juan Esteban Aguirre
Asunción, en la agenda presidencial
Buen
momento: la aceptación de la invitación implica que se reanudan las
relaciones tras los roces que provocó el asilo de Oviedo.
El canciller del Paraguay, Juan Esteban Aguirre, regresará hoy a su país
con el fruto de la entrevista que mantuvo ayer con Fernando de la Rúa:
la aceptación formal para la visita que hará el Presidente a Asunción
entre el 14 y el 15 de mayo, fechas en que se conmemora la independencia
del vecino país.
"Perdimos mucho tiempo por cuestiones políticas y notamos ahora que
hemos avanzado en forma vertiginosa en la relación bilateral", dijo
Aguirre a La Nación durante un reportaje exclusivo que se
realizó en el mismo hotel en el cual estaba hospedada su par de Chile,
Soledad Alvear. Fue una casualidad, no más, ya que hasta anoche no se
habían cruzado.
De las palabras de Aguirre surge que su visita tuvo un doble significado:la respuesta de De la Rúa a la invitación que le formuló el presidente del Paraguay, Luis González Macchi, en oportunidad de la asunción de su par uruguayo Jorge Batlle, el 1º de marzo último, en Montevideo, y el gesto que implica la reanudación de las relaciones bilaterales después del recelo que produjo el asilo político de Lino Oviedo en la Argentina. Coronado, por si fuera poco, con la descortesía de fugarse en la víspera del final de la gestión de Carlos Menem.
"En un año de gobierno aprendimos mucho -señaló Aguirre-. Sabemos, por ejemplo, que debemos avanzar en la generación de empleo y en la tolerancia. Pero necesitamos mejorar la política de comunicación, ya que el presidente González Macchi es el primero en la historia que se sienta frente a sindicalistas y campesinos, y no se interpreta de ese modo."
González Macchi era el presidente del Senado hasta que, el 26 de marzo de 1999, resultó asesinado, en Asunción, el vicepresidente Luis María Argaña.
"Comprensión"
El magnicidio derivó en el asilo del entonces presidente, Raúl Cubas, en el Brasil, en donde también está Alfredo Stroessner, y en la decisión posterior, concertada por los gobiernos de la Argentina, Brasil y los Estados Unidos, de concederle esa gracia a Oviedo en la Argentina."Hoy no sabemos dónde está Oviedo, pero contamos con la comprensión de los todos los gobiernos de la región", señaló Aguirre.
La comprensión no ha reportado hasta ahora pistas concretas, por más que la familia Argaña mantenga en pie una recompensa de 100.000 dólares por su cabeza. Oviedo, no obstante ello, ha perdido vigor y, sobre todo, predicamento político.
En agosto, de hecho, habrá elecciones para cubrir el cargo que dejó vacante Argaña. Su hijo mayor, Félix, ganó recientemente las elecciones internas del Partido Colorado, vitalicio en el poder, y se perfila para sucederlo.
Una forma de barajar y dar de nuevo, como en la relación bilateral. .
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