Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de octubre de 2014.
Cristina no pudo elegir a su favorito para la embajada ante el Vaticano
La historia secreta de la designación de Eduardo Valdés Quería nombrar a José María del Corral, un profesor allegado al Papa. Pero Francisco rechazó esa elección.
Que la presidenta de la Nación quiere tener un vinculo lo más estrecho posible
con el Papa Francisco que le sume fortaleza política para lo que resta
de su mandato no es novedad. Lo novedoso es que Cristina decidió en los
últimos meses jugar fuerte en pos de ese objetivo y, en una jugada
audaz, llegó a tantear la posibilidad de que el director de la red de escuela por la inclusión social ( Scholas Occurrentes ) que propicia el pontífice, el profesor José María del Corral -un hombre de máxima confianza de Jorge Bergoglio-, fuese el nuevo embajador ante el Vaticano.
El sondeo de Cristina con vistas a la eventual nominación del director de Scholas -realizado en la mayor discreción- no le arrojó buenos resultados, según pudo saber Clarín. El propio Francisco rechazó la idea por considerar que Del Corral tiene una misión educativa y social
a nivel mundial desde la Iglesia y debe seguir en esa labor. Pero le
pidió a la Presidenta que lo llevara a los EE.UU. con ocasión de su
reciente visita a la ONU y se lo presentara al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, para que expusiera el proyecto Scholas, cometido que ella cumplió.Al ver que la candidatura de Del Corral no tenía futuro, Cristina pensó en el dirigente del PJ Capital Eduardo Valdés, quien ya fue propuesto formalmente, como trascendió en los últimos días. En la campaña que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia, Valdés fue un soporte en el peronismo porteño. Luego, fue jefe de Gabinete en la Cancillería durante la gestión de Rafael Bielsa.
Pero el haber permitido que la embajada argentina en La Habana cobijara a la médica disidente Hilda Molina, le costó el puesto. Pero siguió frecuentando, sin resentimientos, al kirchnerismo.
Paralelamente, Valdés tuvo algunos contactos con el entonces arzobispo porteño, el cardenal Jorge Bergoglio. Tras la elección del argentino como Papa, y de la mano de la dirigente de derechos humanos Alicia Oliveira, gran amiga de Bergoglio, Valdés construyó una relación fluida con el pontífice. Se dice que fue el primero que, vía mail, puso en aviso al Papa sobre la polémica que había estallado en el país por la famosa salutación de Francisco a la presidenta con motivo del último 25 de Mayo, ya que el oficial de ceremonial del Vaticano monseñor Guillermo Karcher negó primero que existiera “una carta” y al día siguiente dijo que se trató de un telegrama.
Valdés saltó a los primeros planos informativos a comienzos de setiembre cuando trascendió que Francisco le había entregado una carta manuscrita para Cristina en la que la invitaba a un almuerzo. El almuerzo se concretó el sábado 20 y el ahora nominado embajador ante la Santa Sede formó parte de la nutrida comitiva presidencial.
Valdés reemplazará a Juan Pablo Cafiero -en el cargo desde 2008- que hace tiempo quería regresar al país por razones familiares. Pero también es cierto que, si bien su gestión era prolija, no tenía el activismo diplomático que la Presidenta espera que ahora tenga Valdés.
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